¿A una feminista le puede gustar el reguetón?

En medio del debate por el último video de Maluma, siete mujeres opinan sobre el rol de esta música

Por: Laura Guzmán Díaz
01 de septiembre 2018 , 11:25 p.m.

Maluma está dormido sobre una cama, acompañado de varias mujeres en ropa interior que se abrazan entre ellas. En el suelo de la habitación de hotel reposan sus tacones y una que otra tanga fuera de lugar.

Se trata del videoclip de su canción ‘Mala mía’, acusado de cosificar y sexualizar a las mujeres, algo que ya no es novedad en la música del artista paisa, y que revivió el interminable debate en torno al supuesto machismo del género urbano.

Sí, hay letras machistas en el género, como ‘Eso en cuatro no se ve’, de Ñejo y Dálmata, entre muchas otras, pero, así mismo, existen otras letras que se alejan de este tema, que les hablan al amor y al desamor y que recuerdan que la mujer tiene la voluntad de decidir qué quiere hacer y qué no.

«Hablar en una canción de sexo con mujeres no equivale a promover la violencia de género. (…) Lo que uno debe mirar, desde el  feminismo, es que no impongan la voluntad de una persona sobre otra»

Para la periodista Catalina Ruiz-Navarro, “hablar en una canción de sexo con mujeres e incluso cosificarlas no equivale a promover la violencia de género o la discriminación. Hay formas de cosificación que hacen parte de juegos sexuales en los que hay consentimiento y voluntad. Lo que uno debe mirar, desde el punto de vista feminista, es que no sean violentas, es decir, que no impongan explícitamente la voluntad de una persona sobre el cuerpo de otra”.

Isabel Londoño, directora ejecutiva de la Fundación Mujeres por Colombia, opina que en el reguetón hay incitación a la violencia, con graves consecuencias para hombres y mujeres. â€œA ellos los incita a la violencia y a ellas puede afectarles la autoestima, al venderles una imagen de putas, vagabundas, infieles o aprovechadas, entre otras cosas”.

Por eso, considera que es clave que las personas escuchen las canciones no solo con el corazón y los oídos, sino con el cerebro abierto, de manera que sean capaces de reflexionar sobre las letras y su impacto social.

“Hablo también de la ranchera, el tango y el vallenato. Ahora estamos armando bochinche con el reguetón y estamos siendo hipócritas, porque el problema es de casi toda la música latinoamericana, que ayuda a construir un imaginario patriarcal de dominación sobre la mujer”, explica Londoño.

Si esto es así, ¿por qué el debate vuelve a surgir solo por obra y gracia de Maluma? Para Ruiz-Navarro, feminista declarada, muchas de estas críticas comenzaron cuando el antioqueño fue jurado del concurso ‘La Voz’ en España, hace dos años, y la periodista Yolanda Domínguez publicó un artículo en ‘El Huffington Post’ en el que lo señaló de misógino y machista, por su canción ‘Cuatro babys’.

“No creo que sea una crítica que tenga mucha validez, porque se está sacando de contexto. El trap es música que, en general, habla de ‘deseo tu cuerpo, tú lo deseas, vamos a coger’, y no es un invento de Maluma. En la canción se habla de cuatro mujeres que quieren tener sexo con él de forma voluntaria, no es algo violento, sino poliamoroso”, argumenta Ruiz-Navarro.

Aunque el video de ‘Mala mía’ sexualiza y cosifica a la mujer, para la periodista “no es más machista que otras cosas que hemos visto en la televisión y en el cine. Por ejemplo, la canción de Eminem y Dido, Stan, en la que meten a una embarazada en el baúl de un carro. Tenemos videos en los que vemos feminicidios explícitos, pero criticamos el reguetón y nos hacemos los de la vista gorda en otras canciones”.

Y pone como ejemplo la composición ‘Run For Your Life’ (corre por tu vida), de los Beatles: Preferiría verte muerta, pequeña, / antes que con otro hombre. / Trata de no perder la cabeza, pequeña, / o no respondo por mis actos. / Será mejor que salves el pellejo, pequeña. / Esconde la cabeza en la arena, pequeña. / Si te atrapo con otro hombre / es el fin, pequeña.

“La canción se pone peor y peor, pero nadie dice: ‘¿Cómo es posible que hayan hecho una canción apoyando el feminicidio?’. Y hay otras que consideramos tremendamente románticas, como ‘Every Breath You Take’ (‘Cada respiro que tomes’), de The Police, con una letra controladora, violenta y tóxica. Y eso pasa también con el tango y el bolero”, cuestiona Navarro-Ruiz.

Tanto ella como Londoño, cuya fundación se define como “espacio político no partidista”, señalan que toda la música, incluido el reguetón, es producida por una cultura humana que es machista.

Una música que libera

Otras feministas, como Ruiz-Navarro, consideran que las letras del reguetón no se pueden satanizar cuando pasa lo mismo en otros géneros y cuando incluso se han convertido en un medio de liberación femenina.

Para Cindy Morales, cocreadora del ‘podcast’ ‘Degeneradas’ –sobre temas de género–, de EL TIEMPO, aunque hay canciones que las mujeres no quieren escuchar –en su caso, ‘Cuatro babys’–, el reguetón libera a la mujer a partir del baile. 

“Desde la Colonia, todos los bailes han sido dirigidos por los hombres. En el tango y en la salsa, la mujer se acomoda a lo que el hombre haga, pero en el reguetón puede bailar sola, nadie le dice nada. Un hombre puede acercársele y bailar lo más pegado que pueda, pero no puede tocarla si ella no quiere”, dice Morales.

En cuanto a las letras, artistas como J Balvin son un ejemplo de cómo el reguetón no siempre habla de sexo. Prueba de ello son canciones como ‘Mi gente’ y ‘Brillo’, de su último álbum, Vibras. Esta última dice: Pa, pa, pa qué ‘highlighter’, si tú brillas sola. /Quiero ser el número uno en tu emisora. / Si me convierto en surfista es pa’ montarme en tus olas. / Le pido a Dios que te cuide, pero tú te cuidas sola.
De igual forma, la presencia en la industria de artistas como Ivy Queen, Karol G y Anitta también ha hecho que las mujeres se sientan empoderadas, pues hablan de la sexualidad femenina y lo hacen con un estilo diferente al de los hombres.

“Lo hago para que las personas se acostumbren a escuchar esto de la boca de una mujer. Cuando un hombre lo hace, a nadie le importa. Pero cuando es una mujer, es una cosa asustadora, y quiero que eso se acabe. Si los hombres pueden decirlo, nosotras también. Por eso, me gusta provocar debate con lo que hago”, explicó la brasileña Anitta.

Degeneradas - feminismo y reggaetón

La cantante brasilera Anitta es actualmente una de las mejores exponentes del género urbano. Sus canciones hablan de empoderamiento femenino.

Foto:

J Balvin

En cuanto a la colombiana Karol G, su bandera es hacer un reguetón que las mujeres puedan cantar. “Quizá por eso se sienten tan identificadas con mi trabajo”, le había dicho a este diario.

“El reguetón nos libera de tabús femeninos, como el de la masturbación. Si un hombre lo hace es normal, pero parece que las mujeres nunca lo hiciéramos, y sí lo hacemos”, subraya Morales.

Incluso, como lo explican Luisa Uribe y Daniella Tamayo, del colectivo Rosario Sin Bragas, de la Universidad del Rosario, ahora hay propuestas como la del grupo argentino Chocolate Remix, que tiene canciones en contra de la violencia de género, como ‘Ni una menos’.

Mientras unas prefieren hablar de la sexualidad de forma explícita, otras artistas, como Gelo Arango, cantante de música urbana y quien hace la voz de Yeimy Montoya en la telenovela ‘La reina del flow’, prefieren dar un mensaje diferente. “Si bien puedes enfrentar el tema como lo hacen los hombres o igualarte a lo que ellos hacen, tú tienes que hacerlo de una manera más respetuosa”, sostiene.

Su función no es educar

A Arango le preocupa que una niña de 5 años pueda estar cantando canciones como ‘Mi cama’, de Karol G. Por eso, dice que si se quiere hablar de poder femenino y de que las mujeres son fuertes y valientes, se puede ir más allá del sexo o de cómo vestirse, y dar ejemplo.

“Chévere que las audiencias critiquen a sus artistas y les pidan hacer contenidos feministas. Ojalá eso tenga un efecto en el tipo de contenidos que produce Maluma. Pero él es libre de hacer lo que quiera, no es quien debe tomar el lugar de la educación sexual y reproductiva de los colombianos”, concluye Ruiz-Navarro.

Así mismo lo dijo J Balvin hace unos días, en entrevista con La W: â€œEs más importante la educación y los valores que les das como padre a tus hijos, con el fin de que estén preparados para lo que escuchen”. 

Londoño, de la Fundación Mujeres por Colombia, está de acuerdo y considera que es bueno que esta música haya puesto el tema del machismo sobre la mesa. “Pero hay que poner el problema entero. De lo contrario, estamos echándole la culpa al reguetón, cuando es un problema de las expresiones en nuestra cultura”, manifiesta.

Entonces, ¿a una feminista le puede gustar el reguetón? Sí. “Hay una frase que dice: â€˜Sin perreo no hay revolución’. Todas las cosas que queremos conquistar las mujeres deben empezar por la música que uno escucha; si uno no puede liberarse en una discoteca como y con quien quiera, sin que eso determine que ya tienes una entrada a mi cuerpo, estamos jodidos”, señala Morales.

Como dijo Florence Thomas, coordinadora del Grupo Mujer y Sociedad: “Si hay feministas a las que les gusta el reguetón, es su derecho; son autónomas y son ellas las que deciden”.

LAURA GUZMÁN DÍAZ
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
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