Unas 68 millones de niñas están en peligro de que le amputen sus órganos sexuales
Luis José González Cardozo.- La mutilación genital a mujeres en el mundo se ha incrementado de manera alarmante. Se cree que más de 200 millones de féminas sufrieron algún tipo de mutilación genital y todavía hay muchas más en peligro de padecer la práctica, según la agencia IPS.
Estás practicas no solo ponen en riesgo la vida de la persona afectada, sino de comunidades enteras debido que la practica continúa.
Sin embargo, la cifra disminuyó en el mundo, pero nuevos datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) prevén que cualquier avance logrado podría desaparecer, debido a que 68 millones de niñas están en peligro de sufrir mutilación genital para el 2030.
La circuncisión o corte, suele practicarse por motivos religiosos, personales, culturales y dentro de los rituales de iniciación de las adolescentes a la vida adulta, siendo en países principalmente en el norte y oeste de África, Medio Oriente y algunas zonas de Asia, donde se ha incrementado su práctica. Solo en Egipto, más de 90 % de las mujeres fueron mutiladas. Colombia es el único país latinoamericano donde se observan esas prácticas.
De tal manera, la Unicef y el Fondo de Población de la ONU (Unfpa) han denunciado la mutilación a mujeres, al considerarlas como una “violación de los derechos humanos†y una “práctica cruel†que inflige un daño emocional y afecta a las personas más vulnerables.
Traumas de por vida
El truncamiento de los órganos sexuales puede dejar traumas de por vida, además de problemas urinarios y vaginales. Las mujeres corren un mayor riesgo durante el parto y trastornos psicológicos como depresión, ansiedad, estrés postraumático y baja autoestima.
Según el informe presentado por IPS, las 68 millones de niñas se suman a las 200 millones de mujeres y niñas que ya soportaron la agresión de sus órganos sexuales.
Igualdad de género
La directora ejecutiva de la división de derechos de las mujeres de Human Rights Watch, Liesl Gerntholtz, subrayó que para hacer frente a la mutilación genital femenina, la comunidad internacional debe atender no solo la práctica misma, sino la cuestión más general de la arraigada desigualdad de género.
“Enfrentar de forma holística la desigualdad de género en esas regiones donde más casos de mutilación hay, e invertir en programas que apoyen los derechos y la educación de las niñas, y la educación de la comunidad, también es claveâ€, explicó Gerntholtz.
Por su parte, la directora ejecutiva de Unfpa, Natalia Kanem, precisó que la clave se encuentra en “desarrollar inversiones destinadas a cambiar normas sociales, prácticas y vidasâ€. El cambio viene particularmente del ámbito comunitario.
Acciones
En los países donde trabajan Unicef y el Unfpa, unas 18 mil comunidades rechazaron la práctica y muchas otras tomaron medidas legales para prohibirla. Un caso significativo es el de Kenia, que luego de prohibir éstas prácticas, el número de casos cayó de 32% a 21% en el 2016.
Las leyes ni los compromisos de palabra son suficiente, así lo considera el secretario general de la ONU, António Guterres. Aunque la meta de frenar la mutilación de las mujeres tiene un lugar destacado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“Sin una acción concertada y acelerada, vemos que otras 68 millones de niñas pueden sufrir esa práctica dañinaâ€, alertó al mundo Guterres.
Su inclusión se considera un reconocimiento de las vastas consecuencias a esta problemática, que incluye un impacto social y económico para comunidades enteras.
“No se puede lograr el desarrollo sostenible sin el total respeto de los derechos humanos de mujeres y niñasâ€, reza la declaración de Guterres.
Asimismo, el secretario general de la ONU pidió a los gobierno que aprueben y apliquen las leyes que protegen los derechos de niñas y mujeres y eviten la mutilación genital.
También anunció una nueva iniciativa de las Naciones Unidas que lleva por nombre “Iniciativa Spotlightâ€, que procura crear una fuerte asociación para poner fin a todas las formas de violencia contra mujeres y niñas.
“Cuando está en juego la dignidad, la salud y el bienestar de millones de niñas, no hay tiempo que perderâ€, remarcó. “Juntos podemos y debemos terminar con esta práctica perjudicialâ€, añadió Guterres.
En total son 30 los países del mundo que tienen entre su comunidades la práctica como una manifestación de la desigualdad de género por diferentes razones, en algunos casos es un requisito para el matrimonio, en otros se considera un rito para pasar de la pubertad a la adultez. El cambio en la población viene particularmente del ámbito comunitario, es ahí donde se combate el problema.