JAVIER COUSO, EXEUROPARLAMENTARIO DE IU.
28.10.20 – «Vivimos unos momentos muy complicados: la última etapa de Felipe González y Aznar, cuando le decía a Felipe González ‘Váyase’. Pero nunca había visto tanto odio. Les pasa lo mismo que les pasó en Venezuela o en Bolivia, no soportan que haya millones de votantes que pertenezcan a otro estrato político», dice Javier Couso, exeuroparlamentario de IU.
—El 1 de octubre se publicó la orden ministerial con un paquete de medidas, diseñadas específicamente para abordar la crisis sanitaria en Madrid. El Tribunal Superior de Madrid rechaza ratificarlo, y el 9 de octubre el Gobierno de Pedro Sánchez decretó el estado de alarma. Lo que siguió después fue una avalancha de acusaciones: el líder del PP acusó al gobierno de Pedro Sánchez de «alentar a la prevaricación» a la Comunidad de Madrid, la presidenta de la Comunidad de Madrid dice que ese gobierno es el más autoritario, que la Sanidad supuestamente aplica un cambio de reglas inventado para aplicar el estado de alarma, el gobierno por su parte dice que lo que le interesa es la salud de los madrileños. En fin, lo que estamos presenciando es una polarización muy profunda. Desde su óptica, ¿qué es lo que está pasando en la Comunidad de Madrid, y entre la Comunidad de Madrid y el gobierno central?
—Yo creo que es un caos completo. Tanto del Gobierno central, como el de diversas comunidades. Y la más destacada es Madrid. Está viendo un planteamiento, ya una reflexión de los ciudadanos y las ciudadanas españolas, de este modelo de transferencia de la Sanidad a 17 Comunidades. Es una locura, frente a una pandemia.
Hay que recordar que esas transferencias con la Educación las hizo José María Aznar, cuando necesitaba a la derecha catalana para conseguir gobierno. Lo malo es que la derecha de este país está optando por una vía Trump, es decir, una vía de las mentiras, del enfrentamiento y de lograr la crispación. Un poco influido por esa nueva derecha del alt-right, que ha llegado a la presidencia en EEUU, pero que también tiene personalidades muy destacadas en Europa. Solo hay que hablar del grupo de Visegrado.
Pero lo que están tratando también es cada día de evitar que VOX, que es la extrema derecha que por primera vez ha surgido en España, le quite votos y lo que hace es parecerse más a él, sin darse cuenta que de que cuando más te pareces, al final votan al que más representa esa postura.
Por parte del Gobierno español, el problema es que no ha tenido firmeza y voluntad para aplicar unas medidas, que, además, no van a conseguir parar esta segunda ola, llegan muy tarde. Yo estaba estudiando y el país que está mejor en el mundo es China. Y es porque ha hecho una cosa fundamental: fuera del mantra de los medios occidentales de que son muy disciplinados y es una dictadura… No. Lo que ha habido es PCR masivas y rastreadores masivos. Es la única manera de pararlo. Aquí no tenemos PCR. Ni el Gobierno central, ni las 17 autonomías están implementando millones de PCR para poder seguir el rastro del contagio, que es la única manera. Por lo tanto, vivimos, pues,en un cortoplacismo de cuatro años. Todas las medidas que se toman son medidas partidistas, pensando en las próximas elecciones y no hay un consenso de Estado.
—Pero, mira, en España hay lugares, como, por ejemplo Castilla y León, donde también gobierna el PP. Pero nunca hemos visto un choque similar al de Madrid. ¿Por qué?
Bueno, yo creo que porque Ayuso representa toda esa cultura, ¿no? O sea, ese Partido Popular, que sale diseñado por Aznar, ese asalto, como hizo también hizo Reagan y Thatcher, ¿no?, de una batalla cultural para reivindicarse otra vez de derechas. Nosotros pasamos muchos años en que teníamos muy cerca la dictadura franquista, entonces, ser de extrema derecha o de derecha extrema, era algo muy mal visto y culturalmente la mayoría de la población no quería eso.
Pero realmente, desde que empezó la fundación FAES, desde que empezó, por ejemplo, radios cercanas a lo que es hoy VOX o ultraliberales, se ha ido creando un caldo de cultivo, que emergió totalmente con la locura de la declaración unilateral de independencia de Cataluña, que hizo polarizar entre la población española, que no entendía ese intento de independencia, de romper el orden territorial, y una derecha que aprovechó ese enfrentamiento con esa derecha catalana, que lanza la independencia cuando caen totalmente presos y muchos de ellos presos de corrupción.
El problema que tenemos es que el Partido Popular tuvo unos muy malos resultados electorales, pero se mantuvo en Madrid y Madrid es como su mascarón de proa… es lo que ellos enseñan a los demás lugares. No enseñan a Galicia, donde Feijóo tiene otro perfil diferente, él que venía de la Unión de Centro Democrático, de la democracia cristiana, frente a este ultraliberalismo del nuevo PP. Y por eso hay ese gran enfrentamiento, por un lado un enfrentamiento también del PSOE para bajar esa publicidad que hace común por la capital de España el PP y por el otro lado, el PP, para confrontar con el Gobierno central.
—Como decías en tu Twitter: «Las crisis sirven para ver a quién sirven».
—Efectivamente, así es. Así es.
—La situación de Madrid no es el único motivo de este enfrentamiento. De hecho, durante la pandemia, la derecha empezó una campaña brutal contra el Gobierno, pedían la dimisión del Ejecutivo, intentaban la ruptura de la coalición. En fin, algunos están hablando sobre una generación de políticos que son incapaces de por sí de ponerse de acuerdo, otros dicen y ven falta de voluntad política. Para ti, ¿qué es? ¿Es una generación que no es capaz o simplemente no existe esa voluntad para ponerse de acuerdo?
—Yo creo que en ese momento no existe por parte de la derecha. Y yo, que no soy sospechoso de pertenecer al PSOE, sí puedo decir del PSOE que en momentos graves, por ejemplo, el terrorismo o el desafío independentista en Cataluña, sí ha habido consensos de Estado por parte del Partido Socialista.
Incluso aquí se diseñó un modelo electoral para que permitiera al bipartidismo una derecha y una pseudo socialdemocracia, social liberalismo, ya después de Blair, y el apoyo de las derechas nacionalistas, que no eran independentistas, o que lo eran, pero no lo ejercían. Entonces, mi impresión fundamental es que se ha roto, por parte del PP, ese diseño bipartidista del consenso, en materia…en políticas de Estado, aceptadas por los grandes poderes económicos, pero por los dos partidos políticos, amparados, además, por la piedra de bóveda que es la monarquía.
Porque vivimos también unos momentos muy complicados. Por ejemplo, la última etapa de Felipe González y Aznar, cuando le decía a Felipe González «Váyase». O campañas que hizo la derecha, por ejemplo, contra los directores de Televisión Española, vivimos momentos convulsos, pero nunca había visto tanto odio. Y sobre todo lo estamos viendo. Ayer o antes de ayer a martillazos destruyeron una placa de una persona que fue presidente del Consejo de Ministros, que acabó en un campo de concentración nazi de un Gobierno legítimo. Es una derecha que ya está reivindicando sin ningún problema el franquismo, el franquismo que asesinó a más de 200.000 españoles y españolas, el franquismo que colaboró con Hitler y Mussolini.
Les pasa lo mismo que les pasó en Venezuela o en Bolivia, o sea, ver a gente de otro estrato social y que no han pasado, o que siguen criticando algunas cosas del sistema, llegan a posiciones de poder, eso la derecha extrema no lo soporta, no lo soporta.
En Bolivia yo lo veía, cómo lo vivían, yo estuve de acompañante electoral en Bolivia y veía a los del partido de opositores un odio de clase de raza. Y en Venezuela qué te voy a contar, a mí me han amenazado de muerte aquí, me han llamado a mi casa y he entendido muy bien ese odio. Hablando con el expresidente Zapatero, él me contaba que él llega a Venezuela creyéndose lo que cuentan los grandes medios de comunicación en España, que es una dictadura, y de repente se da cuenta de que la derecha de allí es una derecha extrema y que niega al otro, no soportan que haya 6, 7, 8 millones de votantes que pertenezcan a ese estrato político de izquierda, no lo soportan.
—Hablando de esa crisis sanitaria, de la pandemia que estamos viviendo, con esta segunda ola, que ya está golpeando el continente, muchos entran en el debate de quién ha sido el mejor en gestionar la pandemia, quién ha sido el mejor, etc. ¿Consideras razonable ese debate? A mí me da que más bien lo que necesitamos es un enfoque conjunto de la UE que no vemos hasta ahora. Bueno, acaban de aprobar los criterios comunes, pero ¿no te parece que llegan tarde? No sé si se podía hacer antes algo parecido.
—La Unión Europea es un desastre, un desastre burocrático. Y además en este momento de pandemia hemos visto, además, un repliegue nacional, cuando Italia y luego España estaban pidiendo ayuda, ¿qué hacía Alemania? ¿O qué hacía Francia?
Impedían por decretos ministeriales que se exportara material sanitario a los países miembros. Yo creo que es la cuarta y prácticamente puede ser la definitiva crisis de la Unión Europea, no sé si a la desmembración, o por lo menos el principio de un cambio dentro de la UE, que puede ser incluso con la expulsión de los países del sur. Ya veremos lo que pasa, porque la crisis que viene es muy gorda, y una crisis que vamos a tener sobre todo en España, ya nos están señalando como la nueva Grecia. El problema es que la UE… Mira, el primer problema que tuvo fue Grecia. Allí se rompió esa idea de la solidaridad entre Estados, no era una federación realmente la UE. Segundo, la crisis de los refugiados, no de inmigrantes, de refugiados, por guerras producidas para la remodelación de Oriente Medio por lo que decía EEUU y Francia y Reino Unido, cuando pertenecían muy claramente tanto en Libia, como en Siria, y antes en Irak no, pero contribuyeron posteriormente.
Y la tercera crisis, podemos hablar realmente del Brexit. Ya no es una unidad, se puede ir alguien.Se puede ir y le puede ir bien, porque de hecho Reino Unido ha invertido sin problemas, ha inyectado desde su Banco Central y la economía va mucho mejor que la economía europea. Y la cuarta ha sido esa.
Hemos visto en Italia y en España aviones chinos. Hemos visto militares rusos con militares italianos, y hemos visto brigadas cubanas en Italia. Eso no se va a olvidar. Italia es un país que está muy perdido para el UE-europeísmo, España va empezando tímidamente.
Y éramos los países más europeístas o EU-europeístas. Entonces, yo creo que la ciudadanía está viendo que esto no sirve de nada. Porque, además, se han aprobado unas ayudas en teoría, que todavía no se han aplicado, que los países ricos quieren bloquear, o sea, un semiparaíso fiscal, como es Holanda, o Luxemburgo, esos países pequeños mandando sobre economías. España, que puede ser la cuarta economía, aunque muy mal diseñada. Entonces, el problema grande es que eso va calando. Porque además esas ayudas no son transferencias ¿Cómo sería en un país? Si una zona está mal, el gobierno central hace transferencias. No. Es que vienen todas condicionadas: unas va a haber que devolverlas y hay que recordar que estamos al 100% del PIB de la deuda externa. Si estas ayudas las tenemos que devolver, nos podemos ir al 110% o al 130% de deuda externa. Es alucinante.
—Justo te iba a preguntar sobre el Fondo de Recuperación, que han aprobado en julio, pero Alemania ya está diciendo que lo van a retrasar. Primero, los países frugales, ahora Hungría y Polonia. Y al fin no sabemos cuándo llegan.
—Yo no los llamaría países frugales, ¿eh? Porque realmente, cuando hablan de Holanda como país frugal, un país que tiene a punto de quebrarse su seguridad social, que vive prácticamente de también sus bancos, tienen mucha relación con la crisis bancaria y del ladrillo, de la burbuja inmobiliaria en España, entonces llamarlos frugales…
Yo les llamaría egoístas, o del centro alemán, porque la UE funciona… Alemania ha invertido dos billones de euros, en su propia economía. Y nosotros, los países del sur, los países que nos obligaron a desindustrializarnos, abandonar la pesca, abandonar prácticamente…tenemos un terreno maravilloso para la agricultura, abandonar… mira, con las sanciones a Rusia perdimos casi 40.000 puestos de trabajo. Por lo tanto, se le va a ver las costuras a la UE, y no sé lo que va a pasar. Porque si no nos ayudan, sin intereses, no vamos a salir.
—Pero hay una posibilidad de un enfoque ese común, de que se pueda armonizar las medidas frente al coronavirus o los fondos. ¿O eres pesimista?
—Estamos viendo que no, yo tuve ese privilegio de servir a mis votantes, siendo diputado del Parlamento Europeo durante 5 años y desarrollando responsabilidades importantes. Y vi la inoperancia de la UE a todos los niveles. Realmente, la política exterior no existe. Está supeditada mucho a EEUU y los propios países, pues.
Es algo que yo prefiero: yo estoy de acuerdo con una integración regional de Europa, pero no una desintegración. Que es lo que a mí me parece, porque no somos iguales. Alemania tiene mayor representación en todos los lugares, además hay lugares opacos a la votación ciudadana. Como es el BCE o los mecanismos de estabilidad. Entonces, me gustaría algo, pero que no perdiéramos soberanía los Estados. A España nos han quitado… La moneda única ha sido una locura. Si se habla de una moneda común y mantener… una moneda común para el comercio interno dentro de la UE y las monedas nacionales. A España lo único que le quedaba era, con periodos de inflación o crisis, la devaluación monetaria. ¿Y ahora qué tenemos? La devaluación social. Es lo único que nos queda porque las políticas macroeconómicas las decide Europa, los ‘eurócratas’, podríamos decir.
—Hablando de Europa y de su política internacional, tú como exmiembro del Parlamento Europeo vi que siempre abogabas por una buena vecindad con otros países, en particular con Rusia. Sin embargo, hace unos días la UE aprobó otro paquete de sanciones contra Rusia. Entonces, ¿ves posible esa buena vecindad algún día?
—Pues mira, mientras tengamos la bota estadounidense encima, en el sentido de que la mayoría parlamentaria apoya ser un subalterno de la política exterior estadounidense, todo con un eufemismo, que ellos dicen, maravilloso, ¿no?, que es el vínculo Atlántico, que no se debe terminar.
ntonces, claro, para EEUU, yo, que me estudiaba a sus diseñadores de las estrategias de política exterior, lo que no se puede producir de ninguna manera, es una Unión Euroasiática, es decir, integrar a Rusia en el espacio común europeo. Algo, que, por ejemplo, de Gaulle, que era de derecha, el presidente francés, quería. Quería una Europa de Lisboa a Vladivostok.Y todo lo que tiene que ver con las demás cosas, las sanciones, que además, tengo que decir que son ilegales, según el derecho internacional, porque el único que, lo que dictan las leyes y las disposiciones de derecho internacional, que puede dictar sanciones es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Son medidas coercitivas unilaterales, que buscan romper ese entendimiento.
En Alemania, es muy importante esto, porque dentro de su clase política y sus grupos de poder, hay una gente que se quiere llevar bien con Rusia y hay otra que es muy proestadounidense. Y la que quiere llevar con Rusia y con China, de acuerdo con el 5G, tiene que ver con que necesitan el gas.
Entonces, todo lo que tiene que ver con el supuesto envenenamiento, que no hemos visto ninguna prueba, pero exactamente no veíamos ninguna prueba de los ataques químicos en Siria, que produjeron incluso un ataque de EEUU con misiles balísticos también y aquí no hemos visto las pruebas. Curiosamente yo lo definiría, y los que seguimos esto: si no hay pruebas, pues sigue la pista del dinero, como se decía. Es curioso, ¿no? Que justo cuando está acabando Nord Stream 2, o sea, un gasoducto que va a suministrar a Alemania directamente desde Rusia, aparece justo el envenenamiento a este señor, que además tenía relaciones con la CIA.
Entonces, no hemos visto pruebas, para mí es un ataque de falsa bandera para romper e intentar que la UE impida el establecimiento de Nord Stream 2, que daría pulso a Alemania frente al gas licuado, que nos están metiendo EEUU, tendría un acceso mucho más barato y podría desarrollarse muchísimo más.
—Es que aparte de no presentar ningunas pruebas, llegamos a un punto, cuando la presidenta de la Comisión Europea afirma que la colaboración geopolítica con el actual Gobierno ruso «no está funcionando». El ministro de Exteriores de Alemania está diciendo que le parece que Rusia no tiene ningún interés en aclarar lo sucedido, pero en realidad, lo que está pasando es que nos están ignorando, como pasó en el caso de los Skripal en el Reino Unido. Pasó justamente lo mismo. Entonces, ¿en qué puede desembocar esa situación?
—Bueno, yo creo que es un pulso, y antes hablaba de esas dos almas que tiene Alemania. Yo creo que Angela Merkel sí tiene mucho interés en que salga adelante el Nord Stream 2 y las relaciones con Rusia, pero vemos que la presidenta de la Comisión, no. Vemos esa batalla. Yo espero, por lo que le interese a Alemania, que esto sean fuegos de artificio.
Además, a Rusia le afectan mucho las sanciones, pero también ha aprendido a convivir con esas sanciones, de hecho ha diversificado su economía. Por lo tanto, yo espero que sea lo que hacen siempre. Lo que temo es que haya más provocaciones de este tipo, ¿no? Porque además desde cualquier analista geopolítico, el Gobierno de Putin no tendría ningún interés en envenenar a esa persona que no representa prácticamente a nadie. Tiene más proyección en Occidente que en la propia Rusia. Es que sería una locura, aunque lo quisiera hacer. Demos por hecho que lo quisiera hacer. No le reportaría ningún interés al Gobierno ruso.
Y un momento, además, que EEUU está en retroceso, que China le va ganando, en la pandemia le ha ganado absolutamente, ya está volviendo a crecer China económicamente, le ha ganado en el 5G, le ha ganado en su expansión por la nueva Ruta de la Seda, que se está implementando, Rusia ha conseguido saltar el cerco que le querían hacer, ha podido intervenir con un país amigo con el que tiene más de 200 años de relación, como es Siria, y creo que ellos están muy enfadados y necesitan romper con alguna cosa. Entonces viendo, a nivel electoral, que siempre pasan cosas en EEUU, cuando van mal las encuestas y a Trump le está yendo muy mal, no sabemos lo que pasará, pero yo veo, cercana una nueva provocación, para intentar romper porque esto no ha roto, no ha conseguido romper esas líneas, que sigue habiendo aunque se griten por delante, siempre hay conversaciones por detrás.
—¿Qué es lo que podemos esperar después de las elecciones en EEUU?
—La decisión de cambiar, por ejemplo, la defensa estadounidense hacia el eje Asia-Pacífico para contener a China y desechar Europa para dárselo a los países europeos, que sus capacidades militares contengan a Rusia, por medio de la OTAN, eso no va cambiar nadie. Eso es una política de estado, que ha mantenido. Todos pensábamos cuando ganó Trump, que iba, yo era la idea que tenía, que iba a rebajar la tensión con Rusia, para dedicarse a China, que es su gran competidor. Los grandes poderes no lo dejaron. Y a día de hoy no lo va a hacer.
Entonces, yo creo que ni Biden, incluso los demócratas que son mucho más agresivos contra China, contra Oriente Medio, contra Rusia que lo han sido los republicanos, por lo menos lo que ha sido Trump. Entonces no va a cambiar nada. EEUU tiene que contener a China. Eso lo han decidido y a Rusia. Ellos temblaron cuando surgieron los BRICS. Temblaron.
Porque era la primera vez que las economías más importantes del mundo, como Brasil, como la India, como China, como Rusia, Sudáfrica, han conseguido reconducir algunas cosas, como Brasil, etc. Pero yo creo que ante eso, no pueden dejar de presionar. En la India con Pakistán, a Rusia con todo lo que le rodea y todas las sanciones, a China exactamente lo mismo, incluso deteniendo a la hija del presidente de Huawei.
O sea que llegan a unos niveles… Por lo tanto, no va a cambiar nada. No va a cambiar nada. Yo me acuerdo de Hillary Clinton, cuando estaba Obama, Obama fue el presidente que realizó más intervenciones militares por medio de drones. Miles y miles de muertos, firmados por un decreto todos los martes. Entonces, en ese sentido, la gente aquí juega mucho, los llamados progresistas: «Ah, va a ser mejor». Va a ser mejor en lo exterior, en la puesta en escena.
Porque es verdad que Trump es una persona que parece un poco desequilibrada, ¿no? y ególatra, etc. Pero Biden es de la derecha más recalcitrante del Partido Demócrata, incluso acusaba a Trump de no ser suficientemente invasivo contra Venezuela, por ejemplo. O sea, era increíble, ¿no? No va a cambiar nada. En la política exterior no. Ojalá llegara alguna vez algún presidente estadounidense que entendiera el declive.
—Como dices, no pueden dejar de presionar, pero aparte de la presión política, se añade la presión mediática. Quería preguntarte, ¿qué opinas sobre la marca que pusieron en las redes sociales a los medios rusos, que son ‘afiliados al Gobierno’, solo a RT y Sputnik, mientras que, ni la BBC, ni la Televisión Española, nadie la tiene. ¿Es justo?
—No, claro que no es justo. O sea, es un intento de impedir la proyección que ha tenido el proyecto comunicativo de Russia Today. Que además no esconde que es una televisión pública, como lo es EFE, como lo es TVE, como es TeleMadrid, aunque sea autonómica, son televisiones institucionales, pero donde se hace periodismo. Yo viví momentos dramáticos en la Comisión de Asuntos Exteriores en el pleno del Parlamento cuando se aprobó, con la anuencia del Partido Socialista, o del grupo socialista,una resolución que comparaba a Rusia con el Estado Islámico en cuestión de propaganda, lo cual era una locura.
Yo allí señalé que se estaba poniendo en la punta de mira a los profesionales y las profesionales que trabajan en RT, en Sputnik y en otros lugares, que no se puede matar al mensajero. Pero realmente hay un problema de fondo, y yo me acuerdo, siempre lo pongo como ejemplo, Hillary Clinton pidiendo en el Senado más financiación para CNN, para los canales estadounidenses. Ese es el problema, es lo que hay detrás del intento de tratar de impedir el trabajo de los medios rusos. Porque igual que Telesur o HispanTV, o Al Mayadeen, en el Líbano están dando una realidad alternativa.
Yo en el Parlamento les preguntaba, ¿pero ustedes no hablaban de democracia? ¿De libertad de información? Yo soy un ciudadano europeo, yo quiero poder escuchar la CNN y poder escuchar RT, poder leer el ABC y poder ver Telesur, eso era la democracia según ustedes. Lo que pasa es que es mentira.
Ellos además están ahora con los grupos de la OTAN y la UE creando medios independientes, pero pagados por ellos, que emiten en lengua rusa.
Y hay además unidades para la llamada ‘desinformación rusa’. Aquí tenemos uno de los puntos más importantes para la propagación de mentiras en contra de Rusia: algunas organizaciones al servicio de los poderes atlánticos de EEUU y financiados por ellos, estuvieron, ahora vuelve a ser el director de El País, uno de los que lo permitió, que fue desmentido incluso cuando hablaban de la intervención rusa en el proyecto independentista catalán, fue desmentido hasta por el CNI, o sea, por el servicio de inteligencia español, que se ocupa de delitos informáticos. Hay ese miedo, porque van perdiendo la batalla informativa. Afortunadamente.