MARCOS SALGADO / HOYVENEZUELA.INFO –
Hay dos formas de ordenar la operación de prensa del diario franquista español ABC sobre la nueva estrella de la DEA: el capitán de corbeta Leamsy Salazar, ex integrante del primer anillo de seguridad del comandante Chávez. Una, considerar que todo lo que dice ABC es “informaciónâ€, la otra, tratar de separar los hechos de las operaciones, eso intentaremos aquí.
De lo dicho por ABC, solo un elemento vamos a dar por comprobado: Leamsy Salazar desertó de las filas de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana y se encontraría en los Estados Unidos o a disposición de ese país. Se trata del único hecho corroborado con fuentes diversas: el diario ABC y del otro lado, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, centro de los ataques del periódico franquista.
Dijo textualmente Diosdado Cabello a Pedro Carvajalino en Venezolana de Televisión, en video emitido el martes 27/1:
“Ese compañero estuvo con el Comandante Chávez. Cuando muere el Comandante yo decido, bueno en honor al Comandante, llevármelo a trabajar conmigo. Pero de repente yo comencé a hablar con él y comenzó a bajarme la vista… eso fue en el mes de junio. Mes de junio. Comenzó a bajarme la vista, no me aguantaba la mirada, se hacía el desentendido. Hablé con la Ministra de la Defensa y le solicité cambio y le dije: mándalo a estudiar para que se recomponga, porque no lo veo bien. Se fue a estudiar y nunca quiso asistir al curso. Al contrario: se desertó. Él desertó con su esposa desde diciembre, que decidió… pero del curso se desertó mucho antes del curso que le tocaba hacer, que corresponde a todos los militaresâ€
El resto de lo que circula son construcciones interesadas, ya desmentidas por el principal atacado, impulsadas por un diario furibundamente antichavista, que no oculta su deseo de que el gobierno de Nicolás Maduro caiga. Basta ver la editorial del medio del día 29/1, en respuesta a la denuncia del presidente venezolano. Una editorial, a diferencia de lo que sucede con los artículos firmados, representa la posición del medio.
El presidente Maduro había denunciado que ABC promueve una “campaña de la ultraderecha internacional y factores del imperio estadounidenseâ€. Ese es el segundo hecho comprobable. La ultraderecha internacional tiene en ABC uno de sus principales pilares a la hora de atacar a Venezuela y el esquema no por repetido es menos simple: ABC “lanza†la supuesta “información†y el resto de una poderosa entente mediática la replica tomando al primer medio como fuente, sin cuestionar la noticia y sin buscar repercusiones, puntos de vista, contextos, etc.
La segunda parte de la afirmación del presidente Maduro sobre la intervención de “factores del imperio estadounidense†también está comprobada. Un día después de la publicación, el secretario de Estado adjunto para Narcóticos y Seguridad Internacional de los Estados Unidos y viejo conocido de Venezuela, William Brownfield aseguró que lo publicado en ABC era “consistente†con sus propios análisis sobre la supuesta penetración de los carteles de la droga en Venezuela.
Después, el funcionario dijo que no podía “confirmar ni negar†lo publicado en ABC. ¿Realmente un funcionario del rango de Brownfield no puede confirmar siquiera si Salazar está en Estados Unidos, si existe una investigación oficial de la DEA al respecto y si hay algún tipo de denuncia judicial radicada en algún juzgado en territorio estadounidense? Claro que puede. No lo hace porque no es necesario por ahora.
Porque de aquí en más se desplegará la segunda parte de la operación, que consistirá en que la prensa (puede ser ABC o puede cambiarse de medio oportunamente) “filtre†nuevos datos sobre lo que Salazar “diga†a la DEA. Esto sucederá cuando los operadores periodísticos y políticos lo consideren pertinente. Ilustramos con un ejemplo: la negociación entre Estados Unidos y Cuba para normalizar las relaciones diplomáticas ya se ve más difícil de lo que a simple vista parecía. Si en algún momento esta llegara a estancarse, aparecerán las “revelaciones†de Salazar sobre vínculos de Diosdado con el gobierno de Cuba. De hecho, ese camino ya está abonado en el primer artículo de ABC.
Lo mismo puede suceder con cualquier otra coyuntura, que podrá tener su “oportuno†rebote en nuevos supuestos dichos de Salazar. Otro ejemplo, este año hay elecciones presidenciales en Argentina, aunque la presidenta Cristina Fernández no es candidata a la reelección, bien podría enlodarse al oficialismo en algún escándalo que vincule a Diosdado (u a otros funcionarios venezolanos) con la Casa Rosada de Buenos Aires. ¿Por qué no? Salazar, no lo duden, dará para todo.
Regresemos a los hechos: Salazar y el comandante Chávez
Otro elemento confirmado en fuente oficial y pruebas documentales es que efectivamente Leamsy Salazar formaba parte del primer anillo de seguridad del presidente Hugo Chávez, quien, efectivamente, lo estimaba como joven oficial ligado a la retoma del Palacio de Miraflores tras el golpe del 11, 12 y 13 de abril de 2002. Salazar permaneció en el primer anillo de Chávez hasta los últimos días del comandante bolivariano.
Mucho se habló sobre la posibilidad de que el cáncer que mató en menos de dos años al presidente Chávez haya sido inoculado de alguna manera. El presidente Maduro a poco de asumir dijo que coincidía con esa hipótesis. Tanto un análisis político como otro de las acciones asumidas desde hace tiempo por los Estados Unidos en torno a la inoculación de enfermedades a personalidades o comunidades completas nos hacen concluir que, efectivamente, si el imperio (más que los Estados Unidos mismos) tuvieron la oportunidad de acercarse a Chávez, jamás la hubieran desperdiciado.
Toby Valderrama ha escrito varias veces sobre el escenario político de lo que llamó el “magnicidio biológico†de Chávez; el abogado Juan Martorano escribió una veintena de trabajos sobre la forma en que los Estados Unidos han actuado en diferentes escenarios y momentos a través de inoculaciones forzadas para torcer la historia a su favor. Todos estos trabajos pueden consultarse en el portal web Aporrea.
Pero todos estos esfuerzos de recopilación y análisis chocaban con un obstáculo difícil de sortear: para el “magnicidio biológico†de Hugo Chávez hacía falta que el o los victimarios se acercaran mucho y por mucho tiempo al líder. Allí, en el primer círculo y por años, estuvo Leamsy Salazar, hoy a disposición funcional de las operaciones político periodísticas de ABC y los Estados Unidos.
No podemos afirmar bajo ningún punto de vista (al menos con la información confirmada con la que se cuenta por ahora) que Salazar haya tenido que ver con la muerte del Comandante Chávez. No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que hay que asumir que la seguridad del primer anillo estaba vulnerada. Eso es un hecho.
Es hora que comience una investigación oficial, rigurosa y seria, sobre el posible magnicidio del Comandante. La historia lo demanda.