Por: Franco Vielma
Se ha iniciado un proceso de ordenación y renovación de los partidos políticos ante la instancia electoral venezolana. Esto infiere un proceso de adecuación de esas instancias de representación y participación política, para ponerse a derecho acorde a lo previsto en la legislación venezolana.
Como es de esperarse, este proceso ha generado un conjunto de reacciones que discrepan de la postura institucional del Consejo Nacional Electoral (CNE) y del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), instancias que han determinado dar curso a estas cuestiones inherentes a la protocolización ante el ente electoral, de organizaciones políticas que tienen cuentas pendientes. Se ha trasladado esto a la arena política partidista, generando un conjunto de dudas comunes que intentaremos aclarar.
1. ¿Es una arbitrariedad del CNE someter a los partidos políticos a renovación?
No. El proceso se inicia de acuerdo a lo dictado en el artículo 67 de la Constitución Nacional, y en los artículos 10, 16 y 25 de la Ley de Partidos Políticos, Reuniones Públicas y Manifestaciones, esta última una ley del año 2010. Lo cual indica que este no es un acto improvisado, ni una afrenta sacada como conejo de un sombrero para afectar a los partidos opositores. Lo que ocurre es un apego a la normativa vigente y que estaba en mora.
Por tal cuestión la sentencia número 1 de la Sala Constitucional del TSJ del 5 de enero de 2016 ordenó al CNE que regulara la verificación de la nómina de inscritos de las organizaciones con fines políticos, «implementando mecanismo de seguridad electrónica e informática sobre la verificación de manifestaciones de voluntad» de los inscritos en los partidos políticos.
2. ¿Es una medida para afectar a la oposición?
Absolutamente no. La sentencia del TSJ de enero de 2016, reiterada en octubre del mismo año por el máximo tribunal, somete a renovación a todos los partidos políticos, sin distinciones, exceptuando aquellos que por la ley ya cuentan con renovación automática, es decir, aquellos que hayan tenido más del 1% de votos del padrón electoral, en al menos 12 estados en la pasada contienda electoral. Los únicos partidos que cuentan con tal prerrogativa son el PSUV y la MUD (únicos en cumplir con creces ese requisito el 6D de 2015). Esto indica que los demás partidos opositores y los que integran el Gran Polo Patriótico que no tuvieron ese cumplimiento, deben someterse a derecho.
Otros partidos que deben someterse a renovación son los que no se presentaron con sus tarjetas en los dos últimos dos procesos, y esto sí afecta concretamente a un conjunto de partidos de la MUD.
Es una falacia artera señalar que esta es una medida selectiva para afectar a la MUD. Son 59 organizaciones políticas las que deben someterse a renovación, pero de esas organizaciones 32 no pertenecen a la MUD, son partidos chavistas del Gran Polo Patriótico, partidos de línea independiente y otros de línea disidente al GPP y la MUD. Partidos emblemáticos del chavismo deben someterse al proceso, entre ellos destacan el Partido Comunista de Venezuela, Podemos, Tupamaros, Redes, Movimiento Electoral del Pueblo, Unión Patriotica de Venezuela, Nuevo Camino Revolucionario, Patria Para Todos, etc.
La renovación de partidos políticos no implica ilegalización
3. ¿Se están ilegalizando los partidos políticos en Venezuela?
No existe una declaración taxativa, ni literal, que adjudique un status de «ilegalización» a ningún partido político en Venezuela con el advenimiento de este proceso de renovación ante el CNE. Ni siquiera esa categoría se le adjudica a los partidos que no pasen o superen la renovación. El término es parte de la alharaca política que se cierne sobre este tema.
Sí hay que aclarar que los partidos que no cumplan estos procedimientos perderán sus derechos a logos, colores y facultad para acudir a procesos electorales. Esta imposición no es una creación del chavismo como una afrenta a la MUD. De hecho, hay tradición legal electoral en Venezuela para afirmar eso de manera clara: si un partido político no se mantiene al día con sus registros y si tampoco participa en elecciones, pierde sus atributos como organización con facultad de ir a elecciones. Por eso ha habido tantos nuevos partidos en Venezuela y unos muy pocos son de vieja data.
La renovación no implica ilegalización. Aclaremos. Un partido político sólo podría declararse «ilegal» en Venezuela por medio de fallos de instancias tribunales, y éste no es el caso.
4. ¿Se está limitando la participación política con el proceso de renovación de partidos políticos?
Absoluta y definitivamente no. Debemos señalar dos cuestiones.
En Venezuela, según la Constitución Bolivariana, el concepto de «participación política» no está condicionado exclusivamente a los partidos y la facultad de afiliación que tenga una persona a cualquier organización representativa de este tipo. De hecho, para nombrar sólo un ejemplo, en Venezuela hay registradas casi 500 comunas y más de 48 mil consejos comunales, sumemos la cifra de 30 mil movimientos sociales, censados en el año 2013, y estas son instancias de participación política. Ahí es bastante fofa la tesis de «la dictadura».
En segundo lugar, el proceso de renovación no proscribe a ninguna organización, ni condiciona a estas toldas políticas, a asumir este proceso. Todas deben participar. No existe veto en este momento a alguna organización política que les inhiba o impida pasar por el redil de la renovación.
Por otro lado, la MUD ha rechazado las condiciones impuestas por el CNE para la renovación de los partidos políticos, ya que consideran que se «confisca» el derecho de los venezolanos a organizarse y participar políticamente, en una evidente manipulación del asunto y su traslado a la arena pendenciera de la pseudopolítica. Hay que insistir: obvian, eluden, ocultan, que eso que llaman «participar políticamente» va más allá de los partidos, y no mencionan que es mayor la cantidad de partidos chavistas que también deben someterse a este proceso, comparada con la cantidad de partidos opositores.
5. ¿Cuánto tarda y qué tan complejo es el proceso de renovación?
El proceso de renovación de los partidos podría tardar al menos unos seis meses, contando desde este momento, en el que el CNE ha publicado detalles de los primeros pasos a seguir, siguiendo lo estipulado en las «Normas para la renovación de nóminas de inscritos de las organizaciones con fines políticos». Es un proceso donde quienes firmen para registrar a un partido no deben hacerlo por otro, pues en Venezuela no es tolerada legalente la doble militancia partidista. El proceso implica recolección de voluntades (firmas) y también un registro biométrico.
Para empezar, los partidos sólo tendrán que recolectar expresiones de voluntad equivalentes al 0,5% del padrón electoral en apenas 12 estados del país.
El proceso de renovación dilata las próximas elecciones
6. ¿El antichavismo se queda sin barajitas para ir a unas eventuales elecciones?
Eso dependerá exactamente de cuándo haya elecciones. Al menos, durante el proceso de renovación y adecuación, los partidos estarían difícilmente habilitados para acudir a procesos electorales. No obstante, el antichavismo cuenta, en estos momentos, con la tarjeta MUD-Unidad, la cual no debe someterse a proceso de renovación. La denuncia más recurrente desde la MUD en este sentido no es ni siquiera que la MUD no tendrá partidos para ir a elecciones regionales y municipales, es que el proceso de renovación dilata las elecciones.
7. ¿Qué pasará con la tarjeta de la MUD?
En este sentido son más las dudas a señalar que las aclaratorias.
¿Una organización política que intentó un flagrante fraude electoral en el proceso revocatorio está a tono con la legislación venezolana y en consecuencia facultada para participar en elecciones?
¿Qué tienen que decir los tribunales venezolanos que suspendieron el proceso revocatorio por presumiblemente encontrarse viciado y en consecuencia nulo, dadas las conocidas inconsistencias señaladas en su momento?
¿Qué posición tendría al respecto la Sala Electoral del TSJ?
8. ¿Qué pasará en el chavismo y la oposición si algunos partidos no logran renovarse?
Si se da el escenario en que la tarjeta MUD-Unidad quede inhabilitada (por alevoso fraude electoral), el antichavismo eventualmente tendrá que ir a elecciones sólo con las tarjetas que superen el proceso de renovación. Cuestión que podría -de darse el caso- colocar en posición de dominio a los partidos dueños de esas tarjetas, quienes pueden imponer candidatos que no satisfagan expectativas a otras fracciones de la MUD, cosa que se traduce en un serio problema político dadas las pugnas congénitas del antichavismo.
De ocurrir que partidos del chavismo no cumplan con todos los requisitos para su renovación, el problema político es menor dado que en el chavismo existen mayores espacios de consenso para la definición de candidaturas y no ocurren en los mismos niveles, las discrepancias que a veces se traducen en dobles candidaturas, como sucede regularmente en la MUD.
Esto hay que reseñarlo, hay que advertir que hay partidos de la MUD y del chavismo que podrían no cumplir el proceso de renovación. Si por eso se arma una carnicería en la MUD, se la endosarán al chavismo y al CNE como causantes, sin hacer referencias a las divisiones profundas que son evidentes por la ausencia de cohesión y constante lucha por intereses particulares en la derecha venezolana.
Ellos y su caja de gatos.