En una de esas tardes habaneras, durante los años que que trabajé en Cuba en la Radio Rebelde, le pregunté a Silvio Rodríguez si le gustaba “Longina” y qué valoración hacía de su autor, Manuel Corona. El trovador no lo pensó mucho: “Sí, Corona es un buen compositor, sin duda, pero yo prefiero a Sindo Garay”.
“Ah caramba”, le dije, y le pregunté la causa. Respondió Silvio: “Fíjate, Manuel es muy melódico diría yo, en tanto que Garay es absolutamente armónico. Yo me pongo a estudiarlo, y es complejo. Fíjate en un tema como “Perla marina” y ya volveremos a conversar”. Cerrada la rueda.
Conocía la obra de Manuel Corona, uno de los fundadores de la llamada Trova Madre de Cuba, fundamentalmente a través de la voz de María Teresa Vera, la autora de “Veinte años”, mujer vanguardista tanto en lo personal como en lo musical, adelantada a su época, sin duda.
Sí, la obra de Manuel Corona estaba más divulgada en el Caribe e incluso había llegado a los predios de la salsa. Nacido hacia 1880, y fallecido en 1950, Corona dejó temas como Aurora, Longina, Mercedes y Santa Cecilia.
Longina es universalmente conocido; la versión realizada por Oscar D’ León con Leo Pacheco en 1977 es altamente emotiva y respetuosa. https://www.youtube.com/watch?v=SE6iWVFRI54
Sindo
Quedaba pendiente Sindo Garay, otro de los pilares de la Trova Madre o Tradicional, de quien conocíamos algo, sobre todo a través del inolvidable “Pan con queso”, y de la voz de Canelita Medina, quien interpretó “Mujer Bayamesa” de Garay, como una diosa. Comenzamos a hurgar partiendo de sus datos biográficos y del señalamiento armónico de Silvio. Mientras más estudiaba más sorprendida quedaba. La vida de este hombre es tan fascinante como su obra musical.
https://www.youtube.com/watch?v=dVaVKlvck6g (Mujer bayamesa)
Este domingo 12 de abril se cumplen 153 años del nacimiento en Santiago de Cuba de este trovador que ha marcado, y cómo, la historia musical de su país natal.
Sin haber aprendido nunca a escribir una sola nota sobre el pentagrama, Antonio Gumersindo Garay y García poseyó siempre un inmenso caudal armónico, el cual plasmaba en sus obras como el mas versado músico en la práctica de la armonía.
El maestro Andrés Segovia señalaba, en 1950 :”Este hombre jamás se equivoca al colocar un bajo. Su armonización es sencillamente perfecta”.
Si la aseveración de Segovia no convenciera, están escritas las palabras del compositor mexicano Manuel Ponce, el autor de “Estrellita”, quien señalara: “El hecho indudable es que Sindo Garay ignorando hasta las mas rudimentarias nociones de armonía, armoniza sus canciones correctamente, empleando acordes y modulaciones que sólo emplearía un músico familiarizado con los secretos del contrapunto y la armonía de los románticos del siglo pasado”
El maestro Ernesto Lecuona cuando lo escuchaba exclamaba asombrado: “¿Cómo puede escribir estas cosas Sindo sin haber estudiado música?. García Lorca lo denominó “El gran faraón de Cuba” y Silvio Rodríguez decía:“Vaya que no es fácil interpretarlo. Su armonización es tan distinta de las demás, los registros graves de su voz son tan hermosos, su obra es tan perfecta que es un dolor de cabeza plantearse cantar sus temas”.
Por su parte el investigador cubano radicado en puerto Rico, Cristóbal Díaz Ayala escribe en su libro “Del Areito a la Nueva trova”:Hay que ser, por ejemplo, Toña La Negra para no perderse en la segunda parte de ‘La tarde’, ‘Perla marina’ hay que calarla hondo y ser un Barbarito Diez o las hermanas Martí para decirla…”
https://www.youtube.com/watch?v=CGVvR64vEzY (Barbarito Diez- Perla marina)
https://www.youtube.com/watch?v=5tRSQkYQE54 (Pablo Milanés- La tarde)
https://www.youtube.com/watch?v=OCnSxVh4W_o (Ortíz Tirado- La bayamesa)
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Es decir, no cualquiera se mete con la obra de este genio de la música popular al que ciertamente Daniel Santos dedicó su temazo “El que canta”
Detalles
Sindo nació y creció en un hogar revolucionario y como sus padres, ayudaba a los mambises. Sindo conoció a José Martí, y conoció a Fidel.
La primera guitarra que tuvo en sus manos fue la de Pepe Sánchez, autor del primer bolero americano, “Tristezas”.
Uno de los detalles de la vida de Sindo que atrae mucho a Silvio Rodríguez es el de su vinculación a la canción política. “Este hombre jamás tuvo miedo y cuando padeció la penetración yanqui en Cuba dedicó sus esfuerzos a componer en contra de los gringos y a cantar bien alto todos esos temas. Nunca se amilanó. Era de la resistencia”.
De 1924 es un pequeño gran tema suyo, “La vergüenza”:
“Si en esta tierra se vendiera
la vergüenza
cuántos que no la tienen,
comprar quisieran;
como no se vende, porque
no se puede,
y que nadie tiene
mas difícil que comprarla
es nacer con ella”
Asistió al nacimiento de la radio en Cuba y con entusiasmo se incorporó a ella. Y en 1928 viajó a Francia como parte del elenco de Rita Montaner.
La Bohemia ya comenzaba a marcar su vida. Sus hijos Guarionex, Guarina, Hatuey, Anacaona y Caonao trataban de preservarlo, acompañándolo siempre, sobre todo Guarionex y registrando enseguida todo lo que el padre componía.
A pesar de haber ganado mucho dinero por su trabajo, sobre todo debido a las propinas que le daban algunos acaudalados que admiraban su obra, Sindo Garay vivió en extrema pobreza, por lo dado a la bohemia que era. Es cierto que la Cuba del Machadato no protegió la cultura y combatió fieramente a los trovadores populares opuestos al gobierno, pero Sindo Garay vivió, conforme a su filosofía personal, muy al día. Sería luego de 1959, con la ceguera llegando a su vida cuando Sindo Garay disfrutaría de las bondades de la revolución socialista de su país.
Para 1960 la medicina cubana le devuelve la vista y entonces Sindo Garay vuelve a su Santiago natal. En 1961 el Estado cubano le obsequia una muy decente casa en El Vedado, La Habana y así regresa con su familia a la capital cubana.
Falleció el 17 de julio de 1968. La Habana y Santiago le rindieron honores antes de ser trasladados sus restos a Bayamo, conforme a su voluntad. Siempre quiso que su tumba tuviera forma de guitarra…