Nombrados así por un analista de Goldman Sanchs para promoverlos como «promesas económicas», cuatro de los cinco Brics: Brasil, Rusia, China y Sudáfrica, tienen el común denominador de atravesar una serie de agresiones financieras no convencionales y una creciente demonización por parte de los medios corporativos que los instalaron como «promesas».
Radiografía a las agresiones financieras no convencionales
Recientemente, el columnista de The Washington Post, David Ignatus remarcó que el poder militar es producto de la dominación económica de Estados Unidos por lo que «todo aquello que amplíe el alcance de los mercados de Estados Unidos, como los megatratados comerciales en negociación, se suma a su arsenal de poder». Sostiene que este poderío se limita con negocios fuera de Washington que construyen «una arquitectura financiera rival».
Esta obviedad, al igual que afirmar «poder estadounidense» como eufemismo de los bancos y capitales que empujan desde atrás la política exterior del Imperio, sirve para darle un marco a las agresiones financieras no convencionales contra los Brics si también se recuerda que las «sanciones son la bala de plata de Estados Unidos durante la última década porque son más baratas y eficaces contra adversarios que el poder militar tradicional», de acuerdo al secretario de Tesoro estadounidense y ex empleado del banco Citigroup, Jack Lew.
Bajo este cuadro es que, desde la crisis de 2008, lo que se ha radicalizado es una creación de expectativas negativas sobre la evolución económica de estos países, como también eufemismo de un ataque de propaganda, al punto de que sólo en 2015 se fugaron, en parte, más de 700 mil millones de dólares de la plataforma Brics en clara sincronía con la presentación de estos de una arquitectura financiera alternativa de Occidente con banco y fondo de reservas propio (todo en consonancia con la agencia financiera propia de China, el inicio de comercialización intra moneda y la internacionalización del yuan, entre otras medidas).
El descaro es de tal magnitud que luego de que Goldman Sanchs «cerrara» la era Brics, su analista Jim O’Neill inició una campaña de propaganda para redireccionar la inversión en «mercados emergentes» en los países que llamó MINT (México, Indonesia, Nigeria y Turquía) en una clara maniobra de boicoteo a los Brics.
Enumerar las agresiones financieras no convencionales
El puntapié inicial es el antes descrito, pero la intensidad y la modalidad han sido distintas en tres de los cuatro Brics víctimas de agresiones financieras no convencionales:
- En el caso ruso se ha centrado en la bala de plata de las sanciones, aquí descritas por Misión Verdad, y también el ataque al rublo, basada en movimientos especulativos y también en el mismo modus operandi que en Venezuela se aplica con Dólar Today, una fórmula de agresión financiera que no respeta fronteras. Movimientos claramente contextualizados en la guerra del petróleo en curso actualmente y la desesperación del presidente Barack Obama por que el barril no crezca, como se vio en su reciente visita a Arabia Saudí y la amenaza a Riad de desclasificar los informes que lo relacionan al 11 de septiembre.
- En China, si bien no ha habido sanciones contra el país, sí lo ha habido contra empresas chinas como la de telecomunicaciones ZTD. Pero claramente este no ha sido el centro del ataque, ya que a principios de año el Banco Central del país acusó a Estados Unidos de un ataque especulativo contra su moneda e inició una investigación para encontrar a los operadores que iniciaron el movimiento. Como respuesta, China realizó una posterior devaluación del yuan contra la apreciación del dólar, manipulada por Washington para generar una fuga de divisas emergente hacia su país. Paradójicamente, uno de los acusados por el movimiento contra la moneda china es el reconocido especulador George Soros, dueño de Open Society, quien recientemente afirmó que Beijing está al borde una crisis financiera similar a la de 2008. Pero si no cree esto, veamos la corrida financiera que armaron contra China en su justa dimensión y también como se la presentó en los medios financieros como El Economista de México:
Lo mismo es lo que le ha sucedido a Brasil, de la mano de Goldman Sanchs y JP Morgan, como se ha explicado aquí, y es justamente en este país en el que se evidencia otro modus operandi similar respecto a la guerra híbrida en curso contra cuatro de los cinco Brics (mientras la India intenta ser cooptada para enfrentarse a Rusia y China, sin éxito).
La narrativa sobre la corrupción como método de purga
Exactamente igual que el caso Lava Jato de corrupción en Petrobras, utilizado como narrativa anti corrupción para dar el golpe a Dilma Rousseff, en Sudáfrica el presidente Jacob Zuma sólo en este año afrontó dos pedidos de juicio político por parte de la oposición de su país, financiada por Usaid y distintos nombres artísticos de Estados Unidos, luego de que fuese encontrado culpable de haber usado fondos públicos para remodelar su hogar por parte de la Corte Constitucional de su país.
Al haber fracasado en el primer intento, la oposición realizó una nueva ofensiva luego de que la Operación Panamá Papers revelase que un familiar cercano a Zuma posee una cuenta en un paraíso fiscal. Como vemos en este intento golpe de Estado por parte de Washington, así denunciado por Sudáfrica, lo que se usa como vehículo es la narrativa de corrupción para buscar el cambio de régimen a partir de su utilización como explicación de las consecuencias del ataque financiero no convencional.
Este remix, junto a la guerra híbrida, claramente y por necesidad tiene sus puntos de intensidad en los miembros más débiles de los Brics, Sudáfrica y Brasil, y también en quienes permiten la proyección de la unión hacia regiones minas y periféricas de amplia importancia como América Latina y África. Por eso, el ataque también se basa en que la integración China-Rusia en la estratégica Eurasia sea limitada globalmente y cercada militar y económicamente en el sudeste asiático, y Europa con la OTAN y sus réplicas económicas, el Tratado Transpacífico y Transatlántico.
Lo que no toma en cuenta esta estrategia, milimétricamente planificada en base a una idea evolutiva del capitalismo, es que este salto adelante de la oligarquía global está basado en que enfrente no se antepondrá ninguna idea fuerza alternativa, sino que solamente por audacia y fuerza militar esto prospera cuando la mera aplicación de la misma estrategia por vías no convencionales devela una debilidad aún no explorada por sus enemigos más débiles.
Es en esta fórmula, entre idea fuerza y estrategia para la guerra no convencional, donde se encuentra parte del devenir de esta cada vez más radicalizada puja.