LA ACEPTACIÓN DEL DISIMULO JOSÉ MANUEL RODRÍGUEZ

por elelefantebocarriba

El eufemismo es esencial a la estructura discursiva hegemónica. Su razón: hacer tolerantes realidades que pueden ser muy duras. Dicho de otro modo, son palabras elusivas construidas para ocultar los hechos tras un disfraz que pueda ser aceptado como real. En definitiva, buscan que las mentiras suenen a verdad. Alguien lo decía así: da una apariencia de solidez a lo que es sólo puro viento… 

Los discursos de la derecha son un salpicón de eufemismos. Y el que los usa rehuye cualquier pregunta perspicaz o responde insultando. Sin embargo, más allá de esa pueril incompetencia, no hay duda que muchos tienen éxito en “recomponer realidades inconvenientes”. El objetivo de estos desconstructores del lenguaje es evitar que el discurso quede confrontado con el “cómo”.

Por estos días esa derecha trivial, de aquí y de afuera, alardea con el desconocimiento que la “comunidad internacional” hace del Estado venezolano. Mientras tanto, los que recomponen realidades, entregan la pauta para que los medios de comunicación conformen los coros aulladores que darán legalidad a una intervención.

Pero, son aullidos a la luna, la comunidad internacional es una nube. Bien lejos de un organismo multilateral como la ONU, la OEA, la CELAC o UNASUR. No hay alguna estructura jurídica que le de tal poder. Es un eufemismo que facilita hacer lo que los gobiernos de derecha han hecho siempre, combatir a cualquier costo toda disidencia. Al diablo la democracia si es de izquierda.

Como en ninguno de los organismos multilaterales mencionados han podido lograr mayoría alguna, crearon el llamado Grupo de Lima, doce países gobernados por la derecha, a los que le dieron la orden de atacarnos. Hay en el mundo diferentes instancias multilaterales cuyos propósitos son de colaboración, comercialización o ayuda mutua, existen también acuerdos bilaterales de defensa. Pero, alianzas para meterse en los asuntos internos de países insumisos, hay sólo dos: la OTAN y ahora este Grupo de Lima.  Ambos dirigidos por USA. El espanto es ver a criollos respaldándolos.