Zenaida Da Costa
A poquísimos días para culminar la campaña electoral para elegir al Presidente de la República y a cada uno de los Consejos Legislativos de los 23 estados, la maquinaria partidista, y nuestro candidato Nicolás Maduro, aún están a tiempo de insistir en lo que nos importa como ciudadanos de a pie. Aprovechar la coyuntura y reforzar los valores de la Revolución Bolivariana como proceso necesario de profundizar, para seguir en el camino de la construcción del Socialismo Bolivariano, como única alternativa a la propuesta de volver a la dependencia, al colonialismo y al endeudamiento externo.
Ya los candidatos tuvieron tiempo para su proyección vía medios de comunicación, tarimas, jingles y otros mecanismos, a través de los cuales nos han hecho llegar repetitivamente los temas que mejor canalizan los valores de lo que será el país una vez culminada la contienda. Y a partir de allí han quedado expresadas las dos tendencias.
Una, que promueve y pone a prueba la conciencia política del pueblo, en medio de una situación económica apremiante para todos y todas, y a la que se ha respondido apelando fundamentalmente a los valores de la independencia, la soberanía y la defensa del Estado-Nación. Y la otra, antinacional que incita la subordinación del país a los mandatos de Estados Unidos, a través de la dolarización de la economía, sin aclarar que esta vía nos conduce a la asfixia total como pueblo.
Todavía hay tiempo para activar un remate de campaña que invite a la incorporación en masa del pueblo todo, para abordar junto a su candidato algunos temas como la superación del clientelismo, el enquistamiento de los “falsos rojos†en el poder y concentrarse en un mensaje pedagógico que nos enseñe el valor de accionar como “Poder Popular†desde hoy y después del 20 de mayo.
Informar sobre los temas discutidos y aprobados en las diversas asambleas o mesas de discusión para incorporarse al Plan de la Patria 2019-2025, y centrarse en aquellas áreas a las que debamos hacer seguimiento, exigir su cumplimiento e incorporar a las diversas programaciones del pueblo organizado en forma de acciones concretas.
Necesitamos saber qué le corresponde hacer a cada uno de los actores políticos que participamos del proceso de construcción del modelo Socialista en nuestro país, así como de los múltiples y variados apoyos necesarios para su concreción, podría ser una buena manera de cerrar esta campaña.
Que la preocupación por vencer y por el triunfo no empañe la didáctica que debe acompañarnos hasta el final de la contienda, y no perder de vista que lo importante de los 10 millones necesarios es la conciencia de quien lo emite. Apuntar a esa conciencia, esclareciendo e informando hasta el último minuto de campaña puede hacer una gran diferencia a la hora del conteo.