La Revolución de Octubre ocurrió el 7 de noviembre de 1917 y la creación de la URSS el 30 de diciembre de 1922. | Foto: EFE
Publicado 30 diciembre 2019
La Unión Soviética o URSS abrió el camino hacia sociedades socialistas, basadas en la igualdad y justicia.
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) nació el 30 de diciembre de 1922, formadas después de la Revolución de Octubre de 1917. Su creación trajo consigo una época de prosperidad económica y un nuevo modelo de sociedad.
La URSS, conocida también como Unión Soviética, estaba conformada por cuatro repúblicas socialistas: Rusia, Transcaucasia, Ucrania y Bielorrusia. Estos países aprobaron el Tratado de Creación y la Declaración de la Creación, que fue firmado por los líderes Mijaíl Kalinin, Mikha Tskhakaya, Mijaíl Frunze y Grigory Petrovsky, y Aleksandr Chervyakov el 30 de diciembre de 1922.
Origen de la URSS: La Revolución de Octubre
En 1917, la Revolución de Octubre, liderada por Vladimir Lenin, derrocó el régimen del zar Nicolás II, quien tuvo que abdicar y se instaló un gobierno provisional.
Poco después, en 1922 se constituye oficialmente la URSS, pero no es hasta febrero de 1924 que es reconocida oficialmente por las potencias Gran Bretaña, Francia e Italia.
Lenin se convierte en el primer líder del Estado al ser nombrado presidente del Consejo de las Repúblicas Socialistas Soviéticas.
¿Cómo era la URSS?
Al nacer, la URSS solo tenía cuatro repúblicas socialistas soviéticas, formadas directamente tras la Revolución de Octubre. Pero con el paso de años siguió creciendo hasta tener 15 repúblicas en 1940.
Su gobierno tenía un Comité Central Ejecutivo y un Consejo de Comisarios de la Gente. Los miembros del gobierno, llamado Soviets, eran elegidos por consejos locales, y estos reportaban ante el Congreso.
Esta federación socialista ocupaba 22.402.200 kilómetros cuadrados. Su territorio se extendía entre el oriente de Europa y la porción septentrional de Asia. Por ello, la URSS tenía un clima muy variado, desde subtropical y continental a subártico y polar.
Por otro lado, la Unión Soviética contó con más de 150 etnias y una población total de 293 millones de habitantes hasta 1991, siendo superada únicamente por China e India.
Prosperidad de la URSS
Desde sus inicios, la Unión Soviética tuvo como objetivo reestructurar la economía y la política para mejorar las condiciones sociales de la población. En esa época (1917) Rusia era un país muy retrasado tecnológicamente en comparación con el resto del mundo.
Por este motivo, se diseñó el plan Goelro, el cual creó una red de 30 centrales eléctricas regionales, diez grandes centrales hidroeléctricas y llevó electricidad a las principales empresas del país. Fue así como solo en sus primeros años, la URSS trajo a la población electricidad y desarrollo industrial.
De esta forma, la Unión Soviética se convirtió en la segunda economía más importante del mundo, después de Estados Unidos. Su producción industrial pasó de 5,5 por ciento a 20 por ciento entre 1913 y 1980.
Trascendencia y legado socialista de la URSS
Se trató del primer Estado en intentar construir una sociedad socialista, basada en los ideales de libertad e igualad. Esto constituyó una gran diferencia con los países de sistemas feudales, esclavistas y capitalistas.
El impulso de esta sociedad socialista tuvo trascendencia internacional, pues inspiró revoluciones en diferentes partes del mundo, como la Revolución Cubana y la Sandinista en Nicaragua.
Además, la URSS tuvo un papel fundamental en la derrota del fascismo que se cernía sobre el mundo y lideró el camino hacia sociedades más solidarias.
Por ello, la Revolución rusa y la Unión Soviética se convirtieron en los acontecimientos más importantes del siglo XX.
La URSS dejó de existir en 1991, cuando Rusia, Bielorrusia y Ucrania declararon su disolución y fue reemplazada por la Coalición de Estados Independientes.
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