Despejando algunas dudas y temores en torno a las criptomonedas

Juan Pablo Toledo

Es el aire que respiramos, casi todos debemos dinero a instituciones públicas o privadas, a amigos y enemigos, a agencias grandes y pequeñas.

El caso es que esta modalidad de obtener dinero históricamente ha sido condenada por la gran mayoría de las religiones y grupos sociales, darle una cantidad de recursos a alguien que lo necesita, quizás con desesperación, y obligarlo a devolver más de lo que recibió bajo la amenaza de perder sus derechos económicos no parece ser algo que se pueda hacer de forma generalizada sin causarle daño a muchas personas y crear distorsiones económicas terribles.

Ese es justo el mundo que vivimos hoy después de un festival de deuda e intereses, de usura.

Para empezar, si pides plata y prometes devolver más, estás haciendo una apuesta sobre cómo va a ser el futuro. De alguna manera esperas que para el momento en que toque pagar vas a poder cubrir tus obligaciones sin poner en riesgo los recursos que hacen posible tu vida.

Normalmente la tasa de interés para una tarjeta de crédito es del 24%, cuando compras algo con ella estás esperando que en el futuro la economía crezca justo ese 24%, sino más. Es por esto que el capitalismo se comporta tan bien cuando hay crecimiento, porque es la única manera de hacer que todas sus instituciones funcionen correctamente. La deuda y el crecimiento son los gemelos fantásticos de la cárcel económica que nos hicieron los banqueros.

El querido Coronel Gadafi, eliminó el préstamo con intereses en Libia. Ese atrevimiento, entre otras excentricidades, lo terminó pagando con su vida y no solo con un 24% más. Poderosas fuerzas hay detrás del desastre de la deuda con usura.

Luego de forzar la barra de las deudas con inmuebles y con el sector de la construcción durante varios años, en 2008 se revienta el parapeto y los países que cultivaron ese monstruo de los paquetes de hipotecas, derivados y permutas quedaron tan fregados que hasta hoy se sienten los efectos de toda la plata perdida en el planeta entero. Poco tiempo después de ese desplome surge como respuesta un documento técnico hecho por un anónimo con la receta de una divisa digital basada en las mejores características del oro y la banca digital, que además cuenta con varias ventajas sobre los anteriores, siendo simultáneamente un medio de intercambio y una forma de almacenar valor.

Esa es la receta del Bitcoin. Si has usado Torrent, Emule o Ares ya estás un paso más cerca de comprender cómo funciona. Lo que tienen estas utilidades en común es que no hay entes centralizados que controlen el acceso, si descargamos una película usando un Torrent, esta película provendrá de la computadora de otro usuario común y silvestre como nosotros. Si este apaga su computadora se detendrá la descarga en la nuestra, pero al terminar de hacer la descarga esa película ahora estará en dos computadoras, cuando un tercero quiera descargarla tendrá dos opciones simultáneas y se descargará más rápido. Cuando la película es descargada por mil personas ya no habrá problemas de disponibilidad porque probablemente nunca se apaguen esas mil computadoras al mismo tiempo.

Además, si ese archivo que descargamos no fuese lo que el título dice, si detrás del nombre de la película en realidad se encuentre un virus o simplemente algo que no queríamos ver, basta con borrarlo de la computadora y ya no estaremos sirviendo un archivo que no es confiable y poco a poco la mayoría lo borrará y ya no será posible descargarlo. Así se depuran naturalmente las redes entre personas, mejor conocidas como P2P: la cantidad de personas que respaldan la validez de una pieza de información, lo más imortante.

En el caso de la red Bitcoin (o de otros criptomonedas) no hace falta que alguien borre archivos, las transacciones en Bitcoin requieren mucho poder de cálculo, son muy difíciles de hacer por una sola computadora y por esto se usa una red P2P distribuida por todo el mundo para resolver dichas transacciones. Por ejemplo, si alguien quiere hacer un fraude en la red Bitcoin deberá contar con una red más grande que la red Bitcoin, de modo que esa información fraudulenta tenga una oportunidad de pasar como cierta. El hecho es que ni siquiera sumando Google, Facebook, Microsoft, Amazon y Yahoo llegamos a la cuarta parte del poder de cómputo de la red P2P Bitcoin, así que apaguemos la luz con ese tema.

El banco y la cartera

El banco es un ente centralizado, usualmente en manos privadas, con políticas que no se consultan y con propensión al robo (dígalo ahí, Eligio Cedeño), padre de la usura, amigo de la especulación, creador de muchos instrumentos financieros tóxicos para su propio beneficio. La plata que guardamos en el banco es usada para otros fines que realmente no podemos auditar.

La criptomoneda guarda valor en la «cartera», es decir, cuando guardas tu plata en la cartera, a menos que la dejes por ahí nadie va a meter mano en tu plata. Por diseño no es posible que alguien haga algo sin tu consentimiento con tus ahorros, no pueden cobrarte intereses en tu cartera, aunque sí comisiones. Para que alguien use tu plata debes desprenderte de todo derecho sobre ella, es decir, dársela activamente a alguien bajo los términos que acuerden y mediando la confianza que se tengan, si lo haces con intereses ese será tu problema.

Otro elemento interesante es que no se puede crear infinitamente, de hecho sólo se crea a través de la misma red de criptomonedas. Cuando prestas tu computadora y tu conexión a internet para que haga cálculos de transacciones obtienes una comisión por cada vez que ayudes a resolver los intercambios, a esto se le llama «minar» por el carácter azaroso que suele tener. Dicha comisión está diseñada para dividirse en dos cada cierto tiempo, de esa forma en algún momento llegará a ser un número que no pueda ser escrito, o sea, será cero. De esta forma el límite está marcado en veintiún millones de Bitcoins.

Esto no le gusta a los banqueros hambrientos de crecimiento infinito y de jugar con la plata de otros.

Aún así, en la actualidad existe un montón de buitres que están creando productos financieros y de inversión derivados del Bitcoin, como es el caso de CME Group, que lanzó los «Bitcoin Futures», así como existen los «futuros» de oro, petróleo e incluso de los paquetes de hipoteca que ya comprobaron ser una gran estafa.

Para simplificar, estos «futuros» no son más que burdas apuestas sobre la rentabilidad que posiblemente pueda tener el Bitcoin en un plazo dado. Si yo compro un «futuro» de Bitcoin, cada vez que suba, así sea una pequeña fracción, yo gano una cantidad de dinero fijada por CME group y cada vez que baje, incluso una fracción, perdería esa misma cantidad de plata. La enfermedad de querer obtener cosas sin esfuerzo se infiltra en todas las grietas de la sociedad.

Una vez en la CELAC, Delcy Rodríguez siendo Canciller dijo unas palabras que me retumbaron en la mente por mucho tiempo, dijo que por cada barril real de petróleo existen al menos veinte que son de papel y que la oferta de petróleo estaba enrarecida por estos instrumentos de modo que aparentemente hay demasiado petróleo ofertado y casi nadie comprándolo, cosa que repercute en el precio llevándolos a la baja. Suena loco, pero vivimos tiempos de demencia. Investigando encontré que hay gente vendiendo papeles con promesas de explotación petrolera en sitios donde no es posible explotarlo, es petróleo que cuesta más sacarlo que dejarlo ahí.

Recordemos siempre el desastre de BP en el golfo de México. Ese petróleo no es nuevo, siempre supieron que estaba ahí, pero como nos estamos quedando sin petróleo fácil ahora las empresas se lanzan en aventuras de extracción que en otras épocas parecían cosas del Quijote. La cantidad de petróleo que se extraerá en 2018 a nivel mundial será menor que la del 2017, es un producto en escasez y nadie le da voz a quienes lo están advirtiendo, anótalo.

Esa operación se la están haciendo a todas las materias primas para mantener los precios bajos, el próximo año se verá cómo se lo tratarán de hacer el Bitcoin también, veremos cómo sucumben, porque cada vez más la gente está tratando de esconder su platica de los banqueros y los ludópatas de Wall Street y no se ve nada mejor que las criptomonedas en el horizonte para tal fin.

La burbuja y los precios

La cantidad de dólares invertida en Bitcoins es de poco más de 180 mil millones de dólares, hay muchas personas esperando un desplome de los precios porque a su juicio estamos ante una burbuja. Evidentemente hay un comportamiento de burbuja, pero de ser así creo que apenas está empezando, si vemos la cantidad de plata colocada en instrumentos financieros tóxicos como los derivados y las permutas, 180 mil millones de dólares son un chiste. Si no quieren ver dónde está la verdadera burbuja están en su derecho al autoengaño.

Maduro sí inventa

El presidente está llevando las riendas del país en un eterno laboratorio, no puedo recordar a un presidente que haya tenido que gobernar más creativamente que Maduro, con mención especial a Sankara, Gadafi y Chávez con sus misiones.

Maduro ha lanzado herramientas de gobernanza digital completamente geniales, el Carnet de la Patria se lo sacaron hasta los escuálidos, el sistema patria.org.ve es un éxito total con su gestión de ayudas sociales y encuestas sobre el alcance de las políticas sociales y el movimiento “Somos Venezuela” con su misión de no dejar a nadie rezagado por no tener cuenta en el banco, no tener un teléfono o una computadora, entre otros.

Recientemente anunció El Petro, una criptodivisa análoga al Bitcoin en todo sentido, con la única diferencia de estar respaldada en activos soberanos. Venezuela hará el primer ensayo nacional de este tipo, y aunque la polémica hecha alrededor de esto es grande, existen varios elementos que debemos tener presentes antes de hacer juicios.

Como la red P2P es la única manera de crear criptomonedas, El Petro deberá ser minado (en caso de que así lo decida el Gobierno) por una pequeña red P2P del Estado hasta cierta cantidad determinada por ellos para luego poder distribuir esas criptodivisas entre las personas.

Esto podría traer como consecuencia que las personas como tú y como yo podamos prestar los recursos de nuestras computadoras para la red Petro, de esa forma obtendremos otra manera de subsidio de parte del estado. Probablemente se incentive esta práctica para deslastrarnos de los bancos privados a la hora de pagar pensiones y ayudas sociales. Si esto no les parece conveniente recuerden a los malandros del Federal, el Caroní y Credicard y su papel en la conspiración contra la soberanía nacional.

Puede abrirse una nueva capacidad de pago internacional que no dependerá de ningún medio de intercambio y así saltaríamos gran parte del bloqueo que los gringos nos imponen. La dependencia Citi, Maestro, Cirrus, Suiche7B ni a nadie para realizar nuestros pagos a nivel internacional podría reducirse enormemente.

Los presidentes creativos corren muchísimos peligros, la suerte de Sankara, de Gadafi y de Chávez no será la suerte de Maduro, como no fue la de Al Assad. Valoremos al tipo que tenemos, quejarse porque no habla tan bonito como Chávez es una excusa estúpida para no querer darse cuenta que estamos ante alguien que se lo está jugando todo.