Camilo Torres: a 50 años de su caída en combate

BOGOTA. Hace 50 años, el 15 de febrero de 1966, murió en Colombia durante su primer combate Camilo Torres Restrepo, “el cura guerrillero”, que llegó al marxismo desde el cristianismo y es icono del Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo que sigue enconado en la lucha armada.

 

por Gilberto López y Rivas – La Jornada – 16 feb. 2016

El sacerdote católico Camilo Torres Restrepo, incorporado en las filas del Ejército de Liberación Nacional (ELN), cae en combate el 15 de febrero de 1966, en una región conocida como Patio Cemento, del departamento de Santander, Colombia. Su muerte ocurre cuando libra su primera acción de armas, y, paradójicamente, tras rechazar lo que consideró un trato preferente del estado mayor de la guerrilla que había decidido que Camilo era demasiado valioso para arriesgar su vida.

La extraordinaria biografía de Walter J Broderick, Camilo Torres Restrepo, muestra la forja de un personaje que se hizo conocer no sólo en Colombia y América Latina, sino también en el ámbito mundial como la quintaesencia “del hombre comprometido con los oprimidos de la tierra y dispuesto a sacrificar hasta su propia vida por salvarlos… Además, fue evidente que no se trataba de un curita alocado o resentido; se supo que el cura guerrillero muerto había ocupado una cátedra universitaria y que, aun después de colgar los hábitos, nunca abandonó su fe religiosa. Al contrario, cuando cayó en combate murió convencido del deber de “hacer la revolución como único camino hacia una fraternidad cristiana de verdad…”
Nada hacia vislumbrar en su niñez y juventud que su vida tomaría estos derroteros, dados sus orígenes familiares de clase acomodada de la sociedad colombiana. En Camilo, señala Broderick, el único presagio del revolucionario del mañana fue su deseo de vincularse a un trabajo de tipo social. Sin embargo, es muy significativo que su vocación por el sacerdocio surgiera a partir de la influencia, en el inicio de su carrera universitaria, de dos jóvenes sacerdotes franceses enviados a Colombia, Nielly y Blanchet, miembros de la orden dominica, exponentes de un catolicismo renovado y formados por la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, en la que muchos sacerdotes habían colaborado con la Resistencia antifascista y padecido las cárceles alemanas. “El mismo Jean-Batiste Nielly –indica Broderick–, como joven teniente bretón, fue prisionero de los nazis y narraba los detalles de su dramático escape. Sus episodios cautivaron a Camilo, y cuando este sacerdote hablaba del apostolado no le importaba tanto la ‘salvación de las almas’, ni siquiera la misa dominical; ponía énfasis más bien en el compromiso (l’engagement) y el testimonio (le témoignage). Su cristianismo aparecía como una aventura, un reto”.
Ya en el seminario, Camilo se distinguió de sus condiscípulos por sus frecuentes incursiones a los barrios pobres de los alrededores, en lo que él llamaba su apostolado. Ordenado en 1954, partió para Bélgica con el propósito de estudiar sociología en la Universidad Católica de Lovaina, donde fundó, en 1955, el Equipo Colombiano de Investigación Socioeconómica (Ecise), que se proponía establecer contactos con institutos de investigación, elaborar proyectos y publicar un boletín, todo ello a partir de principios redactados principalmente por Camilo, en los que se exigía una formación científica y ética que reflejara una pureza de intención. Importante para su proceso de concientización política fue su conocimiento de la experiencia de los curas obreros y de los argelinos en Francia que libraban su guerra por la independencia en la misma capital del país colonizador. Los compatriotas de París colaboraban con acciones de sabotaje, y Camilo intuyó por primera vez algo de las emociones del combatiente. Aprendió también que hasta un intelectual burgués podía cumplir una efectiva función en la lucha revolucionaria de un pueblo explotado.

En 1959 es nombrado capellán asistente de la Universidad Nacional de Colombia, y al año siguiente funda, junto con Orlando Fals Borda, la Facultad de Sociología impartiendo clases y relacionándose activamente con la vida política universitaria y nacional, presidiendo, en 1963, el primer Congreso Nacional de Sociología que se realiza en Bogotá, en el que presenta la ponencia La violencia y los cambios socio-culturales en las áreas rurales colombianas.
En 1965, las posiciones cada vez más radicales y las constantes actividades políticas del sacerdote Camilo Torres, que le habían dado proyección nacional e internacional, lo llevaron a una confrontación directa con los poderes eclesiásticos, civiles y militares. En pleno estado de sitio, la Federación Universitaria Nacional decidió realizar un homenaje a Camilo, el 22 de mayo, en las instalaciones universitarias, donde lo esperaban miles de estudiantes y hasta el propio rector de la universidad. Ahí, Camilo pronunció un discurso memorable que recoge una de sus ideas más importantes, el llamado a la unidad de todas las fuerzas revolucionarias para combatir a la oligarquía: “Tenemos que lograr la unión revolucionaria por encima de las ideologías que nos separan. Los colombianos hemos sido muy dados a las discusiones filosóficas y a las divergencias especulativas. Nos perdemos en discusiones que, aunque desde el punto de vista teórico sean muy valiosas, en las condiciones actuales del país resultan completamente bizantinas. Como recordarán algunos amigos aquí presentes, con quienes trabajamos en la acción comunal universitaria de Tunjuelito, cuando se nos tachaba de colaborar con comunistas, yo les contestaba a nuestros acusadores que era absurdo pensar que comunistas y cristianos no pudieran trabajar juntos por el bien de la humanidad, y que nosotros nos ponemos a discutir sobre si el alma es mortal o inmortal y dejamos sin resolver un punto en que sí estamos todos de acuerdo, y es que la miseria si es mortal…
[Asimismo], la integración con las masas es un elemento esencial a la revolución. La unión no es patrimonio nuestro, sino de los obreros y campesinos de Colombia. Ellos serán los que nos traigan la pauta, los que nos exijan, los que nos impongan la unión por encima de grupos y personalismos caudillistas.
Estas ideas y retos continúan vigentes, al igual que el compromiso con el pueblo hasta las últimas consecuencias. Camilo Torres sigue siendo un referente para todos aquellos que, creyentes o no, se hermanan en la lucha por la justicia y el bien de la humanidad.

Camilo Torres, el fuego y la palabra

domingo, 21 de febrero de 2016

A 50 años de la muerte en combate de Camilo Torres Restrepo, compartimos un repaso de su vida como estudiante, periodista, sacerdote, docente, guerrillero y dirigente político.

“Yo quiero decirle al pueblo colombiano que este es el momento. Que no le he traicionado. Que he recorrido las plazas de los pueblos y ciudades caminando por la unidad y la organización de la clase popular para la toma del poder.

Ya todo está preparado. ¿Qué más esperamos, colombianos? Yo me he incorporado a la lucha armada. Desde las montañas colombianas pienso seguir la lucha con las armas en la mano, hasta conquistar el poder para el pueblo. Me he incorporado al Ejército de Liberación Nacional porque en él encontré los mismos ideales del Frente Unido”
Estas palabras son un fragmento de la “Proclama a los colombianos” que se dieron a conocer para el primer aniversario del ELN, la firma “Camilo Torres Restrepo. Desde las montañas, enero de 1966”. Apenas un poco más de un mes después, Camilo moría bajo una ráfaga de balas. Trataba de conseguir su primer fusil, dentro de las reglas de cualquier combatiente, robándoselo al enemigo y en combate.

Pero aquellas líneas, además de ser la explicación de su incorporación a la flamante guerrilla, son el reflejo de las convicciones más profundas de Camilo Torres. Su vida se caracterizara por una sucesión de episodios y opciones que explican y fundamentan los siguientes. En un espiral ascendiente de compromiso político que lo pasean por el periodismo, el derecho, el sacerdocio, la sociología y su academia, la dirigencia popular y la guerrilla.

Jorge Camilo Torres Restrepo nació el 03 de febrero de 1929, hijo del matrimonio de Calixto Torres Umaña e Isabel Restrepo Gaviria. Familia acomodada de la nueva burguesía colombiana, por lo que pasa los primeros tres años de su vida en Europa: Bruselas y Barcelona son su hogar en esos tiempos. Vuelve a Colombia para ocupar un asiento en los colegios más importantes de Bogotá, pasando por el Colegio Alemán de Bogotá, el Bachillerato de la Quinta Mutis, donde repite cuarto año, y luego el Liceo Cervantes de donde se recibe como bachiller en 1946. Durante todo este periodo Camilo también incursiona en el periodismo, escribiendo y editando el periódico El Puma.
Luego colabora en el diario La Razón, mientras cursa la carrera de Derecho, proyecto abortado por el llamado de su convicción. Tras un intento fallido (su madre lo baja del tren con dos policías) de ingresar al Convento de los Dominicos, logra unirse en el Seminario Conciliar de Bogotá. En 1954 adelantan su ordenación para lograr anotarse en la carrera de Sociología en la prestigiosa Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Experiencia trascendental en la vida de Camilo: allí, antes de graduarse en 1958, conoce entre otros a François Houtart, a Henri Grouès, se relaciona con la Democracia Cristiana, los sindicatos cristianos y grupos de la resistencia argelina. Además en 1955 funda el Equipo Colombiano de Investigaciones Socioeconómicas, junto a un grupo de estudiantes colombianos.

En 1960, junto a Orlando Fals Borda, funda la Facultad de Sociología en la Universidad Nacional, donde desde el año anterior era Capellán auxiliar. Años después, para 1962, Camilo deberá renunciar a sus actividades en la Universidad Nacional luego de acompañar el reclamo y las manifestaciones contra la suspensión de la matrícula a diez estudiantes por asuntos políticos. Ese mismo año y luego de la salida de la Universidad Camilo forma parte del comité técnico de la Reforma Agraria, del Instituto Colombiano para la Reforma Agraria.
Los últimos años de su vida transcurren entre trabajos sociológicos verdaderamente originales sobre la triste realidad de algunos colombianos y la profundización de su perfil político y dirigente en su mejor acepción. Ambas cuestiones comienzan a sumarle más presiones desde el clero, situación que desemboca en su renuncia al sacerdocio en 1965. Año, también, de creación del Frente Unido del Pueblo y el periódico Frente Unido. Octubre de 1965 ya lo encuentra en el monte. Su última trinchera.

Camilo Torres, vigencia de una época

Camilo Torres es sin duda el símbolo de una época marcada a fuego por la violencia política. Ya en mayo del 65 -en un discurso pronunciado en el homenaje que le ofrecieron estudiantes de la universidad nacional- analizaba: “…cuando la clase dirigente, a pesar de seguir detentando el poder con todos sus factores, se ha demostrado incapaz para manejar el país, esta misma clase tiene que recurrir a la represión contra todo el que propicie un cambio…”
En el año 1948 en Colombia se produce el asesinato de Jorge Gaitán, candidato por el Partido Liberal a la presidencia de la republica. La enorme reacción popular es conocida por la historia popular colombiana como el “Bogotazo”. Para algunos es el año del surgimiento de las Autodefensas Campesinas que luego dan origen a las FARC, también es el proceso de nacimiento del ELN.

El hilo que recorre el pensamiento de Camilo es ampliamente compartido por la militancia de aquel momento que en todo el continente entendía que las clases dominantes no iban a entregar el poder de forma pacifica ni renunciar a sus privilegios tan fácilmente.
Hay quienes afirman que Camilo se incorpora a la lucha armada a “solicitud del ELN pero ante unas condiciones de seguridad bastante criticas”.
Camilo va en una ida y vuelta constante del Frente Unido a la Teología de la Liberación. Sobre la unión revolucionaria decía: “tenemos que lograr la unión revolucionaria por encima de las ideologías que nos separan; al mismo tiempo que bregaba por el acercamiento entre comunistas y cristianos: “nosotros nos ponemos a discutir si el alma es mortal o inmortal y dejamos sin resolver un punto en que si estamos todos de acuerdo y es que la miseria es mortal”.
Camilo, el sacerdote guerrillero ocurre indudablemente en un momento de auge, un hecho importante para la historia que abrió el cristianismo en America, por ejemplo es reconocida la participación de muchos cristianos en la lucha armada tras la muerte de Camilo, no solo en Colombia. En Argentina es recordado el “comando Camilo Torres” uno de los grupos que conformaron en sus inicios la organización político-militar Montoneros.

Muere en combate, el 15 de febrero de 1966, en la vereda de “Patio Cemento”, en Santander. Sus restos mortales fueron sepultados en algún lugar clandestino, desconocido hasta el momento.
En Camilo y su época hay una comprensión del momento histórico extendida en todo el continente, era necesaria la lucha armada, para defender al pueblo y las conquistas sociales ante los ataques y la violencia de la oligarquía, sin embargo nos interesa destacar que en la propuesta del Frente Unido y en el desarrollo que hace Camilo en sus “mensajes” a los cristianos, a los campesinos, a los comunistas, a las mujeres, a los sindicalistas, etc., está su propuesta política más integral. Una idea gramsciana de conformar un “bloque histórico” de las mayorías populares o clases populares como decía.
El legado de Camilo Torres Restrepo tiene hoy un enorme vigor, el pensamiento y la acción que atraviesa su obra y su vida es guía indispensable de estudio de cualquier proceso emancipatorio en el mundo entero.

Francisco Farina y Federico Orchani – @panchofarina y @fedeorchani


Publicado por Refundación Comunista de Uruguay

La Guajira colombiana, entre la sed y la muerte

A 50 años de la siembra de Camilo Torres «El Cura Guerrillero»

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Camilo Torres nació en Bogotá (capital de Colombia) en 1929.
«Cuando la oligarquía no deje otro camino, los campesinos tendrán que darnos refugio a los revolucionarios, a los obreros y estudiantes. Por el momento deben unificarse y organizarse para recibirnos con el fin de emprender la larga lucha final», palabras de Torres a los campesinos.
Camilo Torres Restrepo fue un sacerdote católico colombiano que cayó en combate el 15 de febrero de 1966 en Patio Cemento, Santander-Colombia. Reconocido por ser pionero de la Teología de la Liberación, cofundador de la primera facultad de Sociología de América Latina en la Universidad Nacional de Colombia y miembro del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Nació en Bogotá el 3 de febrero de 1929, y durante toda su vida promovió el diálogo entre el marxismo y el cristianismo. Fue capellán de la Universidad Nacional de Colombia, estimuló los trabajos sociales en áreas marginadas y enseñó sociología en la Facultades de Economía y Sociología.
Colombia superó el tema más difícil para alcanzar la paz
En 1961 sus posiciones en defensa de los estudiantes le crearon conflictos con la jerarquía eclesiástica y con el establecimiento político, por lo que debió retirarse de la capellanía de la Universidad y pasó a una parroquia.
A mediados de 1964 se agudizó el conflicto de orden público en Colombia y en 1965 hizo su aparición en el Ejército de Liberación Nacional (ELN), una guerrilla inspirada por la revolución cubana. El padre Camilo, decidido ya a impulsar una clara acción política, lanzó en Medellín la plataforma de un movimiento que debería unificar los distintos grupos populares y revolucionarios: el Frente Unido.

«La Revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un gobierno que dé de comer al hambriento, que vista al desnudo, que enseñe al que no sabe, que cumpla con las obras de caridad, de amor al prójimo, no solamente en forma ocasional y transitoria, no solamente para unos pocos, sino para la mayoría de nuestros prójimos. Por eso la Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos».  Camilo Torres, 3 de agosto de 1965.

El Cura Guerrillero

Recibió instrucción militar de el hoy comandante del ELN, Nicolás Rodríguez, «Gabino», sólo estuvo cuatro meses en armas. Aunque participó activamente durante mucho tiempo en la lucha social, a la cual se dedicó con ahínco siendo capellán de la Universidad Nacional.
Tenía más de una década con la intención de ingresar al ELN, con el cual había entrado en contacto a través de células de simpatizantes en la Universidad Nacional. Tenía 36 años y aunque estaba decidido a dar hasta la vida por las ideas que defendía, no sabía que escasamente alcanzaría a cumplir los 37 antes de morir en uno de sus primeros combates.
Parte del reportaje «El día que el padre Camilo Torres aprendió a disparar», señala que «No era muy bueno con las armas, dicen las pocas personas que lo vieron monte adentro. Incluso lo deja entrever el hombre que le dio instrucción militar, quien para ese entonces era más bien un niño: Nicolás Rodríguez Bautista, el mismo al que desde entonces todo el mundo conoce como “Gabino” y que ahora es el máximo jefe del ELN».  
En su corta estancia en el ELN, proveyó de asistencia espiritual e ideológica desde un punto de vista marxista-cristiano a los guerrilleros analfabetas.
De acuerdo a Gabino, en ese octubre de 1965 en el que Camilo Torres llegó al campamento de los alzados en armas, hubo gran sorpresa pero pocos de sus compañeros reconocieron al clérigo alto y ojiazul que desentonaba entre los campesinos del grupo. «¿Un cura sin sotana y que iba a echar bala? muchos no entendían las razones de la presencia del cura.
«Camilo proponía que el poder estuviera en manos de las mayorías, decía: “el pueblo tiene derecho al poder. Hay que preguntarle a la oligarquía como lo va a entregar. Si lo entrega pacíficamente, lo tomaremos pacíficamente, pero, si decide entregarlo por la violencia, nosotros lo tomaremos violentamente», señala el investigador de la Fundación Colectivo Frente Unido Nicolás A. Herrera Farfán.

El 15 de febrero, tropas de la Quinta Brigada, dirigida entonces por el coronel Álvaro Valencia Tovar, dieron muerte al Cura Guerrillero, cuando trataba de apoderarse del fusil de un soldado. El Frente Unido no había sobrevivido a su ingreso en la guerrilla, roto entre tendencias divergentes.
Tras su muerte, Camilo Torres Restrepo se convirtió en un mártir oficial del ELN, a pesar de que su influencia inmediata fue efímera, su impacto sobre la Iglesia latinoamericana fue amplio y prolongado.
Influyó en la opción guerrillera de muchos sacerdotes y religiosos durante los quince años siguientes, y sus ideas marcaron la mentalidad de los teólogos de la Liberación y de los grupos guerrilleros.
Su honestidad y carisma, sirvieron para consolidar y dar un aura heroica y de generosidad a esa alternativa que tan costosa ha sido para Colombia: la insurrección armada y la violencia como formas de lucha política.
Los restos de Camilo Torres Restrepo
El investigador Nicolás Herrera Farfán resalta en una entrevista que la clase gobernante colombiana nunca le perdonó a Camilo Torres que los hubiera traicionado. Y en política, la traición se paga con la muerte.
No fue suficiente con matarlo «Se necesitó esconderlo (su cuerpo) y tratar de borrar todo rastro de memoria. La mancha dejada por su traición debía desaparecer del imaginario cotidiano y del relato de Nación. Y una manera de anularlo históricamente, fue reducirlo a la imagen mesiánico-militarista de “cura guerrillero”, explica Herrera.
El pedido de los restos de el Cura Guerrillero, ha sido un reclamo histórico, iniciado por su propia madre. Cincuenta años el reclamo ha sido acogido por movimientos sociales, populares y eclesiales; también por el ELN.  Algo que que va mucho más allá de la insurgencia.
El arzobispo de Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve, ha asumido el pedido público, casi al mismo tiempo que familiares y amigos de Camilo adelantaban medidas judiciales.
El pasado 16 de enero, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó la búsqueda de los restos del sacerdote Camilo, el mandatario manifestó que la entrega del cuerpo sería un «gesto simbólico» en el inicio de un eventual proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Este contenido ha sido publicado originalmente por teleSUR bajo la siguiente dirección:
http://www.telesurtv.net/news/A-50-anos-de-la-siembra-de-Camilo-Torres-El-Cura-Guerrillero-20160212-0047.html. Si piensa hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y coloque un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. www.teleSURtv.net

Editorial

Con Camilo, Siempre Junto al Pueblo

Publicado: Lunes, 15 Febrero 2016 12:00
Escrito por Editorial N.516 / Revista Insurrección – ELN Colombia

El gobierno de Santos está desesperado, al igual que el resto de gobiernos, que basaron sus economías en la exportación de materias primas, porque siguen cayendo sus precios y su demanda, ante la crisis de los países industrializados y de los llamados países emergentes.

Se resalta la caída en picada de los precios del petróleo, que ya bajó de los 30 dólares el barril y se aproxima a los 20 dólares. El problema es que el presupuesto de Colombia para el 2016, lo hicieron calculando los ingresos petroleros a 64 dólares el barril, lo que significa que se parte con un enorme déficit fiscal, teniendo en cuenta, que el petróleo representa cerca de la mitad de las exportaciones.

Pero lo más grave es que en Colombia, los precios de producción de petróleo, oscilan entre 35 y 25 dólares por barril. Es decir, que ya hay una proporción grande de pozos, que no es rentable explotarlos y dentro de muy poco, toda la actividad extractiva estará trabajando a pérdida y la renta petrolera caerá a cero.

Este profundo hueco fiscal, el gobierno plantea llenarlo, aumentando todos los impuestos vigentes y creando nuevos en contra de las capas medias y bajas de la población. También se disminuirá el gasto social y se acabará de feriar lo poco que queda de empresas públicas, como lo hicieron con Isagen y piensan hacerlo con Ecopetrol y la Empresa de Teléfonos de Bogotá.

La inmensa mayoría de la población está cada vez más estrangulada, puesto que el desgraciado aumento del salario mínimo resultó menor que la inflación, lo que significa que en el 2016 los trabajadores podrán comprar menos productos que en el 2015, disminuyendo su calidad de vida.

La pobreza y la miseria del pueblo colombiano se agrava, por la falta de planes de contingencia para afrontar los daños ambientales, que causa la explotación irracional de la naturaleza. Ahora, con el fenómeno de El Niño, habrá sequía durante el primer semestre del 2016, aumentando las temperaturas, secando los ríos, postrando las actividades agropecuarias, secando los embalses hidroeléctricos, etc. Ya hay un gran porcentaje de municipios que están en emergencia, con racionamientos de agua y pronto habrá racionamientos eléctricos, además del desabastecimiento alimentario. La única medida del gobierno es aumentar las tarifas de los servicios que no presta y poner multas al consumo del agua.

Ante este panorama de crisis generalizada, Santos recrudece la legislación antisocial, para legalizar mayores actividades represivas contra la población, que se atreva a protestar y a exigir sus derechos. Así, mientras se intensifica la campaña mediática para desarmar a las guerrillas a nombre de la paz, se arremete con las fuerzas estatales contra la población que pide la paz con justicia social.

Colombia es un rezago de la Guerra Fría, que impuso el imperialismo norteamericano, para instaurar el Terrorismo de Estado, como política oficial de estos países. Vivimos sometidos bajo la dictadura de un Estado genocida, que tortura, masacra y encarcela al movimiento social y político de oposición.

El Estado colombiano es el responsable de asesinar más de millón y medio de personas, desaparecer a más de 250 mil, desterrar a más de 7 millones y tener secuestrados en las cárceles a más de 10 mil presos políticos. No puede haber impunidad para estos crímenes de Estado y de Lesa Humanidad y las víctimas exigen verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición.

A pesar que las hordas regulares y paramilitares del Estado continúan el genocidio, el valiente pueblo colombiano mantiene su tradición de lucha. Hoy, cuando los sectores populares de Bogotá, se manifiestan contra el pésimo transporte público, el alcalde Peñalosa, sale a calificarlos de “desadaptados, vándalos y terroristas” y ordena su represión; cuando él es el responsable de esta situación tan caótica, que sólo enriqueció a unos pocos empresarios del transporte urbano.

De igual forma, cuando el Ejército de Liberación Nacional se defiende de los grandes operativos de tierra arrasada que adelantan las fuerzas estatales, entonces nos critican, por “no querer subir al tren de la paz”.

Frente a la tiranía que nos gobierna, el ELN ejerce el legítimo derecho a la Rebelión y en este contexto se enmarca la campaña de Camilo 50 Años: Sembrando Vida y Amor Eficaz.

La paz se logra con la lucha y seguir luchando junto al pueblo, es la forma más consecuente de rendir homenaje a nuestro Comandante en Jefe Camilo Torres Restrepo, indiscutible líder de la Revolución Socialista Continental, caído en Patio Cemento, Santander, el 15 de febrero de 1966.

ELN revela detalles de la muerte de Camilo Torres

ELN revela detalles de la muerte de Camilo Torres

Contagio Radio

19 Feb 2016

El comandante del ELN, Nicolás Rodríguez Bautista, “Gabino”, explica el contexto de la muerte de Camilo Torres Restrepo, sacerdote, sociólogo y líder político que se vinculó a esa guerrilla y que murió hace 50 años en el sector del Patio Cemento en el municipio de Carmen del Chucurí en Santander. Según “Gabino” Camilo Torres habría caído en combate en medio de primera misión militar que cumplía.

El video, que llegó a los estudios de Contagio Radio y de Colombia Informa y que fue grabado en el sitio de la muerte de Camilo Torres, el sacerdote es presentado como un líder revolucionario que no encontró en la sociedad de ese momento la manera de cambiar las injusticias a través de la política y por ello decidió partir a la lucha guerrillera.

Según “Gabino” la intensión de Camilo Torres era “graduarse de guerrillero” para luego partir a los llanos orientales a seguir alimentando la lucha. Relata Gabino que su afán de curtirse en la lucha guerrillera lo llevó al combate el 15 de febrero de 1966 en el que murió, y en el que estaba acompañado de un número reducido de integrantes del ELN, casi todo inexpertos.

En el video organizado con cortas exposiciones, Gabino explica, el contexto en el que se dio la vinculación de Camilo Torres a las filas del ELN y menciona las luchas de los trabajadores petroleros en Barrancabermeja, así como las reivindicaciones estudiantiles que tuvieron su centro en la Universidad Industrial de Santander.

El combate de Patio Cemento

Gabino explica que la Quinta Brigada al mando del Coronel Álvaro Valencia Tobar, lanzó un fuerte operativo sobre la zona del llamado “Rancho número 1”, el primer campamento del ELN en esa zona. El objetivo del operativo era acabar con el “naciente” ELN. Sin embargo, lo que logró el operativo militar fue el despliegue de la guerrilla hacia las cercanías de la base militar “El centenario” para esperar el regreso de las patrullas del ejército a su sitio de acuartelamiento.

A partir de un nuevo mapa Gabino explica que hacia las 9 de la mañana del 15 de Febrero de 1966, el ejército se reunió en la finca “La Loma” a 4 km del sitio en dónde se preparaba la emboscada de la guerrilla. El paso de un campesino obligó a que la patrulla militar tomara medidas de seguridad excepcionales, disponiendo dos solados cada 10 metros y no 1 cada 20 metros como era la manera regular avanzar.

La emboscada

Un grupo de 30 guerrilleros se apostaron al los lado del camino. En la cabeza de la emboscada de se ubicaba Fabio Vásquez, y Camilo Torres Restrepo era el tercero en la columna, sin embargo las medidas de seguridad adoptadas por los militares multiplicaron su capacidad de fuego y en 5 minutos pasaron de emboscados a emboscar a la tropa guerrillera, lapso de tiempo en que murieron 5 guerrilleros, entre ellos Camilo Torres.

Gabino relató que un grupo de guerrilleros intentó repeler el ataque de las FFMM y retirar el cuerpo de Camilo Torres pero debieron replegarse al encontrar una tropa multiplicada, puesto que El ELN solamente esperaba 40 militares y la tropa estaba conformada por 80 efectivos que se encontraron en un punto del camino. “Se presentó una discusión” pero tuvo más fuerza la batalla que la voluntad de llevarse el cuerpo de Camilo, según el relato.

“En  término de 8 o 10 minutos se desarrollaron todos estos acontecimientos, que podemos decir, que afectaron sensiblemente la actividad guerrillera porque muere sin duda, el hombre de más impacto, de más relevancia como dirigente popular que era el compañero Camilo», y agrega que a pesar del dolor “Camilo Vive” y sus convicciones cristianas las siguen llevando como un símbolo de la lucha popular y guerrillera.

Camilo Torres de combatiente a desaparecido

Gabino describe a Torres como una persona sencillo, humanista, humilde y apasionado en sus convicciones políticas, además lo ubica dentro del grupo de desaparecidos de Colombia, “Quisieron desaparecerlo” pero no lo lograron, afirma, y además insta a que el cadáver sea entregado lo más pronto posible a la familia, porque a ellos “les pertenece”.

¿Quién fue Camilo Torres? 50 años sin el Che de los cristianos latinos

Se cumplen 50 años de la muerte del revolucionario que dejó los hábitos para tomar las armas

por Felipe Sánchez
El País es – Madrid 16 FEB 2016 – 19:04 CET

Una camiseta alusiva al homenaje por los 50 años de la muerte de Camilo Torres, este lunes en Bogotá.

Una camiseta alusiva al homenaje por los 50 años de la muerte de Camilo Torres, este lunes en Bogotá. Leonardo Muñoz EFE

Camilo Torres Restrepo murió en su primer combate con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), cuando intentaba cumplir el rito iniciático de conseguir su propio fusil. El Cura guerrillero, como es conocido mundialmente, pese a que en el momento en que ingresó a la guerrilla ya había dejado los hábitos, intentó emboscar junto a sus compañeros a un pelotón del Ejército colombiano que rechazó el ataque y le dio muerte. El mito revolucionario comenzó ese día en una selva espesa del noroccidente del país, hace 50 años. El padre Camilo, un hijo de la alta burguesía bogotana, fundador de la primera facultad de sociología de América Latina y compañero en la carrera de Derecho de Gabriel García Márquez, se había convertido en mártir de la lucha armada latinoamericana sin disparar un solo tiro.
“Donde cayó Camilo nació una cruz, pero no de madera, sino de luz”, reza la canción que el cantautor uruguayo Daniel Viglietti compuso como homenaje a quien ha sido considerado el Che Guevara de los cristianos. Su padre, Calixto Torres, fue un reputado pediatra que, paradójicamente, salvó la vida del niño Álvaro Valencia Tovar, el militar que años más tarde comandaría la operación en que murió el hijo del médico y quien ocultó su cadáver para evitar que la tumba se convirtiera en lugar de peregrinación.
A finales de los años cuarenta Torres coincidió con García Márquez en la Universidad Nacional. Camilo abandonó la licenciatura para entrar al seminario y Gabo tuvo que irse de Bogotá tras el alzamiento popular motivado por la muerte del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán. La amistad se mantuvo y Torres ofició el bautizo del primogénito de García Márquez, el hoy director de cine Rodrigo García Barcha. “Lo que más me interesa del mito de Camilo es que es una demostración muy triste de que América Latina no cree sino en héroes muertos”, declaró el premio Nobel en un documental sobre la vida de su amigo.

Camilo Torres en 1965.

Camilo Torres en 1965. AP

Torres oscilaba entre las ceremonias de la burguesía, las manifestaciones populares y el campus de la Universidad Nacional. El presidente de la República, Juan Manuel Santos, hijo de la familia propietaria del periódico El Tiempo y sobrino-nieto de un expresidente, fue monaguillo del cura en los años sesenta, según la revista Semana. Entretanto, el religioso lideraba el Frente Unido, una coalición de movimientos populares que se oponía al bipartidismo férreo implantado por liberales y conservadores en el país.
Ante las presiones de la jerarquía eclesiástica por su activismo político, el sacerdote viajó a Bélgica para doctorarse en sociología por la Universidad de Lovaina. A su regreso a Colombia en 1959 fundó junto a Orlando Fals Borda la primera facultad de sociología de América Latina, auspiciada por la fundación Rockefeller y otras instituciones estadounidenses que estaban inquietas por el triunfo de la revolución cubana y que patrocinaron las ciencias humanas en el continente para comprender la agitada situación social y desactivar el fenómeno revolucionario.
En los muros de las universidades públicas de Colombia todavía se lee un sinnúmero de pintadas con el grito de guerra del ELN, la segunda guerrilla del país, de orientación maoísta y cristiana: «¡Camilo vive!». Varias de las imágenes más reproducidas de Camilo Torres lo retratan en la Universidad Nacional, rodeado siempre de estudiantes que, como él, seguirían su ejemplo para echarse al monte a perseguir la utopía de una sociedad mejor y del hombre nuevo.