La Cota Lil | Memoriosas

Hay que insistir en preservar y compartir la memoria, sobre todo en tiempos en que es evidente, más que evidente el esfuerzo, ahora redoblado, de desmemoriar a los pueblos, sobre todo a los que cuentan con la posibilidad de emerger sabia y exitosamente y por saberlo resisten los embates de los depredadores de la historia. De nuestra historia.

En ese desesperado esfuerzo de quien se sabe agonizante la música popular caribeña, venezolana y latinoamericana, con su cadencia y sus claves, sigue siendo atacada.

En ella se reflejan nuestros errores, nuestros amores, es nuestra crónica, y también es ejemplo del sistema de valores ajenos que nos hicieron ver como propios, como hicieron en el cine y hasta en la plástica.

Como en todo lo que el Universo nos está poniendo por delante, hemos de desaprender para aprender de nuevo los códigos, nuestros códigos, únicos, irrepetibles, que vuelven para ir contra el olvido, e incluso, contra la ingratitud.

Este mismo sábado tenemos la posibilidad de reflexionar en los códigos que sostuvo por ejemplo Juan Vicente Torrealba, nacido el 20 de febrero de 1917, hace ya 104 años.

La perseverancia puede ser una clave en él, quien vivió 102 años para evidenciarla.

Y el lunes revisemos con amor y profundidad los códigos que derramó Alfredo Sadel, nacido el 22 de febrero de 1930, hace 91 años. Código importante en Sadel aparte de su excepcional manejo del arte musical, es la solidaridad.

Lo acontecido acá defendiendo a Benny Moré, así como la reivindicación de Guillermo Castillo Bustamante, lo prueban. Esa clave solidaria es muy necesaria en la actualidad.

Hay que valorar la experiencia musical acumulada de Venezuela y cuidar mucho su memoria.

@lildelvalle

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