¡Un gran caballo de madera llega a Troya!

El 24 de abril del año 1184 a.C, en la actual Turquía, según la leyenda, los griegos entran en la ciudad de Troya escondidos dentro de un enorme caballo de madera.

La guerra de Troya fue un conflicto bélico que enfrentó a la ciudad de Troya contra un conjunto de pueblos griegos, entre los que se encontraban los espartanos y los micénicos.

Según el mito, la ciudad había sido asediada durante diez largos años y los atacantes griegos, encabezados por Agamenón y el mejor guerrero de la antigüedad, Ulises, no habían ni siquiera podido traspasar sus muros.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos y muertes que se habían sucedido en innumerables batallas, los griegos no se dieron por vencidos y haciendo caso al adivino Calcante, que les había dicho que la fuerza bruta no ganaría la guerra, recurrieron al ingenio.

Los griegos construyeron un enorme caballo con una escotilla escondida en el flanco derecho por la que entrarían y en la que se esconderían sus mejores guerreros. En el lado izquierdo se podía leer: “Con la agradecida esperanza de un retorno seguro a sus casas después de una ausencia de nueve años, los griegos dedican esta ofrenda a Atenea”.

Una vez montada la figura del caballo, uno de los símbolos de Atenea, diosa de la guerra, el plan se puso en marcha. El resto de los soldados griegos simuló que navegaban de vuelta a Grecia, tras incendiar sus tiendas, y los troyanos, al mando del príncipe Héctor, pensaron que habían conseguido por fin vender al enemigo.

A pesar de que algunos de los habitantes de Troya, como el sacerdote Laocoonte, no se fiaban nada de esta original máquina de guerra dejada a las puertas de la ciudad, el caballo superó las infranqueables murallas.

Mientras los troyanos celebraban una gran fiesta por la victoria, bajando totalmente la guardia, el prisionero griego Sinón, que se había dejado capturar previamente, liberó a los soldados que estaban en el interior del caballo e hizo señales a los helenos que se encontraban fuera de la ciudad.

Esa misma noche, Troya cayó en manos griegas y la mayoría de las personas del bando troyano fueron asesinadas, a excepción de Helena de Troya.

La historia de la guerra de Troya fue contada por primera vez en la Ilíada de Homero, considerada uno de los poemas escritos más antiguos del mundo occidental, y ha pasado a la historia como una de las guerras más relevantes de toda la mitología griega.

1990 Estados Unidos lanza el telescopio espacial Hubble

El 24 de abril de 1990, el transbordador espacial Discovery puso en órbita a uno de los mayores logros de la comunidad científica internacional: el telescopio espacial Hubble.

El primer telescopio espacial de la historia, llamado así en honor del gran astrónomo estadounidense Edwin Hubble (1889-1953), fue parte del programa más ambicioso de observatorios espaciales de la NASA y ESA, y supuso cerca de 20 años de trabajo.

Situado a 575 km sobre la superficie de la Tierra, el telescopio Hubble completa su órbita alrededor de nuestro planeta cada 96 minutos, y desde su aparición nos ha ofrecido información no solo de objetos del sistema solar sino también de lejanas galaxias, dejando un legado absolutamente sobresaliente a la astronomía.

En el 2021, nuestro querido telescopio espacial Hubble se jubilará y será sustituido por el nuevo y potente telescopio James Webb.

2005 Snuppy se convierte en el primer perro clonado del mundo

El 24 de abril de 2005un equipo de investigadores liderado por el doctor Woo-Suk Hwang, del Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional de Seul, en Corea del Sur, logra clonar un perro ejemplar de sabueso afgano.

El estudio de la clonación, la cual se realizó mediante transferencia nuclear de células somáticas, el mismo método utilizado para dar vida a la oveja ‘Dolly’ en 1996, fue publicado en la revista científica Nature.

Hasta el momento, los científicos tan solo habían logrado clonar con esta revolucionaria técnica a mamíferos como ovejas, ratones, cabras, cerdos, conejos, gatos y hasta un caballo, pero los intentos por clonar a un perro nunca habían dado buenos resultados.

En este caso, las pruebas genéticas realizadas al cachorro tan solo unos días después de su nacimiento demostraron que era genéticamente exacto a su padre. ¡Todo un éxito!

Al pequeño, que nació mediante un cesárea tras 60 días de embarazo, se le bautizó como ‘Snuppy’, una combinación de las iniciales en inglés de Universidad Nacional de Seul y «puppy» (cachorro en español).

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