Lula sigue en el sindicato metalúrgico y mañana participará de una misa
Vencido el plazo que le había impuesto el juez Sergio Moro para presentarse a cumplir su condena, el líder del PT continúa en la sede sindical de Sao Bernardo do Campo. Fuera una multitud le manifiesta su apoyo y por eso la policía decidió no ir allí a detenerlo. Sus abogados presentaron un nuevo hábeas corpus.
La defensa del ex presidente Lula Da Silva realizó esta noche una nueva presentación de hábeas corpus ante el Supremo Tribunal Federal de Brasil para evitar su detención bajo el argumento de que no se agotaron todos los recursos procesales. El planteo fue realizado en medio de versiones sobre negociaciones con el Poder Judicial para acordar condiciones de la entrega de Lula, que la titular del PT, Gleisi Hoffman, calificó de incorrectas. Esta tarde el mismo tribunal rechazó un hábeas corpus represivo formulado tras la decisión del juez Sergio Moro de disponer la detención del ex presidente, quien para cerrar la jornada subió una foto suya saludando a los que fueron a apoyarlo con la frase «La lucha continúa. Gracias».
«No habrá resistencia, pero él no irá al matadero con la cabeza baja, por libre y espontánea voluntad», advirtió José Roberto Batochio, abogado de Lula junto a Cristiano Zanin Martins, en diálogo con el diario Folha de San Pablo, tras la negativa del candidato presidencial a cumplir con el plazo de entrega que el juez Moro había fijado a las 17.
Horas antes, con los minutos contados para que el vencimiento del plazo de la entrega voluntaria impuesta por Moro, el ministro del STJ Félix Fischer, relator en los procesos de Lava-Jato, había confirmado el rechazó al pedido de hábeas corpus presentado por la mañana por la defensa de Lula. La decisión era esperada por Lula, su defensa, y los dirigentes del PT, que permanecen reunidos desde ayer en el segundo piso del edificio del Sindicato de los Metalúrgicos de ABC, en San Pablo.
Con el rechazo confirmado y el plazo vencido, la decisión de Lula y su círculo íntimo fue la de permanecer en el edificio sindical por varias razones: la Policía Federal solo tenía una hora más, hasta las 18, para ir a detenerlo, de acuerdo lo indica la Constitución brasileña, que no habilita detenciones entre las 18 y las 6, pero la fuerza ya había anticipado que no acudiría a detenerlo por la fuerza a la sede sindical rodeada de miles de militantes. Por otra parte, el conocer el lugar exacto donde está Lula, el candidato presidencial con mayor intención de voto no puede ser considerado como «prófugo», ya que decidió no aceptar la entrega voluntaria, pero no está escapándose de la Justicia, que podría ordenar a la Policía que avance con la detención.
En este impasse legal se produce la presentación del nuevo hábeas corpus ante el STJ, mientras continúan surgiendo versiones de negociaciones de condiciones para la entrega. El diario O Globo, que dio cuenta del nuevo planteo de la defensa de Lula, publicó por la tarde que el mandatario viajaría a Curitiba, donde debería cumplir la condena a 12 años ratificada en segunda instancia, en un avión privado para evitar llegar en uno de la Policía Federal, una imagen repetida con detenciones anteriores en la causa Lava-Jato. Otras versiones señalan que el ex mandatario se entregaría tras la misa programada para mañana a las 9.30 en la sede del sindicato de la región ABC en memoria de su mujer María Leticia, al cumplirse un año de su fallecimiento. Una tercera versión habla de negociaciones para que la detención se haga efectiva el lunes.
En tanto, el edificio sindical, casa política de Lula, continúa rodeado de miles de militantes y las columnas de sindicatos de trabajadores, de movimientos sociales, de trabajadores rurales sin tierra siguen llegando para respaldar al dirigente político. El respaldo para el candidato presidencial del PT de cara octubre no solo llega desde los movimientos aliados sino de dirigentes de partidos de izquierda que durante los mandatos de Lula y su sucesora Dilma Rousseff fueron parte de la oposición.
Frente a esa multitud salió a hablar después de las 18, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, quien llevó a los miles de militantes el mensaje del Lula. «Lula no desobedeció una orden judicial porque el juez de Curitiba le dio la opción de ir allá», dijo Hoffmann y luego transmitió un mensaje del líder del PT: «Voy a convertirme en un símbolo de la resistencia de los trabajadores».