José Luis Alcalá Ojeda (Archivo)
Con la intención de continuar su ciclo pedagógico, la Fundación Misión Cultura comenzó la I Fase del Plan Nacional de Formación Permanente para Formadores y Animadores que integran la institución, que tiene como finalidad impulsar un proceso de formación de técnicos y políticos que permita diseñar y ejecutar proyectos culturales para convertir a Venezuela en un país potencia, igualitario y justo.
Texto: Prensa FMC
Este programa formativo que contempla 10 sesiones de trabajo, arrancó el lunes 27 de enero, en los espacios del piso 6 de la sede de la institución, al final del bulevar Panteón, en Caracas y se extendió hasta el viernes 31 de enero para llevar a cabo las primeras 5 jornadas.
La jornada formativa se retomará durante la segunda quincena del mes de febrero para dar continuidad a los 5 temas restantes que completarán el programa de 10 sesiones.
Como parte del equipo de trabajo que estará en frente de este proyecto se encuentra el antropólogo y sociólogo, graduado en la Universidad Central de Venezuela y reconocido conferencista, José Luis Alcalá Ojeda.
Dos apellidos de envergadura lo contextualizan. Desde su rama paterna es descendiente directo de José Gabriel de Alcalá, personaje histórico de la vida nacional, diputado firmante del acta de la independencia de Venezuela del 5 de julio de 1811, y quien además por su rama materna goza de ser nieto del diputado y guerrillero Fabricio Ojeda, personaje histórico contemporáneo, quien fue periodista, presidente de la junta patriótica de 1958, diputado en ese mismo año y en que en 1962, renunciara para ingresar a la lucha armada como comandante guerrillero, tienen en sus venas el ímpetu libertario que hoy en día llama a la reflexión en pro de la lucha decolonial de los pueblos de América.
Para Alcalá, quien también es investigador del Centro Nacional de Estudios Históricos, el proyecto descolonial surge para poder transformar la cultura de los pueblos a nivel revolucionario, rompiendo con la dominación política, económica y militar que frena el desarrollo de naciones que defienden su autodeterminación como pueblos libres, a través del impulso de la descolonización cultural; hecho que justifica la importancia de conocer el pensamiento revolucionario, que se alza como una necesidad prioritaria para entender la vida histórica del mundo y así poder aportar hacia la creación de una nueva conciencia política, donde la educación se convierte en una disciplina de primera línea para impulsar la cultura libertaria.
Comentó, que es así como estas jornadas formativas, buscan despertar la conciencia revolucionaria en el pueblo, para contribuir en la construcción de una nación soberana y una patria socialista, mientras se exponen los hechos más trascendentales de la historia, en pro de lograr una reflexión revolucionaria descolonizada que permita conocer las teorías más importantes de la filosofía de liberación y en donde el uso de la educación como una herramienta disciplinaria permite abogar por la transformación integral de la sociedad con una cultura política libertaria.