El panorama a partir del 10…: cambios en el discurso, en las acciones, ¡reinventarnos o… NADA…!

  1. Nos encontramos en el mejor momento de nuestra historia republicana, orgullosamente asediados por todos los imperios, por toda la canalla de la tierra, por todos los atávicos asesinos, esclavistas y estafadores de pueblos; por los debiluchos, cobardes y traidores tanto de derecha como de «izquierda». Como nunca tenemos hoy conciencia de nuestra historia y de nuestro destino. Como nunca antes se está respondiendo a los clamores y a los «dolores futuros» de los que hablaba Simón Bolívar. Somos la SAL DE LA TIERRA, somos la esencia espiritual y moral de América Latina, del mundo, lo único que todavía resiste con valor y conciencia humanista en este planeta. ¡Qué orgullo de pueblo, siendo nosotros protagonistas de esta resistencia, CARAJO!
  2. Pero a la par, requerimos a partir de ahora de cambios profundos, querido presidente Nicolás Maduro; requerimos de una total y contundente radicalización del proceso revolucionario por cuanto que el fin que persigue EE UU junto con su banda de títeres es que nos retraigamos, que sigamos retrasando o conteniendo nuestras urgentes acciones revolucionarias en ese avance glorioso de lograr el punto de IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA de ser penetrados y desarticulados. Hay pueblo, fuerzas armadas listas para el combate y valores humanistas y sagrados de amor a la PATRIA GRANDE para resistir y para vencer.
  3. No hay que caer en la trampa de que conteniendo nuestras inevitables y urgentes decisiones revolucionarias (nacionalización de la banca, por ejemplo) pueda llevar a una ilusoria comprensión de nuestro proceso por parte de la derecha. El revolucionario que crea que la derecha podría aminorar sus planes de ataque a Venezuela en función de algún acuerdo político, que se vea en el espejo de lo que le pasó a Gadafi. En el momento mismo en que Gadafi le estrechó la mano a Sarkozy y a José María Aznar, cavó su tumba y el destino glorioso de su revolución… La derecha no come cuentos y su fin siempre es la destrucción total y absoluta de los que se oponen a sus intereses meramente esclavistas y mercantiles.
  4. Toda revolución comienza plena de ilusiones, con eufóricas voluntades empeñadas en llegar a los más nobles y sublimes cambios. Las revoluciones suelen nacer pletóricas de energía, de amor y grandezas, pero las acecha constantemente la corrupción, el envanecimiento de los líderes, el caos y la pesada lápida del pasado, y entonces se hace imprescindible de mantener vivos los MILAGROS de las acciones inesperados y fulminantes, porque con el enemigo no se puede andar con pañitos de agua caliente. Se hace imprescindible de prueba constantes de creatividad, imaginación y valor, a lo que más le teme la barbarie cobarde y sedentaria.
  5. No se le puede seguir diciendo al pueblo que vamos a superar este caos y al mismo tiempo retrasar nuestras acciones y respuestas, esas que no acaben por ejecutarse; no se le puede seguir diciendo al pueblo que este año será el definitivo contra la guerra económica y otra vez volver al eterno y reiterativo juego de hacer leyes y decretos para que no se respeten. Las leyes reiteradamente violadas, dice Monstequieu, se convierten en una plaga desmoralizadora de la sociedad; inducen a una sucesión de indolencias, de espasmódicas reacciones desde el poder, y a un permanente chapoteo en el barro. Debido a este hecho, la derecha se ríe de las leyes nuestras, de nuestra soberanía y de los valores sagrados de la patria. Hay que dejar de seguir aplicando los mismos desgastados y viejos procedimientos en los que mil veces hemos fracasado….
  6. Hay que modificar, clausurar, por ejemplo, la SUNDDE que más bien ha contribuido al desguace de nuestra economía. Hay un amor obsceno, horripilante y repugnante entre los fiscales (maleables e inconscientes) de la SUNDDE y los perverso y eternos ladrones comerciantes. Este tipo de instituciones deben estar bajo la dirección de probados e incorruptibles revolucionarios.
  7. Hay que depurar urgentemente a todos los mandos militares con elevadas responsabilidades en los nuevos escenarios de la guerra que vamos a enfrentar; a todos esos militares bisoños, sin conciencia, y que podrían no estar en condiciones de dar la MADRE DE LA BATALLAS ante las amenazas en nuestra frontera por parte de los mercenarios colombianos, guyaneses y brasileños; en nuestra frontera con estos tres países, se definirá en los próximos meses el destino de la patria.
  8. Hay que darle un vuelco urgente y contundente a PDVSA, o si no el diablo nos llevará en esta terrible etapa que se nos avecina. Al frente de esta poderosa empresa del estado no se puede colocar a un «hombre bueno» o «cordial» (tal cual como los definía el Che Guevara). Hay que poner a un POLÍTICO de visión continental, y si es posible a un «VERDUGO» (en el concepto del Libertador, aquel que dijo: «YO HE SIDO EL VERDUGO DE LOS ESPAÑOLES…»), y entiéndase bien lo que estoy diciendo (MAQUIAVELO, CON ESO, CARAJO!), porque, POR EJEMPLO, con tanto guabineo e improvisación con lo de la gasolina el pueblo ya está que no cree ni en el PADRE NUESTRO!
  9. Hay unos dos millones de empleados públicos languideciendo, que no le aportan a la patria sino cansancio, vejez y una apoplejía meridiana espantosa. Es un lastre que nos degrada, que nos envilece y nos humilla. Son becados pos mortem en un inevitable y progresivo deterioro mental muy peligroso, al haberse habituado a ser autómatas de la indolencia, y al no procurar elevarse moral ni humanamente.
  10. Las llamadas universidades autónomas no pueden seguir funcionando como taifas del gobierno de Estados Unidos, despilfarrándose en ellas millones de dólares sólo para que se guarimbee, y para convertir a jóvenes ignorantes en lo más opuesto a nuestros valores nacionales. Allí no se educa, no se aprende nada esencial para levantar a un país, y el que se gradúa sólo aspira a largarse, por esa obsesión hedonista y sensualista inoculada durante casi dos siglos por los viles valores del capitalismo.
  11. Hay que repensar en todos los cuadros del partido PSUV y darle un vuelco histórico de grandes dimensiones a sus estructuras organizativas, para esta etapa de tremendas adversidades y combates; para así realmente tener una dirigencia que se las juegue todas junto al pueblo en el terreno de la batalla productiva; en la defensa casa por casa, en los centros de trabajo, en el campo y en los barrios, y en esta coyuntura exigente contra las mafias de los mercenarios imperiales, de comerciantes estafadores y bachaqueros. Que sean capaces de dar el ejemplo en todos los frentes de esta batalla prolongada y de severo acoso internacional.
  12. En cuanto al alto gobierno ahora hay que abrir caminos en direcciones creativas y en cambios esenciales dentro de la compleja lucha revolucionaria. Creo que ha llegado la hora de licenciar a muchos funcionarios de carrera o escogidos a la carrera, porque hay un terreno muy complicado y difícil que va a comenzar a vivir la revolución y es el que se nos presenta con la nueva generación, con los jóvenes entre quince y veinte años, para los cuales se va a requerir de una creatividad, una visión e imaginación extraordinarias y vitales. Con estos jóvenes habremos de proyectarnos hasta el 2040, y cruzar dos décadas que se avizoran con ataques demoledores a nuestros valores y a la conciencia nacional.
  13. Para corregir muchas malas mañas, errores y defectos habrá que meter el bisturí y la lupa a la Banca y a las Misiones, a la Educación y Salud, a las empresas que contratan con el Estado, a las empresas básicas de Guayana; darle un gran sacudón a la conciencia de todos los dirigentes que ha sido elegidos por el voto popular, sean gobernadores, alcaldes, legisladores, concejales, y que asuman el trabajo está allá abajo, que se aboquen a la gran tarea de responder por las necesidades inmensas por las que atraviesa nuestro pueblo: una real lucha contra la guerra económica, por el problema del gas, por el problema de la basura, ante la carencia de alimentos y medicinas, demoler el bachaquerismo, la indolencia genética estructural implantadas por los godos y que se traduce en egoísmo, falta de solidaridad, el dejar que los males se eternicen y se conviertan en cáncer irremediable …
  14. Contamos con una base estructural bien formada para resistir los grandes embates que se avecinan, pero hay que ir a una vuelta de tuerca más en la misma dirección radical, firme y de sublime de alianza absoluta con los de abajo, tal cual como nos lo enseñó el Comandante Chávez.

José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.