Por: Roger Capella Mateo
Por supuesto, con sustanciales diferencias, la elección del próximo 20 de Mayo me evocó un importante episodio, ocurrido hace más de 70 años en la República Argentina. También un proceso electoral. El general Juan Domingo Perón venía de ser secretario del trabajo de un gobierno reciente. Circunstancias políticas hacen que sea preso y encarcelado, pero el pueblo, con gigantescas manifestaciones, lo rescata y en las elecciones presidenciales de 1946, participa como candidato. Como parece ser una constante en la vida política de nuestra América, la intromisión de diplomáticos de los Estados Unidos de América (EUA) en nuestros asuntos internos para poner a su servicio y a sus pies los gobiernos del continente, para lo cual no escatiman métodos o estilos. Desde la elemental pero ofensiva intervención verbal hasta invasiones militares con todas sus consecuencias. Aquella ocasión no fue una excepción. El embajador gringo en Buenos Aires, Spruille Braden, promovió un libro (libro azul) donde se explicaba la Doctrina de Rodríguez Larreta, quien justificaba la intervención de los países del continente y violentando su soberanía. Perón contraatacó y publica el libro azul y blanco (colores de la bandera Argentina), donde explica el tema de lo Nacional y la Soberanía, y en esa campaña electoral, tanto la derecha argentina, la cúpula eclesiástica, el empresariado y la embajada de EUA se oponen a la candidatura de Perón. De forma que una de las consignas fundamentales de dicha campaña fue: Braden o Perón. Con el 52,84 % de los votos Juan Domingo Perón ganó las elecciones.
En nuestra amada República Bolivariana de Venezuela, estamos a poco más de seis semanas de una elección presidencial en la que el Presidente Chavista, Nicolás Maduro, participa como candidato y ante los ojos (y todos los otros sentidos) de chavistas y opositores, Nicolás gana holgadamente. Su triunfo le dará a nuestro gobierno y a nuestro pueblo, mayor y más firme gobernabilidad y avance de la Revolución Bolivariana, pero en este proceso electoral, más que en los 22 anteriores, el asedio, la conspiración, el acoso de EUA y de otros países como Canadá, La Unión Europea, Colombia, entre otros, realizan inimaginables e incalculables esfuerzos para que no ocurra la elección (por lo antes dicho) y derrotar a Maduro. Por supuesto que la derecha balurda y fascista, no tiene condiciones para participar. Recientemente inventó una coreografía, con una payasada en el senado bogotano donde destituyen a Maduro, declaran a Venezuela en emergencia Nacional y designan al inefable Antonio Ledezma como Presidente de la Republica, quien, más bien pudiera graduarse de enólogo de las variedades españolas. Por no compartir el ridículo de esa payasada, ni sus socios opinan del tema.
De los candidatos en palestra, está el sute de Salón, quien pretende ser el lugarteniente de la embajada gringa, sin discurso creíble, y sin capacidad de motivar a la agotada población opositora. El otro candidato, pastor de la iglesia Maranatha y el Evangelio cambia, más allá de lo que comentan algunos investigadores que esa iglesia evangélica esta estaría vinculada con factores de inteligencia extranjera, cuando curioseamos en wikipedia encontramos que tiene sobre sus espaldadas un arresto domiciliario por presunta vinculación de contrabando con diesel para República Dominicana, y aunque parece que fue sobreseído , se le inició nuevo juicio a cargo de la juez penal N° dos del Estado Carabobo, Rosa Matute. No menos importante es la sugerencia de estar vinculado a los Panama Papers, según dice el consorcio internacional de periodistas de investigación. La periodista que llevó el caso fue objeto de ciber-acoso y ataques por las redes sociales encabezadas por el propio acusado.
Pero total, ninguna encuesta le da más del dos por ciento de las preferencias en el próximo comicio.
En realidad, estas caricaturas de opositores no son el verdadero enemigo de la Revolución Bolivariana y de nuestro candidato Nicolás Maduro. El enemigo acérrimo es el imperio norteamericano. Recordemos que el 8 de marzo del 2015 el ex-presidente Obama promulgo el decreto contra nosotros, donde señalaba que Venezuela es una amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y a la política exterior estadounidense. Dicho decreto fue ratificado por Trump en 2016 y 2017. Trump ha situado a Venezuela en el centro de la política latinoamericana, pero también impuso una ronda de sanciones financieras, de bloqueo económico y amenaza de embargo petrolero. Incluso algunos especulan que los consejeros de Trump han fijado una fecha de invasión a Venezuela. Por eso digo que el verdadero enemigo de la candidatura de Nicolás Maduro es Donald Trump. De ahí que la consigna en esta campaña, bien puede ser:
¡! TRUMP O MADURO. VENCEREMOS !!