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Luis Arce asumió la presidencia y así marca el retorno de la democracia a Bolivia. Después de ganar las elecciones del 18 octubre, el presidente electo y su vice, David Choquehuanca, recibieron los atributos presidenciales frente a una multitud que se congregó ante el Palacio Quemado en La Paz. La dictadora Jeanine Añez no asistió a la ceremonia.
Minutos después de las 11:30 de la mañana (hora argentina), Arce llegó a la Plaza Murillo donde integrantes de organizaciones sociales y militantes del Movimiento al Socialismo (MAS) esperaban al presidente constitucional coreando “¡Lucho, Lucho!”. Con la mano derecha sobre el corazón, Arce juró “por la Patria, por los próceres de la independencia, por nuestra Madre Tierra, por los dioses de nuestros ancestros, por nuestras hermanas y hermanos que dieron la vida por la democracia”.
“Este 8 de noviembre iniciamos una nueva etapa en nuestra historia y queremos hacerlo con un gobierno que sea para todas y para todos, sin discriminación -anunció en su discurso el presidente, visiblemente emocionado-. Nuestro gobierno buscará en todo momento reconstruir nuestra Patria y vivir en paz. En este camino, la democracia es un valor fundamental de los pueblos”.
Arce denunció la persecución y la masacre llevada adelante por el gobierno de facto que derrocó a Evo Morales en 2019. “Bolivia fue escenario de una guerra interna y sistemática contra el pueblo, especialmente contra los más humildes”, acusó y recordó a las víctimas de las masacres de Sacaba, Senkata y Pedregal.
“Se estigmatizó a los movimientos sociales, a campesinos, indígenas y obresos. Se humilló a las mujeres de pollera, se quemó nuestra wiphala, que es como quemarnos a nosotros mismos y nuestras raíces -afirmó Arce-. Estos sectores minoritarios levantan la bandera de la democracia cuando les conviene y cuando no, recurren a la desestabilización, a la violencia y a golpes de Estado para hacerse del poder”.
Asimismo, el presidente sostuvo que Bolivia atraviesa en este momento tres crisis: la institucional generada por “un gobierno que no salió de las urnas” en 2019, la sanitaria producto de la pandemia de coronavirus y la económica “derivada de la incapacidad del gobierno de facto”. “Vamos a trabajar para recuperar los niveles de crecimiento que el gobierno de facto hizo añicos”, prometió quien fuera ministro de Economía del país y responsable del llamado “milagro económico boliviano”.
“Nos comprometemos a rectificar lo que estuvo mal y profundizar lo que estuvo bien”, aseguró Arce y sostuvo que la democracia implica proteger “el acceso a la salud, a la educación, al trabajo, a los ingresos y a la vivienda”. “Democracia es el derecho de disfrutar de la riqueza que es para todos, no para unos cuantos”, aseguró.
“Bolivia inicia un nuevo tiempo. Agradecemos a las bolivianas y bolivianos que desde todo el país nos acompañan en la asunción del mando presidencial”, escribió Arce a la mañana en su cuenta de Twitter
Además, agradeció a las mujeres indígenas que prepararon ofrendas a la Pachamama. El viernes, Arce y Choquehuanca recibieron el bastón de mando de los amautas. “Agradecemos a los Amautas y Mama T’allas que desde tempranas horas de la mañana, en Plaza Murillo, preparan el ritual de ofrenda y agradecimiento a la Pachamama. Recibimos las bendiciones de la Madre Tierra”, afirmó el presidente boliviano.
Alberto Fernández, llegó la ceremonia de asunción poco antes de las 11 de la mañana. El presidente argentino llegó el sábado a La Paz y se reunió con el rey España, Felipe VI, con el vicepresidente segundo Pablo Iglesias y con el mandatario de Colombia, Iván Duque.