02 de diciembre 2007. – Según lo revela este miércoles el diario El Clarín de Argentina, el presidente colombiano, Alvaro Uribe, ordenó el pasado fin de semana, operaciones de espionaje contra la delegación internacional que esperaba en la ciudad de Villavicencio, las coordenadas de las FARC para la liberación de Clara Rojas, su hijo Enmanuel y la ex congresista Consuelo González.
Las operaciones de espionaje que ordenó Uribe contra la delegación internacional fue apenas una parte de los intentos del gobierno colombiano para sabotear la labor de los altos representantes de Argentina, Brasil, Cuba, Bolivia, Ecuador, Francia y Suiza. De acuerdo a las revelaciones del diario argentino, obtenidas por fuentes oficiales que se encontraban en Villavicencio, el presidente Uribe quería romper la Operación Enmanuel a toda costa.
«Primero quiso quebrar la cohesión de las delegaciones: hasta las separaron físicamente en distintas fincas, lo que prácticamente les impedía reunirse. Ni hablar de las operaciones de espionaje. La estancia donde se alojaba Kirchner era sobrevolada permanentemente por un avión fantasma; había micrófonos hasta debajo de la cama y militares hasta en los lugares más privados. Como no lograba romper la unidad de los delegados, Uribe les comunicó el domingo por la noche, a través del comisionado Luis Carlos Restrepo, que no garantizaba su seguridad en la selva, especialmente la de Kirchner y la del brasileño Marco Aurelio García. Pese a eso, los garantes dijeron que se quedarían.»
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