Por Marco Teruggi
El I Congreso Internacional de Mujeres ha reunido en la ciudad de Caracas a representantes de 110 organizaciones de 23 países provenientes de todos los continentes. Su desarrollo forma parte de los acuerdos alcanzados durante el Foro de Sao Paolo, desarrollado en el mes de julio en la capital venezolana.
«Es uno de los encuentros sectoriales para desarrollar debates porque en el marco del Foro se desarrollan de manera muy colateral y nos permite así asumir el desarrollo y cumplimiento de los acuerdos», explicó Gladys Requena, vicepresidenta del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) del sector de las mujeres, instancia desde la cual se asumió el impulso del Congreso.
El desarrollo en la ciudad de Caracas también fue parte de lo acordado en el Foro. No se trata del primer Congreso realizado a partir del Foro: durante el mes de agosto tuvo lugar el de trabajadores, y pronto se realizará el de pueblos indígenas.
Se trata, por un lado, de desarrollar el debate y la organización de cada sector social a la vez que se ratifica la «solidaridad del mundo con el proyecto revolucionario y con los acuerdos para rechazar las sanciones unilaterales, el bloqueo criminal que se viene desarrollando desde el imperialismo norteamericano contra el pueblo de Venezuela», sostuvo Requena.
El lugar en el que se ha realizado es un hecho político, así como lo fue el Foro de Sao Paulo.
«Estamos mostrando a Venezuela que no está sola, que las mujeres del mundo estamos siguiendo su causa y que estamos para ver cuál es la realidad que están viviendo y decirle al mundo por qué las mujeres venezolanas están defendiendo el proceso de la revolución bolivariana», afirmó Gloria Inés Ramírez Muñoz, vicepresidente para América Latina y el Caribe de la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FEDIM).Ramírez Muñoz, colombiana, estuvo en el debate de inauguración del Congreso, donde compartió el escenario principal con otras dirigentes del mundo y con representantes de la dirección política de la revolución, como Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Junto a Ramírez Muñoz estuvo Wafi Ibrahim, del Líbano, coordinadora de la Asociación de Solidaridad Árabe Latinoamericana José Martí y vicecoordinadora de la región árabe en la FEDIM, quien subrayó la dimensión del enemigo común:
«Todos los pueblos del mundo que han sido víctimas de la misma política y la misma agresión acuden a esta solidaridad con fervor, porque nadie quiere que ningún pueblo del mundo pase la tragedia que nosotros en la región árabe hemos vivido, producto de todos esos planes por parte de EEUU e Israel».
Las mujeres venezolanas
Casi quinientas mujeres venezolanas se hicieron presentes en el Congreso. La delegación se compuso de la diversidad de las formas organizativas políticas, territoriales y estatales: representantes del PSUV, de diferentes partidos del chavismo, del Ministerio del Poder Popular para la Mujer, de la ANC, integrantes de la Milicia Bolivariana, mujeres campesinas, comuneras, afrodescendientes o militares del Ministerio del Poder Popular para la Defensa, donde existe una organización para abordar la igualdad y el género.
La representación fue nacional —de los 24 estados del país— y permitió visibilizar tanto las diferentes expresiones de organización de mujeres como las políticas públicas:
«Estamos mirando cómo están los derechos de las mujeres porque aquí hay políticas públicas que se vienen haciendo desde el Gobierno para la defensa de los derechos de las mujeres», destacó Ramírez Muñoz.
Requena, quien también fue ministra para la mujer e igualdad de género, destacó ese punto: «El Gobierno bolivariano promueve políticas públicas para el empoderamiento económico, político y social de las mujeres, y políticas de protección integral a las mujeres y de garantía de la vida de las mujeres, niños y niñas, como el derecho a la lactancia materna y el parto humanizado, dos programas bandera que desarrollamos».El Congreso Internacional de Mujeres, permite así conocer cuáles han sido las políticas desarrolladas durante estos años de chavismo y cuáles se implementan en esta época de asedio. Sobre eso mismo se refirió el presidente Nicolás Maduro, quien en la noche del viernes realizó un acto, acompañado de la vicepresidenta Delcy Rodríguez y Requena, donde enfatizó sobre las políticas hechas desde el Gobierno para cubrir las necesidades desde el embarazo, el parto y hasta la escolaridad.
La guerra y las mujeres
Uno de los objetivos de las guerras son las mujeres, «las primeras que recibimos el impacto de la guerra, en nuestros cuerpos, en nuestros territorios y en nuestro país», afirmó Ramírez Muñoz.
«Las mujeres somos parte de la construcción del tejido social en el día a día», explicó, y como tal, objetivo central de las guerras en sus diferentes formas de ejecución. En el caso de Colombia, donde uno de los objetivos centrales es lograr construir una paz con justicia social, ese ataque se manifiesta, por ejemplo, en el asesinato de dirigentes sociales, de derechos humanos, donde una gran parte son mujeres.
En el caso venezolano, donde se desarrolla una guerra que Requena califica de «multifactorial», las mujeres han sido puestas como objetivo central debido a su rol en los hogares, los territorios, los procesos organizativos y de movilización política y social.
«La derecha venezolana e internacional, las burguesías y oligarquías, han identificado todo lo que se sostiene sobre los hombros de las mujeres venezolanas, somos objetivo político, para deprimirnos, desconectarnos del proyecto bolivariano, somos un blanco de la agenda imperial».
El imperio «ha identificado la fuerza movilizadora de las mujeres», resalta Requena. Las imágenes de la cotidianeidad venezolana en los sectores populares muestran un rol central de las mujeres, en la organización para la distribución de alimentos, la construcción de entramados solidarios, la Milicia Bolivariana o la movilización en las campañas electorales y en los actos políticos.
«Hemos demostrado que sabemos resistir y que tenemos una agenda de contraofensiva. Estamos fabricando jabones, cremas dentales, pañales ecológicos de tela, estamos sembrando, produciendo harina. Aquí el imperio no encuentra una mujer rendida, encuentra una mujer desarrollando sus capacidades creativas y su potencialidad de lucha».
Juntas
La política norteamericana de asedio, como el caso del bloqueo económico, no se aplica únicamente sobre Venezuela. Wafi Ibrahim trajo su voz desde el Líbano, en Oriente Medio, para «apretar las manos de las mujeres venezolanas y decirles que estamos a su lado», así como para desarrollar una hoja de ruta conjunta.
«Necesitamos coordinar acciones. El enemigo lo está haciendo, por más razón la gente que lucha, que tiene causa, debe coordinar sus pasos y gritar al mismo tiempo y empujar en el mismo sentido para llegar a nuestro objetivo. No nos puede agarrar el enemigo divididos y distanciados, tenemos que entendernos y acercarnos más».
Dentro de esa hoja de acción común debatida durante el Congreso existe un punto que Maduro —durante el acto y con un borrador de la declaración final— afirmó que será parte de la política central: la oposición a una guerra abierta contra Venezuela, una amenaza que proviene tanto del asedio diplomático a través del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca como de las amenazas que provienen desde el Gobierno y las élites colombianas.Ramírez Muñoz explicó al respecto: «Estamos llamando para que hombres y mujeres colombianos y venezolanos no caigamos en el odio y en el enfrentamiento, sino que fortalezcamos y profundicemos nuestros lazos de unidad, revivamos nuestra historia y raíz conjunta y denunciemos que lo ha quedado claro en la frontera, y es que hay corredores de grupos paramilitares apoyados por el Estado colombiano».
El Congreso Internacional de Mujeres dejará una hoja de ruta de acciones, debates y movilizaciones en un contexto marcado por grandes escenarios de disputas, con búsquedas conjuntas y varios enemigos comunes.