por Yo soy hija de un comunista venezolano que nunca militó en el PCV, ni tampoco, durante nuestra estancia en la Argentina se acercó al PCA, ya que éste, durante la cruenta dictadura de Jorge Videla, apoyó unas políticas que «garantizaban» empleos a los trabajadores allá llamados desocupados y, una vez escuchó a un alto dirigente el planteo de que era «un deber del partido no sólo cumplir con la línea de Moscú sino apoyar esa política que favorecía a los trabajadores». No lo impidió la tendencia fascista de la Junta Militar, ni la presencia activa de la iglesia, ni de las corrompidas centrales obreras.
Mi padre fue encarcelado y con ayuda de otros camaradas tupamaros logró escapar a Venezuela, donde se reunía con gente ideológicamente identificada con los postulados de Marx, Lenin y el Che, por supuesto: los tres grandes. Aquí siguió la pista del PCV y una enfermedad política que se llamó «el chiripero», estando él ya un tanto grande y cansado, lo obligó a un retiro y, cuando el Comandante Chávez aparece en la arena, lo siguió hasta que la muerte se lo llevó a él primero. Luego al Comandante. Pero fue un chavista convencido de que Chávez pensaba como él.
Desde hace un tiempo a esta parte, he visto y tengo amigos que votan al PCV para no votar por el PSUV. Yo antes lo hacía sin quejarme, pero sabiendo que por las venas de ese partido no corre sangre roja. Es un partido raro. Apoya a Nicolás Maduro después de un largo y gracioso periplo que los lleva a decir cosas, a declarar incluso en contra del gobierno y a emplazarlo a que debe rectificar en tal o cual campo de acción o de política pública.
Hoy vemos que se abrió la camisa y mostró su pecho belludo para protestar al gobierno que unas empresas fueron concedidas al Frente Francisco de Miranda, un grupo apéndice del gobierno y de la Alcaldeza Farías.
Parece que eso no está bien, es verdad. Siempre es así, el gobierno nunca corresponde con fidelidad al PCV. Recordemos lo de Eduardo Samán. Pero tampoco es afortunado que el PCV siga con con esa cantaleta, con ese estira y encoge.