Tras los atentados del septiembre de 2001, el presidente de los Estados Unidos tomó medidas para perseguir y encarcelar a las personas vinculadas a supuestas actividades "terroristas" en contra del país, en 2002 el mandatario ordeno la apertura del Centro de Detención de Guantánamo para recluir a los presuntos yihadistas. Desde su apertura organizaciones de derechos humanos han denunciado la tortura y violaciones a las que fueron sometidos los detenidos por las fuerzas de seguridad de la cárcel ilegal de Guantánamo.