El virus, que no está vivo ni muerto, destruye lo viviente. Contagiado por contacto social, se apodera de una célula sin defensas inmunológicas y consume todos los recursos de ésta para multiplicarse.
El virus no produce ni crea, ni cumple ninguna función útil al organismo que invade.
Simplemente infecta más células y consume los recursos de éstas hasta que el organismo colapsa con todo y virus dentro.
El neoliberal que invade una célula revolucionaria sin defensas inmunológicas no está vivo ni muerto y nada aporta al cuerpo político que contagia.
Simplemente utiliza todos los recursos de la célula para propagarse a otras células e inhabilitarlas para sus fines originarios, hasta que el organismo revolucionario colapsa por no poder cumplir con sus funciones.
Contra el coronavirus y el virus neoliberal se recomiendan la distancia social y la cuarentena estricta de los infectados.
Si presenta síntomas tales como la idea de someter las controversias de interés público a tribunales extranjeros, conceder al capital extranjero mayores privilegios que al nacional, aplaudir la dolarización o privatizar las industrias básicas, llame de inmediato a la unidad sanitaria más próxima para ser internado.
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Luis Britto García