El pueblo de la República Bolivariana de Venezuela, fiel siempre a los principios democráticos, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, representado por los diversos sectores organizados en la sociedad venezolana, en las Fuerza Armadas Nacionales Bolivarianas y en las Comunas, y haciendo uso de su legitimo derecho a reconocer siempre los actos democráticos y autoritarios.
Y en concordancia con las bases y principios establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Considerando:
Que cuando el señor Daniel Romero comenzó a leer el llamado Decreto Carmona, el 12 de abril de 2002, donde eliminaba todos los poderes que habían sido legítimamente constituidos, causó un rompimiento del hilo constitucional como nunca antes se había visto en nuestro país.
Considerando:
Que el señor Daniel Romero en la lectura del llamado Decreto Carmona no perdonó ninguno de los poderes establecidos.
Considerando:
Que una vez establecido por la unidad cívico-militar el orden democrático, el señor Daniel Romero, tembloroso y quejoso en el sótano de Miraflores, no demostró la conducta valiente que presumía ante las cámaras de televisión con la lectura del Decreto Carmona.
Acordamos:
Despreciar esta conducta del señor Daniel Romero, y hacer todo lo posible porque el pueblo venezolano y los demás pueblos amigos, no olviden nunca este tipo de personajes que, junto con sectores empresariales, sectores de la iglesia, dueños de medíos de comunicación y algunos militares, son capaces en un momento dado de hacer todo el daño del mundo a las democracias legítimamente establecidas.
Dado y sellado en las calles de Venezuela, donde generalmente está el pueblo dispuesto a seguir defendiendo su democracia socialista, el día 13 de abril de 2018.