Las operaciones de un cirujano del Instituto Karolinska, encargado de elegir el ganador del galardón, causaron la muerte de numerosos pacientes y empeoran la imagen premio.
El premio Nobel de Medicina Arvid Carlsson ha solicitado la dimisión de los miembros de la junta directiva del Instituto Karolinska (Suecia), que concede anualmente el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, para salvar así la reputación del premio después de las controvertidas operaciones del cirujano Paolo Macchiarini, profesor de la misma organización, informa RIA Novosti.
«Este es un escándalo sin precedentes. Es lo peor que ha sucedido en la historia del premio de medicina»
Según un documental sobre las operaciones en el Instituto Karolinska de Paolo Macchiarini, que se hizo famoso por trasplantes de tráquea, la mayoría de sus operaciones no tuvieron éxito y causaron la muerte de casi todos los pacientes. El cirujano ha llevado a cabo operaciones en pacientes de EE.UU., Islandia, Turquía y Rusia.
De acuerdo con la televisión pública sueca, las operaciones no estuvieron precedidas de experimentos con animales ni se realizó un estudio detallado del estado de las personas ya operadas. Además, las imágenes de órganos inflamados de los pacientes después de la cirugía, la tráquea plástica con numerosas complicaciones han causado una amplia resonancia en el país.
«Este es un escándalo sin precedentes. Es lo peor que ha sucedido en la historia del premio de medicina. Creo que en toda la historia del Premio Nobel», afirmó Carlsson en una entrevista a SVT.
Este premio Nobel opina que para salvar la reputación del galardón hay que llevar a cabo algunos cambios.
«Creo que deberíamos hacer algo radical y empezar desde arriba. Creo que toda la junta directiva del Instituto Karolinska debería renunciar a sus cargos. El rector también debería renunciar, así como todos los que contribuyeron al trabajo [del cirujano Paolo Macchiarini]. Es necesario asegurarse de que no ocuparán más cargos de responsabilidad y ni el derecho de voto en la Asamblea del Instituto Karolinska. El premio Nobel pierde seriamente su reputación, por eso es necesario reducir los efectos negativos al mínimo», opina Carlsson.