La clave es que el Presidente Maduro gane las próximas elecciones y que el pueblo, los movimientos sociales y todas las organizaciones populares, tengan claras las demandas políticas que deben presentarle. No más agentes imperiales en el seno del gobierno.
La victoria de cualquier otro candidato no garantiza que el gobierno de Venezuela no se sume a la internacional fascista que se va conformando a través del mundo. Este quizás sea el peligro más grande que esté acechando a la humanidad.
Mientras fuimos vasallos cometimos muchos actos ignominiosos, ¿por qué los vamos a reeditar cuando hemos ido avanzando en la lucha por consolidar la independencia, la soberanía y la integración de nuestra región? En una circunstancia como la actual, cuando los pueblos del mundo esperan mucho de nosotros, muchos están sufriendo más. No nos podemos echar para atrás porque la oligarquía interna, aliada con Trump, nos ha puesto a pasar hambre, nos ha bloqueado las medicinas y realmente nos ha puesto a sufrir. No, hermanos, vamos a luchar contra todo lo que represente el mal, el mal principal es la quinta columna, que directa o indirectamente, representa al imperio.
El dólar se está cayendo, esa es la desesperación que tiene Trump en nombre del poder mundial, esa cúpula militar financiera que oprime a todo el planeta: a la humanidad y la naturaleza. El dólar es un papel que cada vez tiene menos valor. Su valor real es la capacidad que le confiere a la política exterior de EEUU, su poderoso complejo-militar-científico-financiero (del que depende su economía, la vida misma de la élite racista que hoy manda en EEUU, detrás de la cual sigue estando Kissinger y las grandes familias: Rothschild y Rockefeller). Ese aparato le permite establecer un día que Jerusalén Oriental es la capital de Israel, desafiando a las Naciones Unidas. Otro día, bombardear Siria, inventando un uso de armas químicas que no existió por parte del gobierno sirio. Otro, decir que permanecerá ocupando militarmente a Siria fragmentando su territorio… ¿Hasta dónde, hasta cuándo?
Pero EEUU no tiene hoy el monopolio de la fuerza militar ni puede oprimir impunemente a todos los pueblos. Estos cada vez más se unen y China y Rusia, no han sido tan irresponsables como para caer en todas las provocaciones de ese fascista que se llama Trump. Sin embargo, los pueblos y las potencias mundiales, gracias precisamente a Trump, van formando un frente común y creo que, como se dice en Venezuela, lo estamos esperando en la «bajaita» y va a recibir muchas sorpresas que él no se imagina. Su arma es la caotización planetaria y tratar de gobernar en medio del desorden mundial, con la complicidad de los quintacolumnistas del mundo entero.
Las dos Coreas, por primera vez, están actuando sin seguir necesariamente el libreto estadounidense y eso indica que otra realidad va surgiendo en el mundo. Ello puede influir en Japón, que se sienta menos amenazado y se incline a negociar sin tanta dependencia de EEUU y así, vamos a ir viendo muchos cambios en el mundo que Trump no podrá detener. Antes de que la humanidad caiga, el caerá primero.
El gobierno tiene serias deudas con el pueblo. Debe pagarlas y yo creo que lo hará, pues confío en el presidente Maduro
El problema es la quinta columna, que tiene más poder que el que nos imaginamos y es a ella a la que hay que desenmascarar y derrocar. Hay que asaltar ese cuartel general y eso es de la mayor urgencia.
En el pueblo se vienen acumulando diversas decepciones. Hay decepciones por la corrupción, por la tolerancia del gobierno con los especuladores, por la complicidad de los cuerpos de seguridad con los «bachaqueros», complicidad que viene de arriba y lo sabemos, por los problemas en los hospitales, en el transporte público, en la seguridad pública, por dramas que vuelven a aparecer en las calles, en el barrio, con niños y niñas… En fin, no voy a narrar lo que sabemos, pero, ¿absteniéndonos o votando por los que proponen la dolarización resolveremos algo? Todo será peor.
¿Por qué el gobierno tuvo que enfrentarse solo a Banesco? ¿Por qué no hubo nunca ni siquiera un piquete frente a una oficina con pancartas exigiendo a Banesco que entregue el efectivo, que no ponga a los adultos mayores a hacer largas esperas para pagarles la pensión? Si, es verdad, el PSUV nunca las convocó. Está muy ocupado con las elecciones sustituyendo los espacios políticos donde se desenvuelve la lucha social, por espacios electorales donde el conflicto entre las clases se disuelve sin resolverse y se convierte en voceo de consignas, distribución de afiches (a lo mejor muy radicales), que no superan la agitación, mientras Banesco continúa expropiando a la sociedad. El PSUV está haciendo su trabajo, para lo que existe. ¿Por qué los movimientos sociales no hacen el suyo y es muy probable que el PSUV o por lo menos la base popular los respalde?
No es casual que el presidente Maduro constantemente esté pidiendo ayuda al pueblo. De alguna manera, tiene manos atadas. El pueblo no puede estar en la calle solo para marchar y asistir a mitines. Es algo muy importante. Pero hay que encontrar, con la urgencia del caso, los caminos para que salga a enfrentar la quintacolumna, No podemos permitir que nos derroten con una fuerza que se mueve en nuestras filas.
Votar y luchar y un programa mínimo
Por primera vez la CRBV, la de 1999, la de Chávez, le dio poder al pueblo, poder que los partidarios de la dolarización pretenden quitarle. Vamos a votar y a luchar contra la oligarquía y contra la quintacolumna, ese enemigo que se ha metido entre nosotros, que, como el camaleón, se viste de rojo, rojito, incluso va a las marchas, pero sobre todo está en el gobierno y desde ahí conspira contra el pueblo, trabaja activamente por el «bachaqueo», alimenta la corrupción y se enriquece al lado de los bancos y trabaja permanentemente para desmoralizarnos, irritarnos, generar descontento…
Identifiquen, por ejemplo, a quienes son los responsables de los fracasos en la agricultura, y verán que siguen enchufados por ahí, continuando el sabotaje.
Vamos a unirnos y a lanzarnos a la lucha difundiendo la consigna: Votar y luchar, para combatir permanente contra los corruptos, los traidores, los que nos dan un abrazo de saludo, para clavarnos un puñal por la espalda, no simplemente un puñal físico, que lo veríamos más claramente, sino el puñal de la desesperanza, el desánimo, muy armado de «razones» (muchas ciertas, porque claro que hay errores y graves, claro que hay ladrones, burócratas y muchos tienen inmenso poder, más que cualquiera de nosotros, pero no más que el pueblo si toma plena conciencia de lo que está ocurriendo). Ni siquiera son ídolos para decir que tienen pies de barro, pero de que son de barro putrefacto lo son. El poder espiritual lo tenemos nosotros. Los de a pie, los que andamos en el metro, los que hacemos cola para conseguir unos cuantos alimentos y los compartimos con todos los que podemos. No nos podemos dejar derrotar por esa camarilla desalmada que cuando grita consignas, las envilece. A mí, por venir diciendo estas palabras ya me dieron una paliza, luego me allanaron la casa y lo que se llevaron, no hay poder que haya logrado, que me lo devuelvan. Lo más valioso son borradores de libros que he estado escribiendo. Pero siempre he contado con la protección de Dios y ese poder es más fuerte.
Hay que poner el poder del pueblo en la calle, en el barrio, en la urbanización, en todas partes. Con un programa mínimo: 1) contra la intervención imperial, la dolarización y la quinta columna cómplice; 2) juicio y encarcelamiento de los corruptos; 3) contra los bachaqueros y sus cómplices; 4) contra los especuladores: multas, cierre de negocios y empresas; 5) por el triunfo pleno e indiscutible de Maduro el 20 de mayo.
Estos cinco puntos y la consigna Votar y luchar, deben ser el centro de nuestra lucha, que debe ser radicalizada a partir del 21 de mayo, para respaldar las promesas que el presidente ha ido haciendo contra varios males y se conviertan en decretos, resoluciones, sobre todo, hechos, no palabras.
Este proceso tiene un sólido respaldo constitucional, como lo he explicado en diversos trabajos que he escrito y publicado. Aplicando el Art. 70 Constitucional, debemos impulsar un movimiento de asambleas de ciudadanas y ciudadanos cuyas conclusiones son vinculantes y dirigirnos a la ANC, usando el Art. Constitucional 51, que establece el derecho de petición. Un debate constructivo sobre estos temas, teniendo como denominador común, la participación protagónica del pueblo, le dará un giro a la situación. No sólo se piden votos, que es legítimo, sino que se plantean soluciones para resolver problemas que nos afectan a todos. En conversaciones personales puedo ampliar todo esto.
El presidente Maduro está pidiendo ayuda, respaldo. Vamos a dárselo sin límites, con la condición de que cumpla su palabra de meter en cintura a los corruptos, de acabar con los bachaqueros, con las que trafican con las medicinas y con los males del pueblo con la esperanza de derrocar al gobierno. El 21 de mayo debemos ocupar la calle con este programa mínimo.
Ante los desafueros de Banesco, el gobierno le «perdonó» la vida a Escotet, su dueño. Intervino el banco, pero no se lo quitó. La próxima vez puede que no ocurra así. A lo mejor el pueblo va aprendiendo las lecciones que los grandes empresarios le van dando y decida ocupar, sin duda pacíficamente, oficinas, instalaciones comerciales e industriales y entonces las cartas sobre la mesa puedan jugarse de otra manera.
Ni siquiera el FMI le da plena razón a los dolarizadores
Voy a citar al FMI por cuanto las afirmaciones que él hace, sus recomendaciones y conclusiones son, generalmente, la guía fundamental de los políticos, economistas, politólogos, etc. que se ubican en lo que convencionalmente se viene llamando la derecha, la centro derecha e incluso, eso que se denomina la centro izquierda.
Tomaré como referencia un folleto publicado en la colección Temas de Economía 24, denominado Ventajas e inconvenientes de la plena dolarización, escrito por Amdrew Berg y Eduardo Borensztein, publicado por el Fondo Monetario Internacional, Washington, diciembre 2000. Una afirmación de punto de partida es la siguiente:
«El atractivo principal de la plena dolarización es que elimina el riesgo de devaluación fuerte o repentina del tipo de cambio del país. Esto puede llevar a que el país pague una prima de riesgo menor en sus empréstitos internacionales. Las economías dolarizadas quizá gocen de un nivel de confianza más elevado entre los inversores internacionales, tasas de interés más bajas para el crédito internacional, menores costos fiscales y niveles más elevados de inversión y de crecimiento.»
Como puede observarse las ventajas que el FMI señala son ventajas vinculadas a la integración y articulación de la economía nacional con la economía mundial, dominada por la oligarquía financiera, es decir, por la globalización neoliberal, por lo tanto, al atractivo que puede ofrecer a «los inversores internacionales». La otra «ventaja» se deriva de la pérdida de soberanía monetaria: «elimina el riesgo de devaluación fuerte o repentina del tipo de cambio del país». Obviamente quien puede devaluar, revaluar, estabilizar… es el gobierno de EEUU o los movimientos especulativos que se realicen tanto en el mercado de EEUU y/o en el mercado mundial ¡Tremenda ventaja!
«Ventaja» que se deriva, precisamente, de que no podemos emitir dólares pues esta es una potestad de las autoridades monetarias de EEUU, que lo hacen de acuerdo con sus políticas particulares y los objetivos de EEUU como potencia mundial a los que por supuesto quedaríamos sometidos.
Una de las conclusiones de los técnicos del FMI, cuya franqueza debemos agradecer, es la siguiente:
«El país que dolarice su economía cederá toda posibilidad de tener una política monetaria y cambiaria autónoma, comprendido el recurso al crédito del banco central para facilitar liquidez al sistema bancario en situaciones de dificultad.»
«La característica principal de la dolarización es que es de tipo permanente, o casi.»
No es como cambiarse de ropa. Es una subordinación casi perpetua. Como se dice, sin disparar un tiro, sin necesidad de «guarimbear», ganar elecciones, etc. se estaría reduciendo a Venezuela a la situación de un país recolonizado. Adiós a los procesos de integración continental pujando contra la globalización neoliberal, a una moneda regional como el Sucre, al comercio justo intercambiando con monedas nacionales prescindiendo del dólar, a los sistemas de trueque, en fin, adiós a los principios de la Cooperación Sur-Sur y en general, a la geopolítica de la liberación que desarrolló el Presidente Chávez.
Finalmente, obsérvese, que, según los técnicos del FMI, «el atractivo principal de la plena dolarización», es ninguno de los que los dolarizadores tratan de meternos en la cabeza.
La dolarización como continuación de la guerra por otros medios. Vivimos un estado de guerra permanente
Sin entender y partir de lo anterior, se puede hacer cualquier propuesta, que, incluso, puede coincidir con los intereses imperiales. Sobre todo, si se cree que las políticas imperiales tienen buenas intenciones, que lo malo son los métodos, las formas. Pero, en muchos casos, como el que nos ocupa, las formas son el contenido.
Como sabemos todas estas medidas antinacionales se impulsan creando un clima político y psicológico favorable que consiste en debilitar al extremo los mecanismos y dinamismos de la conciencia nacional y crear la idea de que esa es la salvación o por lo menos, el mal menor ante los desatinos económicos del «chavismo». Una aureola científica y académica es importante, como principio de autoridad para darle fortaleza al tema frente la población. Es una especie de halo académico que puede ser utilizado como auxiliar de los centros de poder imperial. No es ningún ataque a la academia ni a nadie en particular. Tengo profundo respeto por la Academia y los conocimientos académicos.
En torno a temas vinculados con la economía, a veces pasa que desde la academia no siempre se vea el conjunto de la situación, la diversidad de problemas que la conforman. Se vean los aspectos económicos sin ponderar los temas geopolíticos y las relaciones de poder.
Se llega a sostener que son un contexto, sin comprender que la economía forma con ellos un todo articulado, sin penetrar en ese vasto y rico mundo de la totalidad y la complejidad, de la que fue un maestro Marx y también en tiempos contemporáneos, Edgar Morin. No pretendo darle lecciones a nadie, que a veces es una manía de los académicos. Sólo estoy comentando mi experiencia. Pero les diré, que sobre este tema de la dolarización, no estamos hablando de un contexto, estamos hablando de un proceso, de una totalidad compleja y no de la tendencia gringa a la simplificación de la complejidad, para facilitar el cometimiento de crímenes. Lo demás, son daños colaterales.
Comento lo anterior, porque algunos académicos al hablarnos de dolarización, se colocan por debajo del nivel de análisis que hace el Comando Sur, quien, en lo concreto, dirige la agresión contra Venezuela y esto tomando en cuenta una multiplicidad de aspectos.
Esta es la situación: vivimos un estado de guerra permanente que reúne aspectos militares, económicos, políticos, psicológicos y mediáticos, entre otros. Hay gente en Venezuela que se niega a aceptar que estamos en guerra. Bueno, no lo digo yo, quien se interese puede ver el documento del Comando Sur del ejército de EEUU, que se denomina «Operación Venezuela Freedon 2», que plantea, que con el apoyo de la MUD (lo dice el documento), pero bajo la dirección del Comando Sur (también lo dice el documento), se desenvuelve una guerra no convencional con la finalidad de derrocar al presidente Maduro. Es decir, la MUD se ha sometido, diligentemente, al mando del Comando Sur del Ejército de EEUU (eso antes de salir al extranjero y quedar absolutamente subordinados y mantenidos).
Voy a realizar una larga cita del documento del Comando Sur (no son usuales citas tan largas, pero hay muchos incrédulos que creen que no estamos en guerra), publicado por la Misión Verdad:
Considerando los diversos aspectos reseñados en el resumen anterior, esta Junta Evaluativa y nuestro componente de operaciones especiales común (Componentes Operacionales del U.S. Southern Command: Comando de Operaciones Especiales Sur, Joint Task Force-Bravo, Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial Sur – Jiatfs) involucrados en esta operación, debe elevar un conjunto de recomendaciones que permita una planeación efectiva de nuestra intervención (subrayado mío) en Venezuela, concebida como una operación de amplio espectro, conjunta y combinada dentro del área de responsabilidad, priorizando los conceptos estratégicos: fuerza decisiva, proyección de poder, presencia en ultramar y agilidad estratégica (Joint Vision 2020, como un proceso de actualización permanente de la doctrina militar) (que) continuarán rigiendo nuestros esfuerzos donde se incorpore todos los instrumentos de autoridad nacional, entre ellos, recursos diplomáticos, de información, militares, económicos, financieros, de inteligencia y jurídicos. Con esa dirección estratégica, los aspectos que debemos evaluar a partir de los soportes informativos previos y sus proyecciones, son el resultado de la labor conjunta entre la Agencia de Inteligencia para la Defensa (DIA, que es nuestro organismo de adscripción) en estrecha colaboración con otros entes de la Comunidad de Inteligencia (IC, por sus siglas en inglés). Con estos fundamentos, traigo una agenda resumida (anexo tienen ustedes los soportes documentales) para el análisis de una serie de políticas que nos permitan abordar los diversos ámbitos (político y militar) siendo necesario su desagregación en acciones específicas:
- Con los factores políticos de la MUD hemos venido acordando una agenda común, que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada. Por supuesto, hay que seguir impulsando como cobertura el referéndum o la enmienda que se apoya en el texto constitucional y que sirve para censar, movilizar y organizar una masa crítica para la confrontación (subrayado mío). Por eso, también hay que enarbolar los artículos 333 y al 350 que legitiman la rebelión. Es indispensable destacar que la responsabilidad en la elaboración, planeación y ejecución parcial (sobre todo en esta fase-2) de la Operación Venezuela Freedom-2 en los actuales momentos descansa en nuestro comando, pero el impulso de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios es tarea de las fuerzas aliadas de la MUD involucradas en el Plan, por eso nosotros no asumiremos el costo de una intervención armada en Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda llevar adelante las políticas para salir de Maduro. (Subrayado, mío).
- Bajo un enfoque de «cerco y asfixia», también hemos acordado con los socios más cercanos de la MUD, utilizar la Asamblea Nacional como tenaza para obstruir la gobernanza: convocar eventos y movilizaciones, interpelar a los gobernantes, negar créditos, derogar leyes.
Por ahora, digo yo, la primera puesta en marcha de este plan fracasó y la MUD está fragmentada ¿El Comando Sur radicalizará la intervención directa con la presencia de paramilitares, entrada de fuerzas especiales colombianas (con uniforme o sin uniforme), con mayor protagonismo del narcotráfico?…
Lo cierto es que el bloqueo se va a agudizar, las sanciones y la intervención con sus formas abiertas y encubiertas, también.
La dolarización liquida nuestra soberanía monetaria
Es más, los dolarizadores ni siquiera dejan claro si lo considera parte de la soberanía de nuestra patria. Ni siquiera lo toman en cuenta, pues saben que la dolarización es una clara subordinación a la dominación de EEUU.
Para mí, un aspecto esencial. El tema de la soberanía, que lo he tratado a través de casi todo lo que he escrito en los últimos tiempos, tiene profundas implicaciones geopolíticas, estratégicas, militares, diplomáticas… Por ahora sólo diré que la soberanía monetaria constituye un todo articulado con la soberanía fiscal y la soberanía financiera.
En consecuencia, las soluciones deben trabajar simultáneamente todos los aspectos. Esto no es extraño, pues ello implica una profunda revolución no sólo en la economía sino también en las relaciones de poder, en la cultura, los patrones de consumo y producción, entre otros aspectos.
Uno de los problemas de las revoluciones es que siempre ha sido y es más fácil, dejarse llevar por el camino de la tradición y la costumbre, uno de los núcleos duros de la dominación. La restauración del capitalismo en la Unión Soviética y en otros países, ha tenido en el triunfo de la tradición y la costumbre una fuerza contrarrevolucionaria decisiva. Hay tradiciones y costumbres que es conveniente conservar, como las tradiciones solidarias y de trabajo colectivo. Otras como las fundadas en el individualismo, deben ser revolucionadas.
El peso de las tradiciones y costumbres reaccionarias tiene que ver particularmente con el hecho de que no se mueven sólo desde nuestras prácticas y reflexiones conscientes, sino fundamentalmente desde el inconsciente. Hace ya un buen tiempo sostuve, precisamente, que eso que se llama la formación de cuadros y militantes, no tiene que ver sólo con el desarrollo de la conciencia revolucionara sino de manera vital, con la revolución del inconsciente.
El factor decisivo, a mi entender, ha sido la sobrevivencia de un modelo petrolero que durante la Cuarta República condujo a debilitar (incluso a destruir) la producción no petrolera, al endeudamiento, al déficit fiscal, a problemas en la balanza de pagos, a la corrupción y a la depreciación y devaluación de nuestra moneda (ver mi trabajo sobre La Petrolia del Táchira y el Modelo Petrolero Impuesto por el Capital cuando Juan Vicente Gómez derrocó a Cipriano Castro, publicado por Aporrea y la página de la Red PatriaUrgente).
En otros trabajos he hablado de la importancia que tuvo en la década de los años 30, el debate que hubo entre Alberto Adriani, doctor en economía y también productor agrícola y Vicente Lecuna, banquero e historiador, quien hablaba en nombre de los banqueros y el comercio importador, las clases sociales, que todavía hoy, dominan a la sociedad venezolana. Alberto Adriani, con razón, hablaba sobre la devaluación del bolívar, de cómo eso favorecía las importaciones, destruía la agricultura e impedía el desarrollo industrial, Por supuesto, para los banqueros e importadores, eso estaba bien. Bajo el gobierno de Juan Vicente Gómez, obviamente, ese debate lo ganó Vicente Lecuna y lo perdieron los agricultores y la naciente industria. (Ver mi trabajo «Siembra petrolera y hegemonía política y cultural», publicado, entre otras páginas, en Aporrea).
En la actualidad los problemas de nuestra política petrolera son más complejos, que cuando el sabotaje y paro petrolero. El problema es que el sabotaje ha venido y viene desde dentro, desde la propia directiva de PDVSA, pero este tema no lo abordaré ahora.
La dolarización es inconstitucional y es parte del proceso de recolonización del continente
Como lo saben bien los que proponen la dolarización de la economía venezolana, un aspecto medular del Art. 318 constitucional es: «La unidad monetaria de la República Bolivariana de Venezuela es el Bolívar. En caso de que se instituya una moneda común en el marco de la integración latinoamericana y caribeña, podrá adoptarse la moneda que sea objeto de un tratado que suscriba la República.» Es decir, un tratado que deberá ser discutido y aprobado por la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela como resultado de una moneda común que surja en el marco de la integración latinocaribeña. Hoy debería ser aprobado por la Asamblea Nacional Constituyente, pues la Asamblea Nacional se ha colocado al margen de la ley y es un centro de conspiración financiado por EEUU.
Parece, que, para llegar a la propuesta de la dolarización, primero hay que modificar la relación de fuerzas existente en nuestro continente, tal como lo han venido haciendo y por supuesto, modificar la que existe en la sociedad venezolana. Aun cuando el imperio está trabajando muy activamente por lograr estos objetivos, el camino, como lo demostró la reciente Cumbre de las Américas en Lima, no es fácil.
Necesitaban conquistar la mayoría calificada de las 2/3 partes de los miembros de la Asamblea Nacional de nuestra patria y lo lograron en diciembre de 2015. Pero, como ya ha sido probado, no supieron que hacer con ese resultado. Pensaron que el camino era fácil, pero de aventura en aventura, se desacreditaron, siempre creyendo que el poder imperial les regalaría el cargo de presidente de la República Bolivariana de Venezuela a algunos de sus dirigentes. Pero ser presidente de una nación con ese nombre y con un pueblo que se ha tomado el bolivarianismo en serio y que el Presidente Chávez en más de un acto público, diversas conferencias, en Aló Presidente, le explicó el conflicto entre Bolivarianismo y Monroísmo, no es tan sencillo ni es un premio que se gana en un juego de cartas marcadas.
Lamentablemente para ellos, han huido al extranjero sin que nadie los este persiguiendo, pero saben que han cometido graves delitos que van más allá de diferencias radicales de opinión, las cuales como ocurrió en 2014, las han podido expresar de viva voz, hasta en el palacio de gobierno, Miraflores, invitados personalmente por el propio presidente de la República, compañero Nicolás Maduro, cuando ese año, tuvieron a su disposición, todo el sistema de radio y televisión del país para decir lo que quisieran decir. A pesar de ese gesto del presidente Maduro para facilitar una negociación, al poco tiempo le estaban dando una patada a la mesa de diálogo y profundizando la conspiración.
Ahora sí, definitivamente es claro y evidente, sólo para los que no quieran ver, que ellos han quedado dependiendo, de «papá» Trump y por eso se fueron hasta Lima, con motivo de una cumbre de las Américas, que no fue tal, pues también fue un fracaso (entre otras cosas, con el presidente de Perú destituido y preso por corrupto), a implorarle al vicepresidente de EEUU, para que radicalice las sanciones contra el pueblo venezolano (que es el que definitivamente las padece) y acelere la intervención. ¡Qué vergüenza!
Proponer la dolarización de la economía venezolana implica reformar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, lo que obviamente requiere un proceso más o menos prolongado. Por lo tanto, dada la urgencia con la que lo están planteando, ello debe implicar un proceso extraconstitucional. Obviamente la dolarización forma parte del programa de los desestabilizadores y clarifica más su fuerte alineamiento con la política imperial y en particular con el gobierno de EEUU.
Un primer objetivo es continuar minando y profundizar la desconfianza en el bolívar y, por tanto, favorecer la dolarización, de hecho, de la economía venezolana. A los especuladores, les conviene debilitar al bolívar e incrementar la fuga de divisas y la fuga de capitales. En lo inmediato, forma parte del proceso de desestabilización.
Esa dolarización es contraria al desarrollo «desde dentro» como lo propuso el Presidente Chávez
Ahora, si el país se plantea un modelo de desarrollo «desde dentro», fundado en la soberanía y la independencia, entonces debemos decir que la dolarización y en general, cualquier propuesta o circunstancia en la que perdamos la soberanía monetaria y/o nos obligue a contratar créditos con la banca internacional, lo que generalmente requiere el aval del FMI y la aceptación de las condicionalidades que este organismo suele colocar, nos pone en el camino del desarrollo «desde fuera», es decir, un desarrollo condicionado por el capital internacional. El camino de Grecia.
Como ya señalé, la dolarización no es como cambiarse de ropa. Es una subordinación casi perpetua. Como se dice, sin disparar un tiro, sin necesidad de «guarimbear», ganar elecciones, etc. estaría reduciendo a Venezuela a la situación de un país recolonizado. Adiós a los procesos de integración continental pujando contra la globalización neoliberal, a una moneda regional como el Sucre, al comercio justo intercambiando con monedas nacionales prescindiendo del dólar, a los sistemas de trueque, en fin, adiós a los principios de la Cooperación Sur-Sur y en general, a la geopolítica de la liberación que desarrolló el Presidente Chávez.
A esto puede conducirnos no sólo la dolarización, sino también la existencia de vulnerabilidades tales como problemas con las reservas internacionales, déficit fiscal, fuga de capitales, alta inflación, devaluación constante del bolívar, escasez de productos básicos, propios del modelo de desarrollo basado en el capital bancario y comercial, que se enriquece con las importaciones, las devaluaciones, la fuga de capitales y es contrario al desarrollo de una economía productiva.
En Venezuela esta ha sido la consecuencia inevitable del Modelo Petrolero Transnacional, que se impone entre nosotros desde el momento en que Juan Vicente Gómez derrocó a Cipriano Castro (ver mi trabajo La Petrolia del Táchira y el Modelo Petrolero impuesto por el Capital cuando Juan Vicente Gómez derrocó a Cipriano Castro, publicado tanto por Aporrea como por la página de la Red PatriaUrgente). Generalmente el resultado inevitable ha sido el endeudamiento y por esa vía, entre otras, la pérdida de soberanía.
Si ante los problemas económicos actuales tomamos el camino del endeudamiento con la banca internacional, a lo mejor tendríamos que decir, recordando un refrán de los marinos venezolanos: «tanto nadar para morir en la orilla». Significaría que el modelo petrolero que heredamos de Juan Vicente Gómez, sigue «vivito y coleando». Estoy seguro de que ese no es el camino por el que va a optar el presidente Maduro, pero es el que no se ha terminado de romper.
Venezuela tiene otras opciones. Como ya dije, tengo la convicción de que el presidente Maduro sabrá tomar los caminos que preserven nuestra soberanía. Un fundamento de esos caminos es no permitir que el capital gane en la mesa de negociaciones, lo que el pueblo venezolano ha derrotado en más de 20 elecciones, cuando el golpe de estado de abril de 2002, el paro petrolero de diciembre 2002 y enero 2003 y diversos combates defendiendo la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el derecho a realizar cambios profundos de la sociedad venezolana, transitando por la senda de la paz y la no violencia.
La corrupción como un aspecto clave de la dominación imperial.
La corrupción como lo he señalado reiteradamente no sólo es un problema ético. Es uno de los componentes estructurales y sistémicos no sólo de la economía sino de la sociedad venezolana. Un proceso que se ha incorporado a la cultura y base de los «modos de vida imperiales». El control de cambios fue una necesidad impuesta por el paro petrolero de diciembre de 2002 y enero de 2003. Sin embargo, se ha convertido en un problema en la medida en que no ha cumplido con el objetivo de frenar la fuga de capitales. Por el contrario, la transferencia al extranjero de $ 60.000 millones, denunciada por el presidente, no es ajena a los procesos fraudulentos que se desarrollaron a través de Cadivi, lo que el presidente Maduro llamó «cadivismo».
En la medida en que la trasferencia de renta petrolera hacia el capital privado de hecho, se ha convertido en un deber del Estado, se ha ido montando la olla de la corrupción. Esta olla se legitimó y perpetuó con la Corporación Venezolana de Fomento (CVF), que se convirtió en una fuente de corrupción, despilfarro de la renta petrolera y la fuente fundamental de los capitales acumulados por los grupos económicos de Venezuela. Carlos Andrés Pérez remató esa obra cuando lanzó el plan de la «Gran Venezuela» fundado en el masivo endeudamiento y la transferencia de renta petrolera a la burguesía y luego Caldera cuando enfrentó la crisis bancaria de los años 90, haciendo masivas transferencias de renta petrolera a los banqueros que habían estafado al país. En general, los recursos entregados a la CVF, luego por Carlos Andrés Pérez, después por Caldera y en general por todos los presidentes de la Cuarta República, no fueron para construir una economía productiva sino para alimentar a la burguesía comercial y financiera que han hecho negocios en los mercados internacionales y marginalmente han invertido en el país.
El incremento del precio de la gasolina, es necesario, pero si no vamos revolucionando el modelo petrolero, no nos librará de los males actuales
Soy partidario del incremento del precio de la gasolina y ratifico que es parte de una política para ganar las elecciones. El incremento al precio de la gasolina es parte de una política para derrotar a las casas de cambio de la frontera con Colombia, al llamado Dólar Today, uno de los aspectos más graves de la guerra económica que se libra desde la frontera. Por supuesto, esa no puede ser una medida aislada. Mientras la corrupción esté vivita y coleando, la guerra económica y la guerra en general, difícilmente pueden ser derrotadas.
Se ha dicho que no es conveniente subir precios ahora. Por cuanto vivimos un momento de alza generalizada de precio. No, el Estado lo que debe detener es derrotar la especulación e incrementar los precios que resulte necesario subir.
La corrupción pues ha sido un mecanismo de trasferencia de capital público al capital privado. Lamentablemente, pese a los esfuerzos realizados, la Quina Republica no ha logrado transformar esta relación, pues ella requiere una profunda revolución no sólo en las relaciones económicas sino fundamentalmente en nuestra cultura transformando los «modos de vida imperiales» y las relaciones entre el Estado y la burguesía transnacional, que no podemos calificar de venezolana.
Muchos de los fracasos de las políticas económicas emprendidas tienen que ver con la naturaleza de la relación entre el Estado y la burguesía transnacional y con el papel que la corrupción como mecanismo de transferencia de capital público al capital privado. Mientras no se toquen estos problemas de fondo, otros temas como el precio de la gasolina y la discusión sobre la unificación del tipo de cambio, pese a la relevancia que tienen y las medidas que deban tomarse, no nos librarán por sí solos de los males que estamos viviendo. Probablemente estos se reproducirían.
No es deber del Estado transferir renta petrolera a la burguesía transnacional. Esa es una de las trampas que nos puede conducir a la dolarización. La rebatiña de dólares debe terminarse
Este mito tiene que ser destruido. Que la burguesía invierta. El capital internacional está invirtiendo en Cuba y no existe en este país hermano un mecanismo similar a la renta petrolera como un regalo que se les esté dando como incentivo para la inversión. Hay una negociación entre iguales, entre el capital y un Estado soberano.
Esa es la relación que hay que establecer en Venezuela. Nada de créditos preferenciales, nada de dólares preferenciales, no, que corran los riesgos que tengan que correr como cualquier empresario capitalista y el Estado establecerá reglas de juego claras y transparentes de obligatorio cumplimiento para todas las partes.
Mientras se avanza hacia otro tipo de relación y sobre la base de reglas de juego claras y transparentes, propongo las siguientes normas para negociar con el capital privado:
1) Ni un dólar más para la burguesía que no esté claramente establecido bajo compromiso de fiel cumplimiento sobre: garantías sólidas de que va a ser gastado con fines productivos y nunca para fines especulativos; demostración de por qué necesita dólares del Estado y por qué no los cubre con sus propios dólares; por qué y para qué los solicita, en qué los va a gastar y cómo; una clara programación de la inversión productiva que va a realizar; una estimación del volumen de producción que va a generar y en cuanto tiempo y en qué cantidad y calidad esa producción entrará al mercado nacional o para las exportaciones que se hayan programado.
Es decir, el Estado debe aplicar las mismas reglas, incluso, más extremas que las que aplican los bancos privados para otorgar un crédito, pues no es deber del Estado conceder transferencias de renta petrolera al capital privado. Es más, mi opinión sincera es que esa transferencia debe liquidarse y que es un grave error, que se siga transfiriendo dólares al gran capital transnacional, lo que incluye a Lorenzo Mendoza y al Sr. Escotet, quien debe estar muy agradecido de que el gobierno no lo haya colocado tras las rejas, cuando el Banco, del cual él es dueño, es el principal involucrado con los delitos cometidos en la frontera con Colombia, recientemente denunciados por el Fiscal General de la República.
Luego, según la revista Forbes, ellos tienen milmillonarias cuentas en dólares colocadas en la banca internacional, donde ellos han «sembrado» el petróleo.
2) Los dólares que se entreguen tendrán el carácter de crédito con las necesarias garantías de que serán devueltos al Estado bajo cualquier circunstancia.
3) La ANC deberá aprobar una ley especial para penalizar las violaciones de esos compromisos con obligación de la devolución al Estado de los dólares entregados con los intereses correspondientes.
4) Establecer como condición la necesidad de un estudio previo que demuestre la necesidad de que el préstamo deba ser entregado en dólares y no como una contrapartida en bolívares en relación a los dólares que el empresario esté solicitando para utilizarlos en una determinada transacción. Es decir, el Estado no está obligado a entregar dólares, sino una equivalente contrapartida en bolívares. Como generalmente estas son peticiones para importar determinados bienes, el Estado tiene que decidir si importa estos bienes y luego el empresario respectivo los cancela en bolívares o qué tipo de transacción puede generarse. Sobre todo, porque ahora existe el Petro y son otras las perspectivas que se abren.
5) Más que entrega de dólares a las que el Estado no está obligado, la negociación debe estar centrada en el establecimiento de las reglas de juego. La rebatiña de dólares debe terminarse.
Ya los empresarios han acumulado suficiente capital apropiándose de la renta petrolera. Ahora que arriesguen su capital. Con seguridad habrá y hay empresarios interesados en invertir en Venezuela.
6) Finalmente, el poder obrero debe ser parte de la supervisión de las acciones del gran capital, como guardián de los intereses de la patria.