Thomas S. Monson es el presidente y profeta de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El papel del profeta es uno de los pocos puestos religiosos de tiempo completo a disposición de los mormones. (Hay, por supuesto, trabajos ordinarios tales como secretarios que hacer trabajo de tipo administrativo). Sólo los profetas y apóstoles, entre todos los líderes religiosos de toda de la iglesia, trabajan a tiempo completo.
El resto son voluntarios. Por ejemplo, cuando Mitt Romney sirvió como obispo (un pastor laico), él tenía un empleo regular en su comunidad y éste mantenía a su familia. La extensa obra de un obispo se hacía después de que se cumpliera con las responsabilidades laborales y familiares.
Aunque el profeta, sus dos consejeros, y los doce apóstoles (los consejeros también son apóstoles), sirven a tiempo completo, no reciben un salario. Esto se debe a las advertencias bíblicas acerca de la superchería sacerdotal ––la capacidad de hacerse rico haciendo el trabajo de la Iglesia.
Ya que la mayoría de quienes sirven en estas posiciones son mayores, a menudo tienen pensiones u otras fuentes de ingresos privados, a pesar que ya no pueden tener un empleo aparte. Los que no, reciben un modesto estipendio les permite vivir en un nivel de vida razonable, pero no para convertirse en ricos.
Aunque la mayoría de las religiones pagan a sus ministros y muchos líderes de las iglesias populares enriquecen, un líder mormón sólo puede alcanzar la riqueza antes de ser llamado al servicio a tiempo completo. Independientemente de cuánto dinero reciba la Iglesia, los líderes no se benefician de ese dinero de manera personal.
Debido a la privacidad, la Iglesia no revela de quién está recibiendo ayuda financiera de la Iglesia, ya sea un miembro de la Iglesia común que reciba ayuda caritativa o un líder que reciba un pequeño estipendio.
Thomas S. Monson se convirtió en un apóstol a la edad de 36 años, una edad inusualmente joven para tal llamamiento (también fue un obispo inusualmente joven). Antes de su llamamiento, él había trabajado en la industria de la imprenta como el Gerente General de Prensa de Deseret News.
Es posible que reciba un estipendio, debido a lo joven que era cuando dejó el empleo pagado, pero también es posible que por otro lado, sus hijos y otros familiares lo apoyaran. Incluso es posible que haya tenido que invertir ahorros que lo apoyaran. El cómo se mantenga realmente no es importante. Sin embargo lo hace, él no recibe un cheque de pago o una participación del dinero recibido por la Iglesia.
Si se da un estipendio, no viene de dinero del diezmo. A diferencia de muchas iglesias, que cuentan todos sus negocios como parte de su ministerio, los mormones operan una
rama sin fines de lucro para sus negocios. Estas empresas pagan impuestos en la misma proporción que cualquier otro negocio y funcionan bajo una empresa holding (Sociedad financiera que posee o controla la mayoría de las acciones de un grupo de empresa). Es la rama sin fines de lucro la que proporciona el estipendio, de modo que el dinero donado por los miembros no se utilice para los salarios.
El profeta no es dueño de estas empresas, ni tampoco recibe una parte de las utilidades de ellas. Las utilidades se utilizan para financiar la obra de la iglesia, incluyendo cosas como los salarios que no se deben pagar con fondos de los diezmos.
A los mormones les encanta ser parte de un sistema voluntario. Esto les permite servir a Dios totalmente desinteresadamente. No aceptan el servicio para ganar un sueldo, sino que lo aceptan totalmente porque aman a Dios y desean servirle y ser parte de Su obra. Hay, por supuesto, recompensas que van mucho más allá de lo que un cheque de pago podría proporcionar.
Los mormones no suelen elegir sus llamamientos. Cuando un(a) líder de una organización necesita a alguien para ocupar un puesto, él o ella considera los posibles nombres de las personas que conoce o que podrían estar disponibles. A continuación, evalúa los nombres, oran en busca de inspiración, y luego elige a uno. Ora para saber si este nombre es aceptable para Dios y si lo es, se lo da al obispo para su aprobación.
Esto se hace porque él sabe más sobre la persona y si esa persona está realmente disponible para el puesto. Cuando todos han orado y están de acuerdo, a la persona elegida se le invita a aceptar el llamamiento. Sabiendo que es de Dios, la mayoría de los mormones aceptan incluso si no se sienten capacitados para el puesto. Por supuesto, si hay información que él o ella podría tener que es pertinente, tal como una situación familiar grave que requiere prioridad, la persona pedirá que se considere eso.
Las personas en general, cambian de posición cada cierto número años. Esto les permite servir en una amplia gama de posiciones al pasar los años y así poder ganar muchas habilidades. También ello mejora su comprensión de la organización de la iglesia ya que la ven desde muchos puntos de vista diferentes.
No hay ascensos, por lo que una persona podría ser la presidente de la Primaria de los niños una semana, y un asistente a un líder de la guardería la siguiente y no se consideran una degradación de ninguna manera. Es simplemente otra responsabilidad.
Las habilidades aprendidas a través del servicio en la Iglesia a menudo obligan a las personas a salir de su zona de comodidad. Una seguidora tímida puede encontrar que se le pide dirigir una gran organización de mujeres. A un hombre que no se siente organizado se le puede pedir ocupar la posición de secretario ––una posición que requiere amplias habilidades de organización.
A una persona nueva en la Iglesia se le puede pedir que enseñe una clase, a pesar de que primero tendrá que aprender las doctrinas que va a enseñar. A medida que la gente acepte posiciones para las que nunca se hubieran ofrecido como voluntarios, ellos llegan a ser más de lo que imaginaban que podrían ser.
Los mormones creen que Dios los conoce perfectamente y sabe todo lo que son capaces de llegar a ser. Cuando Él elige un llamamiento para ellos, a menudo Él los pone en una situación que requiere del crecimiento necesario para convertirse en la persona que Dios sabe que pueden ser.
Desde un punto de vista práctico, algunas habilidades aprendidas en la iglesia más tarde se convierten en habilidades de trabajo. Un adolescente que descubre que tiene un don para la enseñanza podría decidir especializarse en la educación.
Alguien invitado a dar clases de alfabetización puede hallar que es muy gratificante y seguir una especialización en alfabetización de adultos o decidir voluntariamente enseñar en la comunidad una vez que ya no sea su trabajo en la Iglesia.
Muchos de los que obtienen habilidades de oratoria o habilidades de liderazgo en la Iglesia llegan a ser líderes en los negocios o el gobierno. Esto también es parte del plan de Dios para ayudarnos a crear la vida que Él quiere que llevemos.
Los mormones en todos los niveles de la Iglesia sirven a Dios con alegría y con amor, encantados de formar parte de Su evangelio.