- Y la pregunta fundamental de la filosofía en esta hora es: ¿Por qué si habían cogido para los mejores lugares del mundo para vivir civilizadamente, humanamente, decentemente, ahora están locos y desesperados, ¡imploran! por regresarse, y piden aviones y autobuses, y suplican porque les oigan y nos los traigamos inmediatamente…? ¿Por qué? ¡Ah!, Dios es grande.
- URGENTE, ESTA ES LA REALIDAD: Hay implorantes llamados por parte de cientos de miles de venezolanos que quieren volver a su tierra. Son venezolanos que lloran lágrimas de sangre desde EL Sueño Americano, desde Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Panamá, Italia, España y Francia, y a voces destempladas gritan: «¡Venezuela es el país más grande, más noble, más solidario, más valiente, más hermoso, glorioso, humano, leal y sublime de la tierra, pero no lo sabíamos!»
- «¡Dios mío, venir ahora a descubrir que Venezuela es el mejor país del mundo, después que me apalearon, me ultrajaron, escupieron, vituperaron y maldijeron!» ¡Venir a reconocer eso! ¡Tuvieron que huir envenenados por los medios, para ahora reconocerlo!
- Y recordemos, ¡Ave María Purísima!, aquella pavorosa locura que se generó, cuando multitud de opositores, envenenados por los poderosos medios de comunicación, comenzaron aquella chirigota…, cuando al no encontrarse papel tualé, respondían llenos de odio: «¡Pero tenemos patria!». Hoy, qué tal, EE UU y la UE están deprimidos porque ven que cientos de miles de venezolanos ansían regresar, desesperados y arrepentidos, y viendo que en esos poderosos países TAMPOCO hay papel tualé…
- Pero no olvidemos, cómo fue que comenzó aquella paranoica «juyidera», porque según los desquiciados por los poderosos medios de comunicación, el nuestro, Venezuela, era el país más horrible y miserable de la tierra, y como bandadas, con costales, maletas al hombro, cruzaban trochas y ríos buscando el paraíso perdido, el Dorado, porque en poco tiempo serían millonarios, tendrían hartos dólares, serían felices y comerían perdices…
- Y en estando en aquellos paraísos, en aquellas benditas tierras, en aquellas divinidades de sociedades, tan humanas, acogedoras y buenas, … vino y se les apareció la fulana PANDEMIA, y entonces pudieron ver el verdadero hueso del que están hecho esas naciones, y repentinamente, pensaron en los médicos cubanos, pensaron cuando sus familiares acudían a aquellos centros ambulatorios y CDI’s que muchos de ellos habían quemado, centros en el que todo se lo daban de gratis, ¡Ay Señor!, qué grande era entonces Venezuela y eso no lo agradecieron nunca…
- Entonces ahora, desde aquellos infiernos, desde EL Sueño Americano, desde Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Panamá, Italia, España y Francia, ven que nosotros sí amamos a los seres humanos de verdad; ven cuántos esfuerzos hemos puesto y ponemos en nuestros hermanos, en la salud, en la educación, en la cultura. Ahora sí estarán abriendo los ojos y descubriendo que esta es la verdadera patria que debieron buscar, que debieron amara con locura, y no coger para esos infiernos en los que hoy arden y se desesperan… LÁSTIMA.