| por elelefantebocarriba |
Sí, esa imagen que generó una intensa agitación en las masas campesinas del país y desplazó de un cuajo los espejismos cuartarepublicanos que siempre intentaron maquillar la lucha de clases en el campo.
La tenencia de la tierra en los llanos barineses, desde luego, la estructura casi feudal que todavía impera sobre ellos (y en Venezuela) tenían para Chávez muchas implicaciones: las cuencas de los rios llaneros Boconó y Masparro y la despiadada desforestación a la que estaban -y continúan estando- sometidas. Azpúrua, habló incluso hasta de ceder los nacientes de los rios en comadato al Estado para que los campesinos trabajaran sus propias tierras por más de tres décadas, pero esclavizados a él.
El terrófago de apellido siempre eludió aquella figura de la «vaquita» esquelética y por eso mismo emblemática de la tragedia a la que se enfrentó Zamora en la Guerra Federal, y que en el paisaje de Azpúrua lucía ciertamente íngrima, pero contenía toda la carga simbólica de la reproducción del sistema feudal en el campo venezolano: el paso o las rutas del ganado que son, esencialmente, los puntos claves de la lucha campesina y de la soberanía.
Digo esto a ver si olvidamos la leyenda de la Reforma Agraria adeca que tanto estigmatizó al campesinado. Ese mismo que hoy en Caracas agita las banderas de Chávez en las puertas de Miraflores.