Gobierno reacciona con firmeza ante comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV)

Ministro Willian Lara: La Reforma Constitucional es cristiana y bolivariana
Caracas, 19 de octubre de 2007 / «La Doctrina Social de la Iglesia, de cuya vertiente auténtica, expresada en la Teología de la Liberación, se nutre en gran medida la revolución bolivariana, forma parte de la esencia del proyecto de la Reforma Constitucional manifestada en profundizar la democracia para todo el pueblo en lo social, lo económico, lo político y lo cultural, y no tiene vínculo alguno con la visión derechista de la elite clerical que se opone al empoderamiento del pueblo, a la justicia social y a la libertad para todos contenidos en el proceso de construcción del socialismo bolivariano en Venezuela», sostuvo Willian Lara, Ministro del Poder Popular para la Comunicación y la Información, al responder el comunicado emitido hoy por la Conferencia Episcopal Venezolana.

«Contrario a lo señalado por la cúpula clerical, esta es un reforma profunda y auténticamente cristiana destinada a concretar en las condiciones de nuestro tiempo histórico los ideales de Jesús de Nazareth, valga decir, la hermandad, la solidaridad, la cooperación, la justicia, la igualdad de condiciones y oportunidades, el ejercicio socialmente responsable de la libertad. En una palabra, el socialismo para realizar en la Tierra el sistema que garantice el mayor grado de felicidad posible para el pueblo, que postuló en su ideario el Libertador Simón Bolívar», subrayó el funcionario.

«La constitucionalización del poder popular, la democratización de la propiedad, la reducción de la edad para votar, la igualdad de género en las postulaciones para cargos de elección popular en cuerpos deliberantes, entre otras disposiciones contenidas en el proyecto de reforma, constituyen sólida garantía de un potente sistema pluralista que hace de la diversidad su eje fundamental», agregó el Ministro Lara ante el señalamiento formulado por la CEV de que se pretendería instaurar un régimen de pensamiento único.

El Ministro reiteró su condición de católico, con base en la cual requirió de los obispos abstenerse de usar el nombre y los símbolos de la Iglesia para hacer política. «Nuestra Iglesia es de todos, seamos o no obispos. Ninguno tiene el derecho de traficar con la fe de la familia venezolana para promover sus intereses particulares; no es propio de cristianos usurpar y secuestrar lo que es patrimonio común de la cristiandad nacional», enfatizó.

Ora/VTV/MinCI

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