Fecha de Publicación: 16/07/2006
En Defensa de Hugo Chávez Publicado en Foreign Affairs, Julio/Agosto 2006
La académica latinoamericana Julia Swieg escribe en su libro publicado recientemente, Fuego Amistoso: Perdiendo Amigos y Haciendo Enemigos en el Siglo Antiamericano, que “cuando las élites de Estados Unidos—del gobierno, los medios y el sector privado—obtienen su información, principalmente de sus contrapartes en otras sociedades, se desconecta de las condiciones, los sentimientos, preferencias y experiencias de aquellos que viven en el margen de lo que los estadounidenses han asumido incorrectamente, como un fenómeno universal de progreso político, social y económico prometido a través de la democracia y la globalizaciónâ€.
Como Embajador de Venezuela en Estados Unidos, he pasado gran parte de mi permanencia en el cargo, tratando de alertar que la política y el sistema de gobierno de Washington, deben ver más allá de la información que reciben sobre Venezuela, de parte de las élites de mi país. Dadas las actitudes generalmente hostiles hacia Venezuela y su presidente Hugo Chávez, parece que en Washington hoy en día todavía hay mucho trabajo por hacer.
En los últimos meses, se ha discutido mucho sobre Venezuela en las páginas de Foreign Affairs. En su artículo titulado “¿Está Washington perdiendo a Latinoamérica?†(Enero/Febrero 2006) Peter Hakim criticó duramente al presidente Chávez, al referirse a las relaciones con Latinoamérica; el ex Ministro de Relaciones Exteriores de México, Jorge Castañeda, atacó su “populismo†en su artículo “El giro izquierdista de Latinoamérica†(Mayo/Junio 2006); y Michael Shifter evaluó negativamente la política nacional e internacional venezolana (“En busca de Hugo Chávez†Mayo/Junio 2006). Desafortunadamente, estos análisis malinterpretan el proceso de cambio que se está produciendo en Venezuela. Las opiniones reflejan un giro derechista en la perspectiva de Washington hacia Latinoamérica, una región que está lentamente escapando de la ataduras de un modelo económico y social impuesto por Estados Unidos y las instituciones financieras internacionales en los años 1980 y 1990.
Los pueblos están eligiendo en la región a líderes que prometen conducir a sus países por un camino independiente, que expanda el significado de participación democrática y que acorte la gran diferencia entre los más ricos y los más pobres de la región. Esta tendencia, no es una amenaza para Estados Unidos y no debe ser percibida como tal.
Le invitamos a continuar la lectura en nuestra sección de Opinión, PULSANDO AQUÍ
Autor: Embajador de Venezuela en Estado Unidos, Bernardo Álvarez