A más de un año del anunció de su devolución, la piedra permanece en Alemania por inconvenientes y trabas surgidas tanto con el Gobierno alemán como con el supuesto dueño, Wolgang von Schwarzenfeld, de quien se afirma que pidió una isla en compensación
Entre mayo y junio del año pasado se daba por seguro el retorno de la piedra Kueka a Venezuela luego de múltiples gestiones ante el Gobierno alemán y de haberse solventado los inconvenientes. En junio de 2018, según información publicada en el Correo del Orinoco, el gobernador del estado Bolívar, Justo Noguera Pietri, refirió que el canciller, Jorge Arreaza, envió comisiones a Alemania que “ya hicieron la parte administrativa y ya está confirmada la devolución para nuestra patriaâ€.
Asimismo, Pietri comentó que recibió una llamada telefónica del viceministro para Asuntos Europeos, Yván Gil, quien le informó que “ya se requiere solamente el permiso para una de las alcaldías, porque en su trayecto hasta el muelle atraviesa otro territorio municipal de la zona de Berlín y el tema del trasladado debe hacerse con mucho cuidadoâ€.
En esa oportunidad, Noguera Pietri saludó la pronta repatriación a Venezuela desde Alemania de la piedra Abuela Kueka y señaló que se estaban haciendo adecuaciones y un estudio de ruta para el traslado seguro de este símbolo sagrado para el pueblo pemón de la Gran Sabana.
«Una de las cosas que hicimos recientemente es ir al sitio y hacer la evaluación para bajarla. El traslado lo vamos a hacer con mucho cuidado y el respeto que se merece este símbolo para nosotros. Ya estamos haciendo las adecuaciones y el estudio de ruta porque es una piedra que pesa bastante y debemos cuidarla», explicó en el programa Al Aire, de Venezolana de Televisión, en el Mirador del Soruape, en Santa Elena de Uairén.
Una año después de aquellos anuncios, la piedra sagrada sigue en Alemania, en el parque metropolitano Tiergarten, en Berlín, donde se encuentra desde 1998, año en que fue extraída por el creador plástico Wolgang von Schwarzenfeld de su lugar de origen en Santa Cruz de Mapaurí, ubicado al lado de la quebrada de Jaspe, dentro del Parque Nacional Canaima. La piedra pasó a formar parte de la instalación escultórica del artista denominada Global Stone. El pasado 12 de octubre, Día de la Resistencia Indígena, fue recordado sin que la Abuela Kueka se mencionara por algún lado.
En mayo pasado se informó que durante una visita a París, el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, sostuvo un encuentro con representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) a fin de renovar la solicitud de repatriación de la piedra Kueka al Parque Nacional Canaima.
Durante la Convención contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales a la que acudió como invitado de honor, Villegas denunció la amenaza de intervención contra Venezuela y su riqueza cultural.
Habló con Lazare Eloundu, secretario de la Convención contra Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, a quien le reiteró la solicitud de apoyo de la Unesco para repatriar la piedra Kueka y agradeció “el profundo conocimiento y buena voluntad en torno a la legítima aspiración venezolanaâ€.
De la declaración del ministro de Cultura se desprende que algo ocurriópara que la piedra no fuese repatriada a mediados de 2018, cuando se hizo el anunció, ni en los meses siguientes.
La versión que se maneja de la extracción de Venezuela la piedra sagrada de los pemones detalla que, según Wikipedia ,“para llevarla a cabo, se firmó un acuerdo entre el entonces presidente de Inparques (ente gubernamental responsable de los parques nacionales), Héctor Hernández Mújica, y el encargado de negocios de la Embajada de la República Federal Alemana, Hans Peter Pliscka, para la donación de una piedra de jaspe por parte de Inparques como aporte a Alemania, donde fue tallada, pulida y expuesta como parte del proyecto Global Stone, un conjunto de piedras arqueológicas (como resultado de las cincos naciones) que se exhiben en el parque Tiergarten de Berlín, dicho proyecto es un intercambio cultural entre ambos paísesâ€. Es decir, la piedra se entregó como una “donación†en 1998, del Gobierno de Rafael Caldera.
Por aquel entonces el pueblo pemón denunció su extracción y logró retenerla mediante protestas durante más dos meses en la carretera de la Gran Sabana.
La roca de jaspe pesa alrededor 30 toneladas y representa a una persona convertida en piedra.
La Abuela Kueka es una anciana sabia y protectora del pueblo. Según un relato ancestral, un joven pemón de Tauperán se enamoró de la mujer más hermosa de la comunidad Macuchíes. Los amantes se fugaron, y rompieron las normas del dios Makunaima, que prohibía la unión entre ambos pueblos. Enfurecido, el dios los condenó a vivir eternamente convertidos en piedra. Desde su extracción, la comunidad interpreta los desequilibrios de la naturaleza como consecuencia de la ausencia del símbolo sagrado.
Las trabas
Desde que el presidente Hugo Chávez llegó al poder se reanudaron las gestiones ante el Gobierno alemán para que la piedra sagrada retorne a Venezuela. En lo que prácticamente se constituyó en una campaña están involucrados el ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio de la Cultura, el Instituto de Patrimonio Cultural y la Comisión Venezolana de Cooperación con la Unesco.
El asunto se maneja en estos entes con suma prudencia e incluso con la consabida sugerencia del “off récord†o “apaga el grabadorâ€. Se afirma que se han presentado complicaciones tanto con el Gobierno alemán como con Wolgang von Schwarzenfeld, quien se atribuye la propiedad de la piedra sagrada, y quien exige una remuneración bastante alta para devolver la piedra.
“Alemania no quiere devolver la piedraâ€, señaló al Correo del Orinoco una de estas fuentes. Otro vocero confesó que von Schwarzenfeld había planteado la insólita condición de que le dieran una isla y hasta mencionó La Blanquilla.
Una de los escollos que se menciona, y que contradice la versión de la donación, es que el artista alemán había comprado la piedra a los pemones. De allí que alegue una reparación. Se conoció que la pieza fue llevada a Surinam y de allí embarcada hacia Europa.
Otro obstáculo que al parecer ha complicado un acuerdo es la negativa alemana de reconocer a la Unesco, y su papel de mediador y garante en lo que se refiere a la Convención contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, ya que Alemania se acoge a los postulados de la Organización Mundial de Protección Intelectual (OMPI), que favorece a Schwarzenfeld.
“Yo, como Estado, podría demandar a Wolgang von Schwarzenfeld por haber sacado de un parque nacional un símbolo sagrado del pueblo pemón. Yo lo demandaría. Y castigaría a quienes en el plano interno, las autoridades, permitieron que se sacara la piedra del parqueâ€, indicó la fuente.