Memoria Histórica / Revolucionarios
Por Fernando Bossi
“¡Viva la Unión Americana!, ¡Mueran los negreros traidores a la Patria!”, se leía en las proclamas del coronel Felipe Varela, levantado en armas contra el gobierno entreguista y oligárquico de Bartolomé Mitre.
Como combatiente bajo el mando del General Ángel Vicente Peñaloza “El Chacho”, Felipe Varela había comprendido cabalmente lo que significaban las campañas de “pacificación” enviadas desde la ciudad de Buenos Aires al interior del país. Durante años la prepotencia porteña había impuesto la dictadura sobre el resto de las provincias, y eran ahora las más pobres, las más perjudicadas por las burguesías importadora y exportadora aliadas a Inglaterra, las que empuñaban nuevamente las armas bajo consignas nacionalistas y americanistas.
Felipe Varela adhería a la Unión Americana, incipiente organización de republicanos de Nuestra América que repudiaban la intervención francesa en México como las agresiones de España contra Perú, entendiendo que era necesario retomar el ideal bolivariano de unidad e independencia. Más aún cuando, mediante las acciones del Foreign Office, Inglaterra ordenaba a los dóciles gobernantes de Argentina, Uruguay y Brasil destruir el Paraguay revolucionario que se había levantado como una verdadera potencia económica y social en el sur del continente.
A favor del pueblo paraguayo, del legítimo gobierno de Francisco Solano López y contra los gobiernos vendepatrias de cada uno de los tres países aliados (Triple Alianza), se insurreccionaron los gauchos montoneros de Felipe Varela. Todo el noroeste argentino estaba en pie de guerra. “Compatriotas: ¡A las armas! ¡Es el grito que se arranca del corazón de todos los buenos argentinos! ¡Abajo los infractores de la ley! Abajo los traidores a la Patria!”, señalaba la proclama montonera. El líder de la oligarquía porteña, Bartolomé Mitre, sin demora, desatará una ofensiva sanguinaria contra los pueblos del interior, contando, por supuesto, con el apoyo del gobierno inglés.
En una lucha desigual, lanzas contra Remington, la montonera revolucionaria es derrotada y los pueblos arrasados por el ejército nacional. La “pacificación” del interior del país, abría así paso a la más indigna entrega del territorio al capital británico. Era la forma en que la “culta” oligarquía imponía la “civilización” y The White Man’s Burden (La Carga del Hombre Blanco) se hacía sentir, al decir de Rudyard Kipling.
Con el aplastamiento del Paraguay revolucionario, moría lo mejor del jacobinismo criollo nacido de las juntas populares democráticas e independentistas, y con la derrota de las montoneras de Felipe Varela, desaparecerán las gloriosas cargas de chuza y sable de la caballería gaucha.
Felipe Varela, el patriota americanista, el “Quijote de los Andes” murió, el 4 de junio de 1870, tísico y pobre, en Copiapó, Chile.
En agosto de 2007, la legislatura de la provincia de Catamarca solicitó al gobierno nacional el ascenso posmortem del coronel Felipe Varela al grado de general de la Nación. En junio de 2012 fue ascendido posmortem al grado de General de la Nación por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.