En la mañana del 15 de diciembre, la montaña comenzaba a rugir en el Litoral Central. Entre ese día y el 17 de diciembre de 1999, Vargas y la costa de los estados de Miranda y Falcón vivieron su gran pesadilla, con el peor y más letal desastre natural en la historia de Venezuela, cuando también se inició la etapa de mayor oscuridad del país en lo económico, político y social.