En la actualidad en Venezuela hay una interrogante, que comienza a inundar medios, redes y paredes: ¿Dónde está Carlos Lanz?PUBLICIDAD
Todo esto surge el 9 de agosto, luego que su hijo Alex Lanz, posteara a través de su cuenta en la red social Twitter, un mensaje donde señalaba que su padre se encontraba desaparecido desde hace 24 horas, por lo que solicitaba cualquier información sobre su paradero.
Tras esta publicación, se inició una campaña para denunciar la desaparición de este dirigente político y social, cuyo paradero sigue siendo desconocido por todo el país, que sigue de cerca este hecho.
¿Quién es Carlos Lanz?
Padre de tres hijos, -Alex y Nelarys, producto de su primer matrimonio con Trina Manrique, y Abyayala, producto de su segundo casamiento con Mayi Cumare-, Carlos Rafael Lanz Rodríguez, nació en Upata, estado Bolívar el 4 de julio de 1944, y obtuvo su nombre, como consecuencia de esas cosas que sucedían en las notarías de los pequeños poblados del país, donde una idea llevaban los padres, y otra sucedía en el momento en que el escribiente redactaba el nombre o cuando los documentos se confundían.
“Papa siempre nos contaba las historia de que él no se iba a llamar Carlos Rafael, sino Nelson, pero donde lo fueron a presentar salió con otro nombre”, narró su hijo Alex Lanz en conversación con Últimas Noticias, donde explicó que “por eso es que toda la familia en Upata, lo conoce como Nelson”.
Contrario a lo que podría creerse dado su historial revolucionario, el profesor Lanz proviene de una familia cuyo origen está vinculado con la tenencia de tierras, por lo que su apellido es considerado como parte de las castas que poseían grandes extensiones de terreno en el sur del país.
Su padre fue un hombre que tuvo varios matrimonios e hijos, además de Carlos y su hermano Rigoberto, aunque fueron estos los primeros y los más unidos, no solo por los lazos consanguíneos, sino por las ideas.
Su militancia en la izquierda venezolana comenzó al mismo tiempo que iniciaba estudios de sociología en la Universidad Central (UCV), facultad a la cual acudió también su hermano Rigoberto, quien se convertiría en uno de los intelectuales más importantes del siglo XX al dedicar gran parte de su vida a los estudios, haciendo un doctorado en Sociología en París (1985), además de postdoctorados en la Universidad de Montreal (1990), Colegio de México (1992), Universidad de Lille (1999) y La Sorbona (2001).
“Mi papá era más de pasión y mi tío más de formación”, recuerda Alex, para explicar la diferencia de enfoque, que en torno a la formas de lucha, existía entre los hermanos Lanz, donde Carlos se destacó por ser el subversivo que apostó por empuñar las armas, mientras que Rigoberto que falleció el 17 de abril de 2013, luego de batallar contra el cáncer, se dedicó al enfoque teórico de los procesos de cambio.
Apuesta por la lucha armada
Tras su paso por la UCV, Carlos Lanz, decidió unirse a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), donde ejecutó varias acciones que causaron revuelo mediático para la época, al ser quien ejecutaba las operaciones para la obtención de fondos de la guerrilla a través de robos a bancos.
Durante esta época, uso varios seudónimos, encontrándose entre los más conocidos Frank Sánchez y Carlitos Zárraga. La primera vez que la opinión publica escuchó el apellido Lanz, fue tras ser detenido en septiembre de 1969, por efectivos de la policía municipal de Guacara, por su presunta participación en el asalto a la sede del Banco del Caribe ubicado en esta localidad.
Ante la imposibilidad de demostrar su culpabilidad, es remitido bajo la excusa de “averiguaciones por causas subversivas”, a la recién creada Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), la cual era dirigida por Luis Posada Carriles, agente de la CIA que actuaba en Venezuela bajo el seudónimo de “Comandante Basilio”.
Tras ser liberado, Lanz es detenido nuevamente en diciembre de ese mismo año cuando realizaba otra operación que tuvo como objetivo el Banco Ítalo-Venezolano ubicado en la población del sombrero en el estado Guárico.
En esta oportunidad fue gravemente herido producto de la llegada de efectivos de la Policía Técnica Judicial (PTJ) que frustraron el robo y lograron su arresto, señalándolo como autor del hecho y asegurando que a Lanz le había sido incautadas una pistola calibre 9 mm, quince proyectiles, una granada, una placa perteneciente a la extinta Dirección General de Policía (Digepol), dos insignias militares de Sargento Técnico, una cédula de identidad a su nombre y una licencia de conducir.
Tras dictársele sentencia por un juzgado de primera instancia del estado Guárico en marzo de 1970, es recluido, y luego de purgar cuatro años de prisión, es puesto en libertad el 8 de marzo de 1974, producto de un indulto presidencial.
Secuestro a Niehaus
Tras solicitar la baja de la guerrilla de la FALN y de su brazo político PRV-Ruptura, a finales de 1975 funda los Grupos de Comandos Revolucionarios (CRG), los cuales tenían como principal fundamento la no negociación con los Gobiernos del Pacto de Punto Fijo.
Al respecto Iván Padilla Bravo, quien fue parte de estos grupos, señala citado por el libro “La lucha armada en Venezuela”, que “los Comandos nacen en función de la ‘Operación Argimiro Gabaldón’ que es la encargada del secuestro del presidente de la transnacional estadounidense Owen-Illinois William Frank Niehaus, realizado el 22 de febrero de 1976.
“Hubo diferencias en la operación, porque originalmente la idea era hacer una denuncia sobre corrupción, con pruebas en la mano, porque nosotros habíamos hecho una investigación de la injerencia de los Estados Unidos a través de transnacional, que es la Owens Illinois, y el compromiso de testaferros en Venezuela y de carajos como David Morales Bello, Carlos Andrés Pérez, Muchacho Bertoni; un poco de carajos que estaban o en el Congreso de entonces o en cargos públicos y que cumplían funciones en el Parlamento para conseguir que empresas transnacionales, como ésta, tuvieran injerencias en el país y ellos cobraban por ello altas comisiones”, reveló Padilla, quien fue uno de los detenidos por esta acción que desató la persecución y acoso de los cuerpos de seguridad, dejando una lamentable huella de violación de derechos humanos, que cobró la vida de varios jóvenes, entre ellos el dirigente de la Liga Socialista Jorge Rodríguez, quien fue torturado y asesinado en los calabozos de la Disip.
Aunque el secuestro se extendió por tres años, convirtiéndolo en el más largo y mediatizado de la historia de Venezuela, Carlos Lanz fue capturado el 22 de febrero de 1977, en una alcabala móvil junto a Ángel Cristóbal Márquez Esquedes.
Ese mismo año es juzgado como responsable del secuestro y condenado, junto a otros compañeros, a ocho años de prisión, pena que purgó en su totalidad, saliendo en libertad en 1985.
A la batalla de ideas
Tras salir de prisión, su actividad pública estuvo limitada, por lo que decide dedicarse a la promoción de la organización y formación de la juventud venezolana en la Universidad Central de Venezuela (UCV), trabajo político que dio surgimiento a grupos de lucha estudiantil como el Movimiento 28, que fue el ejecutor de la llamada “toma”, protagonizada el 28 de marzo de 2001.
Con la llegada de Hugo Chávez al poder, tras triunfar en las elecciones presidenciales en 1998, Carlos Lanz se convirtió en figura importante para la estructura de formación de la naciente Revolución Bolivariana, llegando a ser parte del equipo de la Comisión Promotora Nacional de la Constituyente Educativa, creada en el marco del proceso de elaboración de una nueva Constitución, que se desarrolló en el año de 1999 y que culminó en diciembre de ese año, con la aprobación de la nueva Carta Magna.
Su nombre volvió a surgir en la palestra pública tras ser señalado por los medios de comunicación como el autor del Decreto Presidencial 1.011 de octubre de 2000, que modificaba parcialmente el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, al crearse una nueva figura administrativa, la de los “supervisores itinerantes”, despertando la protesta de sectores de la oposición bajo la consigna “con mis hijos no te metas”.
Posteriormente, y producto de su labor en la formación de los trabajadores para la organización productiva y con consciencia de clase, en el año 2005 es designado presidente de la empresa estatal Aluminios del Caroní S.A (Alcasa), donde promueve la gestión fundamentada en la cogestión revolucionaria, bajo la premisa del control obrero. En este cargo se mantuvo hasta el 2007.
Tras su salida de la presidencia de Alcasa se dedicó a la publicación de artículos dirigidos en primera instancia a la formación ideológica y a la promoción de la importancia de la consciencia de la producción agrícola en el país, por lo que es designado como coordinador del Programa “Todas las manos a la siembra”, para impulsar la agricultura en escuelas y comunidades.
Revelando la conspiración
Además de promover la consciencia de la organización de la clase trabajadora y campesina para garantizar la producción, Carlos Lanz se había dedicado a investigar y revelar el nuevo esquema de guerra no convencional que Estados Unidos emplea contra Venezuela.
“Proxy War” es el tema al que ha dedicado mayor parte de sus escritos en los últimos años, donde ha presagiado acciones que se han venido suscitando en el país, donde se incluye la fracasada incursión marítima denominada “Operación Gedeón”.
“Elliott Abrams ha dicho en una de sus declaraciones que estamos en la etapa «del asedio al asalto» Es asfixia, por supuesto, pero como elemento preparatorio no de un desembarco de marines, sino de una estrategia militar híbrida, donde hay combinación de medios convencionales y no convencionales. Es decir, se hace uso de nuevos actores, como bandas criminales, fuerzas de operaciones especiales, narcotraficantes. Son fuerzas que no tienen membresía. Esas serán las que harán el trabajo sucio”, habría dicho Lanz al medio ruso Sputnik en agosto de 2019.
Todo este historial antes descrito como militante de izquierda, y de denunciante de las estrategias empleadas contra Venezuela, ha derivado en la existencia de una multiplicidad de versiones que rodean su desaparición, hecho que su actual esposa Mayi Cumare e hijos, no han dudado en señalar que posee un trasfondo político.
Hipótesis
En la actualidad la fiscalía lidera las investigaciones para tratar de dar con el paradero de este sociólogo, trabajo para el cual creó una comisión mixta conformada por el Cicpc, Conas y Sebin, que se encarga de realizar la búsqueda, sin que exista hipótesis oficial sobre este hecho, lo cual ha desatado la publicación de múltiples conjeturas, por parte opinadores y usuarios de las redes sociales,.
Entre los supuestos que algunos han señalado, se encuentra que al ser paciente diabético, podría haber sufrido un coma en la calle, por lo que habría sido trasladado a un centro de atención sanitaria.
Sobre esto su hijo señala: “supongamos que fuera verdad lo de la diabetes, mi papá no es un tipo que se iba a ir sin avisar, porque él es muy disciplinado. Cuando iba a estar en algo que no nos podía decir, con decirnos ‘ya vengo’, ya nosotros estábamos claros que iba a algo. Por eso nos dio mucha suspicacia que empezaran a quitarle mérito a su desaparición”.
Otro de las figuraciones que ha surgido en la opinión pública es que dada su avanzada edad (76 años) haya sufrido un episodio de pérdida de la memoria, como consecuencia en un repentino ataque del alzheimer.
“Aunque es humanamente viable por su edad, lo dudo, porque un señor que acaba de escribir un artículo como el que escribió semanas antes de su desaparición, tampoco es que se iba a volver loco de un día a otro”, refutó Alex, quien explicó además, que es lo atípico en el comportamiento de su padre lo que lleva a la familia a sostener que se está en presencia de un “secuestro por razones políticas”.
“De que existe una acción política detrás de su desaparición, existe, porque si alguien se ha encargado de denunciar las operaciones de guerra no convencionales, es mi papá. A nosotros nos causa mucho ruido que su desaparición haya sido en el contexto de la sentencia a los mercenarios de la operación Gedeón que, casualmente, es parte de las operaciones que denunció mi papá”, dijo.
Sobre cómo habría sido este posible secuestro, descartó que se realizara en la puerta de su casa como otros han señalado. “Mi papá jamás haría eso. Nosotros cuando vivíamos en Barquisimeto, teníamos una casa más o menos larga, y el último cuarto era el mío, y sonaba el timbre y el que salía a abrir era yo; él podía ver que se estaba quemando el timbre y no salía, porque son cosas que le quedaron de su época de guerrillero y perseguido”, explicó.PUBLICIDAD
Por todo esto, la familia sostiene que Lanz salió de su casa, al ser convocado por alguien, que presumen, sería parte de esta operación de secuestro, que de acuerdo a sus cálculos se habría realizado entre las 9:45 am y las 11:00 am de ese sábado 8 de agosto, día en el cual, el país comenzó a preguntarse ¿dónde está Carlos Lanz?