Es la política y no otra cosa

Mar de Leva

Sí, es la política, amigos, camaradas, la que nos puede sacar de la encrucijada donde estamos.

Entre otras razones, porque nuestros problemas económicos no son “esencialmente” económicos, sino políticos.

Esto es así. Pues no es sino política la bestial guerra económica que los causa. Política la ofensiva mediática que tanto aturde al mundo sobre Venezuela para hacernos daño. Políticos el asedio diplomático, el cerco financiero y las amenazas de intervención militar directa. Y políticos los enemigos de la Patria que representan los intereses imperiales en esta hora compleja.

De tal manera que el forcejeo en los espacios de la economía, que tanto afecta nuestra vida cotidiana, no es sino una consecuencia de la confrontación política. Una confrontación que es por la vida misma. Pues es nuestro proyecto emancipador lo que está juego, contra la voluntad de dominación imperialista.

Puestas así las cosas, considero que las posibilidades reales de revertir la situación inducida, y de retomar el camino hacia la prosperidad, sin caer en el hueco de la violencia, pasan exclusivamente por el triunfo político chavista. En el largo plazo, pero también en cada situación. Con ello me refiero específicamente a la necesidad de la más contundente victoria electoral del pueblo en las elecciones del 20 de mayo.

Tengo la seguridad de que así va a ser. Pues para bien del Proceso Bolivariano, Nicolás Maduro ha demostrado un extraordinario talento político para navegar en las tormentas provocadas.  Y por eso cuenta con nuestro apoyo sin condiciones.

Estamos ya en plena batalla electoral. Si ubicamos con claridad al enemigo principal.  Si tenemos conciencia plena de la fuerza que nos ha traído hasta aquí, que es la fuerza del pueblo soberano a través de largos siglos de lucha. Y si mantenemos el espíritu de combate necesario, no solo para resistir, sino para ir a la contraofensiva con la esperanza como escudo, no habrá manera de que nos arrebaten el sueño.

Para que luego, una vez triunfadores en la batalla electoral, nos dispongamos para ganar la guerra económica en profundidad.