Por: Aidén Salgado Cassiani* – marzo 16 de 2021
Hoy se conmemoran 400 años del asesinato de Benkos Biohó en la ciudad de Cartagena. El 16 de marzo de 1621, después de un juicio relámpago que traicionó el acuerdo entre este líder cimarrón y la Corona española, el gobernador García Girón ordenó la ejecución de Domingo Biohó, como también era conocido, según reseña el historiador Alfonso Cassiani en su libro “Palenque magno”, donde se realiza un análisis documental sobre la fundación del Palenque de San Basilio y los líderes cimarrones.
Benkos es uno de los grandes héroes de la historia de nuestro país, aunque la historiografía racista lo ha tratado de mantener en el olvido. Por ello, en esta fecha se hace de suma importancia traer a la memoria de nuestra sociedad su pensamiento, ya que su ejemplo y el de los cimarrones fue relevante para que los criollos vieran que era posible vencer a los colonialistas esclavistas y eso no lo podemos dejar pasar por alto. Mucho menos podemos dejar que pase inadvertido el papel de la gente negra en la guerra de Independencia, el cual se resalta, en primer lugar, en la cantidad de hombres que se vincularon al ejército libertador; en segunda instancia, en el liderazgo de Piar, Padilla y Rondón; y, por último, en la influencia internacional por la ayuda de Haití, en cabeza de Alexandre Pétion. Esto, claro, cobra gran importancia cuando en nuestros días hay un gran realce del movimiento social y los sectores excluidos de la historia patria.
Benkos dentro de otros cimarrones
Identificada la imagen de Benkos, podemos atrevernos a decir que su legado hace parte de la impronta de otros líderes cimarrones que, a lo largo y ancho de la historia, se opusieran al sistema esclavista en las América Latina y el Caribe. Incluso, se podría ir más allá y resaltar el papel de los africanos que se opusieron a dicho sistema, como el pueblo zulú y las mujeres que en África se opusieron a los portugueses en pleno momento de la captura de africanos para su esclavización y traslado al llamado Nuevo Continente, como se destaca durante el siglo XVIII en los casos de Ana Nzinga, reina de Matamba, y Kimpa Vita, lideresa religiosa de Congo.
También vale la pena recordar en la antigua isla de La Española, hoy Haití y República Dominicana, a Sebastián Lemba, quien se puso al frente de otros cimarrones y logró organizar un movimiento de resistencias alrededor de 1530; en Brasil a Zumbi que logra conformar el Quilombo dos Palmares (1645-1695); en Venezuela a José Leonardo Chirino y José Caridad González, quienes fueron los máximos representantes del cimarronaje que en 1749 logró conformar diferentes territorios libres llamados cumbes, donde el más famoso es el Cumbe de Ocoyta. El mismo Cassiani, en su libro de 2014, nos habla del cimarrón Negro Miguel, que dirige la rebelión en las minas venezolanas de Buría (1552); del levantamiento de Andresote en el valle del Yaracuy (1730-1732), también en territorios de la Hermana República; de la vida del cimarrón mexicano Gaspar Yanga en el actual estado de Veracruz (1579); y de los cimarrones Toussaint Louverture, François Mackandal, Jean-Jacques Dessalines, Henri Christophe y el mencionado Alexandre Petión en Haití.
La vigencia del pensamiento de Benkos
Actualmente, el nombre de Benkos es utilizado para reivindicar luchas de pueblos y comunidades que miran en su gesta un baluarte de resistencia al sistema esclavista de ese tiempo, el mismo que se puede interpretar como evolucionado al modelo de muerte y opresión que hoy padecemos.
En una particularidad de nuestro tiempo, el nombre de Benkos Biohó fue adoptado por un líder guerrillero de las antiguas FARC que adoptó ese nombre de guerra para resignificar la historia del cimarrón que conmovió las estructura del sistema esclavista y logró firmar un acuerdo de paz similar al firmado por la guerrilla de la que hacia parte Israel Zúñiga Iriarte. Esperemos que la suerte de este Benkos no sea la del primero.
Hoy, a 400 años del asesinato del gran Benkos o Domingo Biohó a manos de la corona española, como palenquero creo importante elevar las banderas de su lucha más allá de un clichés sobre sucesos del pasado. Actualmente sus ideales tienen vigencia en las luchas contra el racismo, el capitalismo, el patriarcado y cualquier sistema de opresión que no permita la libertad de todos los seres humanos, sin detrimento alguno de sus condiciones étnicas, de género, de opiniones o de creencias religiosas. El pensamiento libertario de Benkos vive con cada uno de nosotros, que nos organizamos en contra del racismo y la discriminación racial.
En el pueblo de Palenque, como herederos del pensamiento y la gesta de Benkos, se está levantando una juventud que tiene como lema decir que el palenque, así no sea el de San Basilio, es de Benkos. En este orden de ideas, es necesario que esta juventud se adentre a conocer más sobre las luchas cimarronas con la historia de los palenques y sus líderes, y recuerde entre ellos a Domingo Angola, Nicolás de Santa Rosa o a Barûle, Antonia y Mateo Mina, quienes lideraron el Palenque de Tadó en el Pacifico chocoano (1728). También el caso de María Matamba, relatado por el profesor africanista Rafael Díaz, una mujer que nació esclava y a mediados del siglo XVIII emprendió uno de los primeros pleitos jurídicos con su amo, o el de Paula de Eguiluz, una mujer con conocimientos de saberes africanos mágico religiosos que revive la africanista Adriana Amaya. Aparte de conocer estas personalidades, se hace relevante tener presentes a los lideres cimarrones que, bajo la inspiración del pensamiento de Benkos, participaron en los ejércitos libertadores.
Como conclusión, Benkos Biohó no es solo un hombre, se convirtió en un símbolo para los hombres y mujeres presentes en cada gesta cimarrona, en la voz de los sin voz, en el andar de los sin pies, en ese mito hecho realidad en las ayer selvas inhóspitas del llamado Nuevo Continente y hoy en las calles y barrios de las ciudades donde se emprenden luchas por la dignidad. En cada río, en cada vereda, en cada montaña, en cada lugar de resistencia el rey del Arcabuco está presente.
Desde el palenque, un cimarrón todavía.