El 13 de noviembre de 1951 nació en la parroquia La Vega de Caracas Alí Gómez García, quien como guerrillero internacionalista se hizo llamar «Nicanor». Muy joven, a los 14 años de edad. se unió a la causa del sacerdote revolucionario de nacionalidad belga Francisco Wuytack, quien durante años luchó por las mejoras de la comunidad vegüera. A los 17 años, «Alicate» como le decían en el barrio por su espigada figura, ingresó a la escuela de medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV) pero al poco tiempo tomó la decisión de marcharse a las montañas de Falcón para unirse al Frente Guerrillero «José Leonardo Chirino» bajo el mando del legendario «comandante Magoya».
Tras 9 años como combatiente en las montañas venezolanas, en 1978 se unió al Frente Sandinista de Liberación Nacional;“Se da el triunfo de la Revolución Sandinista y decidimos unir nuestras vidas al desarrollo de esa revolución. Por eso viajé a Nicaragua con nuestro hijo mayor, «Toribio», apodado cariñosamente como «Mugre». Estando en ese país hermano, vimos nacer nuestros otros dos hijos: Nicanor (seudónimo de Alí en Nicaragua) y Fania”, relató Raquel Cartaya -pareja de Alí- al periódico nicaragüense «Barricada».
El capitán del ejército sandinista Alí Gómez desempeñó diferentes funciones en el campo militar: Fue director y subdirector de varias escuelas militares. En el Ministerio del Interior llegó a ser oficial de preparación combativa de las tropas especiales. Fue en el cumplimiento (8-5-85) de ese cargo cuando cae en combate, pero tuvo en vida su mayor satisfacción al presenciar el triunfo de la Revolución sandinista.
Disfrutó en carne propia el logro que por tanto tiempo deseó para su país y que no pudo ver materializado. Ese mismo año 85 había viajado a La Habana para recibir el Premio «Casa de las Américas» por su libro «Falsas, maliciosas y escandalosas reflexiones de un ñángara». Dejó escrito la obra «Francisco de Miranda, peregrino de la libertad», que en la Filven 2016 fue presentada por la editorial «El Perro y la Rana».