Freddy Guevara: cinco escenas de un criminal

El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) declaró que el dirigente de Voluntad Popular, Freddy Guevara, presuntamente incurrió de manera permanente en los delitos de asociación, instigación pública continuada y uso de adolescente para delinquir durante la escalada violenta que dirigió entre abril y julio de este año. Veamos algunas escenas al respecto.

Escena 1: Asumió ilegalmente la vicepresidencia de la Asamblea Nacional en desacato

El diputado Freddy Guevara (VP) y la diputada Dennis Fernández, de Acción Democrática (AD), asumieron en enero de este año la primera y segunda vicepresidencia de la Asamblea Nacional (AN), respectivamente. La presidencia fue asumida por el diputado Julio Borges de Primero Justicia (PJ), quien desde esa posición ha solicitado activamente sanciones y bloqueos económicos y financieros contra Venezuela desde entonces.

La toma de posesión de dicha directiva es considerada ilegal debido a que la AN se encuentra en desacato desde el pasado 11 de enero de 2016, cuando la Sala Electoral del TSJ emitió una sentencia ordenando la desincorporación de los tres parlamentarios del estado Amazonas luego de denuncias de fraude. Hasta que el Parlamento en sesión ordinaria no haga la desincorporación e informe al máximo juzgado de esta acción, se mantendrá en desacato.

Posteriormente a aquel acto nulo co-dirigido por Guevara, la AN aprobó un acuerdo en el que declaraban el supuesto «abandono del cargo» del presidente Nicolás Maduro. También validó el acuerdo y calificó a Maduro de «dictador» que ha «secuestrado el Estado», y que sólo se podrá lograr un cambio con «movilización popular permanente», «rebelión democrática» y «la lucha popular de calle».

En elocuentes declaraciones a la prensa afirmó que Maduro ya no era presidente.

Escena 2: Alentó grupos que cometieron crímenes de odio

Videos difundidos por medios digitales mostraron al diputado Guevara conversando y dando apoyo a grupos de choque (guarimberos) que confrontaban violentamente a efectivos de seguridad utilizando armamento de distinto tipo.

El periodista Boris Castellano de VTV también grabó al entonces alcalde del municipio Chacao y hoy prófugo de la justicia, Ramón Muchacho (PJ), caminando por Altamira Sur a pocos metros de un grupo de encapuchados que llevaban una gavera llena de bombas molotov.

Estos grupos alentados por Guevara estuvieron involucrados en al menos ocho casos de crímenes de odio como el de Orlando Figuera, a quien golpearon, apuñalaron y prendieron fuego el 20 de mayo en la plaza Altamira del municipio Chacao. La víctima de 21 años fue rociada con combustible tras ser señalado de ladrón y chavista por la turba. Sufrió quemaduras de primero y segundo grado en el 80% de su cuerpo y murió pocos días después.

En dichos grupos participaron numerosos menores de edad, tal fue el caso de Neomar Lander (17), quien murió en el mismo municipio Chacao mientras manipulaba un explosivo artesanal que iba a lanzar contra la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Inicialmente el diputado de PJ, Miguel Pizarro, afirmó a través de medios de comunicación que el joven había muerto por el impacto de una bomba lacrimógena en el pecho, supuestamente disparada por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

Para las elecciones regionales del 15 de octubre, cuando Guevara solía llamar a votar, utilizó la imagen del menor como propaganda electoral

Como los casos de Figuera y Lander, muchos de los eventos violentos que fueron encubiertos como protestas pacíficas terminaron con saldos fatales. Ante ello su respuesta fue justificarlas como «parte de la lucha».

Escena 3: Impidió sistemáticamente el derecho al libre tránsito de la población

En sucesivas veces convocó al cierre de vías como método de protesta, aun cuando tanto la Ley de Partidos Políticos, Reuniones Públicas y Manifestaciones como la Ley de Tránsito Terrestre garantizan el pleno ejercicio del derecho a movilizarse cuando exista una manifestación pública en sus artículos 51 y 74, respectivamente. Los denominados «trancazos» convocados por Guevara en la mayoría de las oportunidades culminaban en violencia, debido a que este tipo de protesta limita a las personas de realizar sus labores cotidianas.

En mayo viajó al estado Táchira para reimpulsar la escalada violenta que, solo en abril y mayo, causó siete muertes en aquella región. Entre otros eventos violentos, como la quema de la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) y ataques a instalaciones militares, en Táchira se reportaron más de 30 gandolas de combustible atacadas (20 con parabrisas partidos, ocho con cauchos dañados, ocho unidades secuestradas con daños menores y una unidad quemada), además de conductores agredidos física y verbalmente.