Argentina. “La historia se repite…como tragedia”

En el año 1975  el movimiento obrero y los sectores populares enfrentaban la política reaccionaria del gobierno de María Estela Martínez de Perón al mismo tiempo que el régimen alentaba la represión paraestatal de la Triple A. Esta secuestraba y asesinaba militantes sindicales de base, dirigentes estudiantiles, políticos democráticos y profesionales  comprometidos. Por su lado, las organizaciones revolucionarias del peronismo y de la izquierda guevarista seguían interpelando al poder con acciones armadas.

En ese contexto se dictó, en febrero de ese año, el decreto que puso en marcha el pomposamente llamado “Operativo Independencia”. En el mismo se facultaba al Ejército Argentino para llevar a cabo, en el Norte del país con epicentro en Tucumán, una acción dirigida a “aniquilar la guerrilla”.

En su primera etapa fue conducido  por el General Acdel Vilas y luego por Antonio Domingo Bussi. Más de 2000 efectivos militares sembraron el terror en esta provincia instalando 14 centros clandestinos de detención, en los que eran alojados los secuestrados. Sometidos a brutales torturas se los hacia “desaparecer”; iniciando, de esta forma, la que luego sería una política de Estado a partir del golpe del 24 de marzo de 1976.

Las víctimas, no sólo eran los integrantes de las organizaciones guerrilleras, sino también activistas sindicales y populares. En ese período “desaparecieron” 626 compatriotas. Como dijera el genocida Bussi, cuando lo interrogamos en la causa que iniciamos buscando los restos de Mario Roberto Santucho, no eran “acciones ilegales” ya que se informaban al Ministerio de Defensa y al Comando en Jefe del Ejército.

Sin duda que este accionar preparó el camino para el establecimiento del Terrorismo de Estado; alentado por un sector empresarial importante que tenía a los dueños del Ingenio Ledesma entre sus principales exponentes.

43 años más tarde la Ministro de Seguridad del actual gobierno, con estrechos vínculos con la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos y con el Servicio de Inteligencia del Estado de Israel –el  siniestro Mossad– anuncia en Washington la conformación de una “fuerza conjunta con la DEA” para supuestamente combatir el narcotráfico y el terrorismo  â€œhaciéndose eco –según sus propias palabras–  de la preocupación del Pentágono por las actividades de la organización que lucha por  la independencia del pueblo palestino, Hezbollah”.

Es la misma funcionaria que demonizara la resistencia del pueblo mapuche para de esa forma defender los latifundios de extranjeros y nacionales en el sur argentino y la construcción de dos usinas nucleares acordada con China. Y la que públicamente defendió el accionar de los aparatos represivos en el llamado “gatillo fácil” que ha  victimizado a 725 argentinos desde la instalación en el gobierno de Mauricio Macri.

Este, públicamente, aplaudió el accionar del policía Luis Chocobar que asesinara por la espalda a un joven de 18 años hace unos días; al que recibió en su despacho.

Al mismo tiempo, el Ministro de Defensa, Oscar Aguad, anuncia la creación de una fuerza militar de “despliegue rápido” integrada por efectivos del Ejército, la Armada y la Aeronáutica también supuestamente dirigida a  â€œfortalecer la lucha  contra el narcotráfico y el terrorismo”. Este, integrante del gabinete de Cambiemos, fue el que en Córdoba, durante la gobernación de Ramón Mestre padre, protegiera a miembros de la policía de esa Provincia acusados por crímenes de lesa humanidad.

El cuadro se completa con las amenazas que vierte el Jefe de Gabinete Marcos Peña a quienes se movilizan en contra de claras decisiones antipopulares del régimen como la recientemente votada “Reforma Previsional”.

Los escenarios se parecen bastante y; ha pasado casi medio siglo.

Ayer fue la Triple A y hoy es el “gatillo fácil”.

Ayer el “Operativo Independencia” y hoy la fuerza conjunta con la DEA con una clara incidencia de los Estados  Unidos y las Fuerzas Armadas interviniendo en problemas internos fortaleciendo la imagen represiva que intenta generar la “Ceocracia”.

No permitamos la instalación de un “Estado Policial” y sigamos luchando por una Patria para todos y una verdadera democracia participativa que termine con la exclusión.