El Algoritmo Guaidó

Leonardo Rossiello Ramírez

Cuando el consumo de petróleo en Estados Unidos alcanzó los 20 millones de barriles diarios (mientras la producción propia apenas superaba los 10), los Marioneteros [1] terminaron de comprender que no bastaba con haber saqueado a los países petroleros Libia e Irak. Tampoco con comprarle al Estado venezolano, además, a precio de mercado. Desde que el temible chavismo se hizo con el control de PDVESA, Venezuela empezó a venderle petróleo a Rusia y a China, y tuvo la mano apoyada en el grifo. Podría cerrarlo en cualquier momento. Era imperioso poner la mayor reserva de petróleo del planeta en manos de compañías privadas. De preferencia, estadounidenses. «A por ellos», como dicen los españoles.

Primero fue eliminar a Chávez, luego, tratar de liquidar a Maduro (con drones, con manifestaciones, con sabotajes, con sanciones económicas, con congelamiento de activos por decenas de miles de millones de dólares). Cuando todo eso finalmente no dio resultados, los Marioneteros pusieron en práctica el Algoritmo [2] Guaidó.

«La nueva mar en coche» tuvo acceso a la grabación de una conversación telefónica entre dos Marioneteros, cercanos a todas luces al POTUS. El documento revela detalles desconocidos del funcionamiento del Algoritmo Guaidó. Desde luego, siguiendo una sana tradición periodística, no revelaremos cuáles han sido nuestras fuentes, por lo que recomendamos a los lectores curiosos que no se molesten en preguntarnos cuáles son.

—¿Qué tal, Charlie? Habla Kimberly.
—Hola, Kimberly. Dime.
—¿Leíste el WA cifrado que te envié sobre mi idea?
—No, lo siento. Estaba ocupado con lo que ayer convenimos tú y yo: dándole instrucciones al POTUS para que afloje con el muro. ¡Está obsesionado con ese colador!
—Como si fuera lo más importante. Vaya burro. No entiende que 621 000 millones de dólares de déficit comercial ES nuestro principal problema.
—El muy terco cree que una guerra comercial con el mundo soluciona el problema. ¿Cuál es tu idea?
—Justamente, va en la dirección de equilibrar nuestra balanza de pagos. Tenemos que conseguir el petróleo venezolano y de paso frenar a los chinos y a los rusos. Además, se nos viene la India.
—Por Dios. Y el POTUS, encima, a reconvenirlos. Hay que distraerlos con el tema Cachemira. ¿Qué te parece si creamos un incidente con Paquistán?
—Oye, no es mala idea.
—Bueno, Kimberly, adelántame tu idea, por favor.
—Es así. En Venezuela hay una Asamblea (donde tenemos mayoría), supuestamente legislativa. Tiene un presidente. El tipo se llama Huichol, o algo así.
—Ah, Guaidó, sí. Pero la Asamblea esa la declararon ilegal…
—¡No me jodas, Charlie! ¿Desde cuándo la legalidad fue un impedimento para nosotros?
—Bueno. ¿Y?
—Mi idea es poner en marcha un algoritmo, que podemos llamar Algoritmo Guaidós.
—Guaidó, sin ese.
—Es que son dos, dos algoritmos en uno. O, si quieres, un plan-algoritmo.
—Bueno, no en vano eres ingeniera. Adelántame cómo funcionaría; ya leeré tu idea con detenimiento. Si me convence, nos reunimos y ponemos a las marionetas a actuar.
—block principal uno: ¿puede Guaidó autoproclamarse «presidente encargado», aduciendo algún artículo de la constitución de Venezuela? block complementario uno, salida «No»: buscar un candidato mejor. Salida «Sí»: que llame a los militares a deponer a Maduro.
—Eso ya lo intentamos, Kimberly. Y no hubo caso. Ahora estamos dándole bomba al desabastecimiento.
—¿Pero si el llamado lo hace un presidente autoproclamado? Tendría más legitimidad.
—Podría ser. O no, pero continúa.
—Salida de block complementario uno va a block principal dos: ¿le hacen caso los militares? block complementario dos: «Sí», y lo deponen. Entonces, problema resuelto. O salida «No»: va a a block principal tres: ¿Hace Guaidó un llamado a la guerra civil, con manifestaciones, diciendo que el 23 de febrero es una fecha clave? block complementario tres: «Sí»: lleva a un nuevo block principal, que sería el cuatro: ¿hay intervención de nosotros, o de nosotros con Colombia, interviniendo en la guerra civil contra Maduro? Tenemos nada menos que nueve bases militares ahí. ¡Lo que es ser previsores!
—Esa me gusta. Locombia fue una buena inversión. Hicimos un gran trabajo.
—Pero probemos primero el algoritmo, déjame continuar, Charlie. Salida «No»: va a block complementario cuatro: ¿sale Guaidó a buscar apoyo internacional? Salida a block complementario cinco: «No». Entonces, nuevo block complementario: ¿Se queda en Colombia e insiste, hasta que lo metan preso?
—Esa eventualidad habría que que meditarla, Kimberly, pero no me parece lo mejor.

Imagen proporcionada por Leonardo Rossiello.

—Charlie, no me interrumpas. ¿Me sigues?
—Como tú a mí. Somos Marioneteros y tenemos que hacer nuestro trabajo. Cuanto más sencillo, mejor, de acuerdo con la Navaja de Ockham.
—Entonces, continúo. «Sí»: Huichol, digo Guaidó, sale de Venezuela. Salida de block complementario va a block principal cinco: ¿va a Colombia? (Recuerda, Charlie, que ya instruimos al POTUS para que prepare el envío de algo que llamamos «ayuda humanitaria»; está todo listo para que lleguen camiones a Cúcuta, en la frontera. La prensa afín ya está bien instruida).
—Suena bien, Kimberly. Continúa. Habría que considerar la posibilidad de que Nicolás lo deje salir de Venezuela.
—No es TAN pendejo, el Nicolás. Olvídate. Ni lo consideramos.
—Cierto. Adelante.
—Entonces, block principal seis, sobre la base de que en Cúcuta ya está la prensa y algunos manifestantes reunidos: ¿Maduro acepta la ayuda humanitaria? blockcomplementario seis: «No»: Maduro bloquea el puente con camiones y la ayuda no pasa.
—Acá habría que inventar algunas deserciones o que los nuestros quemen algún camión para echarle la culpa a los venezolanos. Y poner a nuestro hombre de paja en la OEA y algún presidente, tipo Macri o Piñera, que nos deben favores, a declarar por la intervención. O, al menos, en contra del «régimen». En fin, ya veremos.
—block complementario seis, salida afirmativa: «Sí»: la ayuda pasa: victoria nuestra, es decir, de Guaidó. Maduro se debilita, más manifestaciones. Más cerca de resolver el problema. Si no pasa, volvemos a block principal siete: ¿hace una gira por países latinoamericanos para recabar ayuda y apoyo, antes de volver? Salida «Sí», lo hace (en cuyo caso bloques complementarios siete y ocho, etcétera) O salida «No», regresa directamente.
—Déjame adivinar: si regresa, directamente o no, block complementario siete: ¿hace un llamado a manifestar un sábado (para que vaya más gente)?
—Efectivamente, Charlie. Entonces tenemos salida «Sí», que lleva a block principal siete: ¿es suficiente? Y salida «No», que lleva más o menos a que tenemos que probar otro truco, que está en el block ocho. Si salida «Sí», resuelto el problema, con caída de Maduro; si salida «No», vuelve a block ocho: ¿funcionará con un apagón general? Si salida «Sí», entonces block complementario ocho: ¿tiene éxito? Si salida «Sí», problema resuelto; si salida «No», vuelve a block principal nueve: ¿Funcionaría una falsa bandera, con asesinato de Guaidó, para echarle la culpa a Maduro? Si salida…
—Bueno, Kimberly, creo que va a ser mejor que lea tu Algoritmo Guaidó completo. Con calma. En general me parece bien. Si al fin el problema no se resolviera, siempre podríamos patear el tablero. No sería la primera vez. Incluso podríamos acuñar un Corolario Guaidó.
—Ajá, Charlie, ¿cómo sería?
—Si algo puede salir bien, va a salir bien.
—Pero… ¿y si no puede salir bien?

[1] Con mayúscula: es una institución.
[2] Un algoritmo es una serie de pasos, o blocks, para resolver un problema determinado. Hay blocks principales, que se representan verticalmente y blockscomplementarios de los principales, que se representan horizontalmente. Cada block tiene una salida binaria: «Sí» o «No». Algunos blocks complementarios regresan al principal inicial o conducen a otro principal, bien hacia adelante (por ejemplo de block 2 a block 3) o hacia atrás (de block 2 regresa a block 1). Al pasar todos los blocks, debe salir la mejor opción, que puede resolver el problema o encaminarse hacia su resolución.

Leonardo Rossiello Ramírez

Nací en Montevideo, Uruguay en 1953. Soy escritor y he sido académico en Suecia, país en el que resido desde 1978.

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