Para que no se repita no se tiene que olvidar, la Memoria Histórica habita en nuestra dignidad.
Hay una parte de la historia que olvidaron relatar, nos ocultaron la verdad, nos quieren dominar.
Para que no se repita nos tenemos que informar, Chile fue traicionado y no por la clase popular. No por las anarquías ni por la originalidad. No por su pueblo honrado, sí por los tiranos que prefirieron desertar.
Nos mintieron desde el principio no podemos olvidar que el traidor se beneficia del olvido y de la mediocridad. Para que no se repita nos debemos pronunciar.
El Golpe fue por la espalda, a quemarropa la traición, fue la oligarquía la que se entregó al patrón. Al imperio de los gringos siempre aviesos en la imposición.
Fue tanta la avaricia que tanta sangre derramó. La inocencia de las niños destruyó. La alegría de las madres congeló. La simpleza de la vida en agua agria convirtió. Más la resistencia nunca venció, siguen firmes los arrechos que no conocen la traición.
Viven los caídos en la sangre efervescente de los estudiantes que por humildes son decentes.
En la mano campesina cuna de artistas enteros, en la voz del proletario que es fiel y sincero. En el candor de los abuelos. En el eco de los cerros. En la poesía, en los esteros.
Viven los desaparecidos en la lealtad del compañero, en el que nunca olvida, en el que es honrado y sincero. En el que siembra alegría, conciencia e identidad, en el que respeta a su hermano Mapuche, urbano y rural.
Para que no se repita no podemos olvidar, que Chile habita en nuestra identidad, en la memoria de las multitudes, en las montañas, en la lava del volcán. En los mares despiertos, en la originalidad, en los sueños nuestros de libertad.
En la pureza de la vida, en la paz del riachuelo, en los barrios marginados, en los altos montes nevados. En los pueblos negados a hincarse derrotados sin alma y sin albedrío. En las juventudes, en los sembradíos.
Chile es nuestro, compañeros, nuestra lucha acorazada, nuestras manos, nuestras alboradas. Nuestra esencia latinoamericana. Nuestro ayer, hoy y mañana.
Chile es nuestro compañeros, nuestra sangre roja latiendo en un solo corazón; donde habitan los caídos, los desaparecidos, los torturados, los sobrevivientes, los exiliados. Los soñadores, los apestados. Los marginados.
Para que no se repita no podemos olvidar que la que traiciona no es la clase popular.
¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! ¡Viva Chile! ¡Viva nuestro presidente Salvador Allende! ¡Viva nuestra Patria Grande!