Luisa Estella Morales L.- Tratemos de hacer coincidir el mundo real y el mundo virtual solo para poder definir la institucionalidad y diferenciarla de la nueva institucionalidad.
Si el sacrificio que hacemos el mayor porcentaje de población es decir la mayoría de los Venezolanos frente a la denominada guerra económica, que significa que alguien o algo está induciendo premeditadamente la escasez, la carencia y el acaparamiento, la pobreza y el hambre, o a la denominada “Crisis†que a mi juicio sigue siendo una coyuntura, por cuanto, es incompatible a la razón humana, la situación real de una nación sin alimentos, sin medicina, sin vestido y sin monedas frente a los más grandes recursos naturales de diversos tipos en su territorio. Reservas de petróleo, oro, diamantes, uranio, coltan, taurus, agua, bosques, tierras fértiles, costas y riqueza marina.
Cinco ramas del Poder Público constituido y una constituyente plenipotenciaria. Todos estos elementos obligan a profundizar el discernimiento ideológico lo único que pareciera ayudar a la población a tomar una decisión coherente. Múltiples ejemplos se hallan en la historiografía contemporánea sobre todo la Europa del Mayo francés, la efervescencia exagerada de los ideales políticos de la democracia representativa, la Unión de la Europa debilitada económicamente y las formulas “mágicas†para salvar la economía. Es entonces cuando la economía capitalista condiciona la política y las soluciones pragmáticas sustituyen la ideología. De tal manera una nueva cultura de consumismo, individualismo, decaimiento ético y sobre todo se generaliza la retórica progresista economicista que trata de mantener en el poder a los grupos económicos en sustitución de los políticos bajo la falsa premisa del desarrollismo económico.
Es el temor al cambio del sistema económico hegemónico, el freno a las ideas y el paso a la desideologización. El riesgo inminente lo constituyen los pactos de grupos económicos y oligárquicos endógenos y exógenos en búsqueda de soluciones a la coyuntura virtual de la crisis y la desideologización, que las decisiones del gobierno venga condicionadas a dar respuesta real o virtual a la situación coyuntural y que el proyecto ideológico revolucionario se entropice hasta el extremo de virtualizarse como una criptoideología.
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Luisa Estella Morales L.