CATEDRAS INSURGENTES DEL PENSAMIENTO LIBERADOR – ALDEMARO BARRIOS R.

por elelefantebocarriba

¿Quién está pensando a Venezuela, Colombia a Nicaragua, Bolivia, Brasil, México y el gran territorio NuestroAmericano?. Sería arriesgado decir que pocas son las universidades que desde la historia o la geohistoria se reflexiona y piensa sobre nuestra pasado, presente a través de cuyas claves se podría diseñar el futuro de estos pueblos.

El historiador francés, mártir de la Segunda Guerra Mundial Marc Bloch lo enunció en los años 40s:“A quien sabe leer los documentos del pasado y a la vez mirar y vivir el presente, nuestros pueblos le ofrecen muchos temas de estudios que a veces llegan muy lejos[…] no perder nunca de vista lo concreto[…] en el sentido de lo concreto[…] de lo humano”.

El sistema-mundo-capitalista tiene en los Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Alemania a sus llamados thinktankers o tanques pensantes, una suerte de agentes “cerebrales” que manejan información por regiones y por sector para generar ideas que favorecen los intereses de las grandes corporaciones económicas y financieras para sostener sus estructuras dominación sobre la base de la expoliación de los recursos de América Latina, África y Asia y el Medio Oriente.

Figuras relevantes como Strobe Talbott, Kenneth Pollack, Alice Rivlin desde Washington reciben 60,7 millones dólares anuales para producir ideas de dominación sobre política exterior de EE UU, Oriente Medio, según el portal Esglobal.

En Venezuela, nuestros espacios de pensamiento y en especial del pensamiento liberador, deberían estar concentrados en las universidades, sin embargo ocurre un fenómeno que lo vivimos semanalmente y es que desde cátedras libres como la de historia insurgente se generan debates, reflexiones críticas y propuestas para el abordaje político de los destinos soberanos de esta patria. ¿Quiénes procesan sus contenidos? Dejo el acertijo.

La cuestión no es simple, las claves del pensamiento liberador venezolano se nutre de otras ideas que circulan desde Argentina hasta México y transcienden el Atlántico hasta España y hasta más allá, pero somos nosotros los que conocemos mejor que nadie la realidad nacional y las soluciones a nuestros propios problemas. Pudiéramos decir que de nuestros pensadores algunos son públicos y comunicacionales como Luis Brito García, Pascualina Cursio, jóvenes historiadores como Carlos Franco del programa avanzado en historia de la UNEARTE y el Centro Nacional de Estudios Históricos, que ha realizado estudios rigurosos sobre los EEUU, entre otros investigadores que se me escapan, están contribuyendo, a veces ad honoren, a formar ideas que los ejecutantes de políticas deberían escuchar para retomar rumbos liberadores. La necesidad de articular esfuerzos con otros pensadores de América, resulta una urgencia para actuar en un escenario de confrontación, amenazas, violencia política ante ello el desafío de las batallas de ideas nos invita a fortalecer la esperanza por la felicidad posible y la paz en un mundo humano.

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