Mercedes Chacín
¿Qué se puede esperar que pase en un país que está gobernado por un paraco? Lo que pasa en Colombia es el resultado del hartazgo. ¿Es que acaso no sabemos que Colombia es uno de los países de los que ha emigrado más gente en los últimos 50 años? ¿Es que acaso no sabemos que en Colombia, cuando surge un político que no defienda los intereses de la oligarquía (los dueños del país), lo matan? Así, sin más, lo matan. Este año se cumplen 32 años del asesinato de Luis Carlos Galán (y no es el único). De Jorge Eliécer Gaitán para acá es una constante. Uribe está vivo porque él es Estados Unidos. Galán no era precisamente el Che Guevara. Lo seguimos de cerca aquellos años y ese magnicidio impactó, como impactó el asesinato de Carlos Pizarro en 1990. Ser un hombre bueno, una mujer buena en Colombia es muy peligroso. Petro debe cuidarse de esa posibilidad más que real. Sus bardas están enchumbadas por una historia de país violenta.
Narcotráfico, paramilitarismo, oligarquía insaciable, guerrilleros masacrados por una paz fraudulenta, ejército facho, bases militares gringas… es demasiado drama junto. Demasiadas balas, demasiado poder fáctico, demasiada entrega a los intereses gringos, demasiada pobreza, demasiado amor por los dólares, demasiada violencia, demasiada crueldad en un solo país por mucho tiempo.
A los chilenos los frenaron con terrorismo. Al igual que pasa en Estados Unidos cuando asesinan a un “afroamericano”. Cuando en esos países el Ejército sale a la calle, sale con Escuela de las Américas como doctrina. Con su doctrina de muerte a cuestas. Salen a matar. A dejar ciegos a los manifestantes. Así fue como pararon la revolución en Chile. ¿Es que acaso no sabemos que el Ejército colombiano que hoy masacra a su pueblo es el mismo de los 6.402 falsos positivos, personas comunes y corrientes que asesinaron por dinero? ¿Cómo se lucha contra eso? ¿Cómo se sale ileso de un país usado por los gringos como bases de operaciones para joder al resto del continente? ¿Es que acaso no sabemos que la paz quedó en un papel y que no han parado de asesinar a exguerrilleros y dirigentes sociales con total impunidad?
La gente cree, los venezolanos y venezolanas clase media creen, que Colombia es la zona rosa de Bogotá. ¡Qué chévere es Colombia! Y emigran a un país lleno de iniquidades, de violencia, de miseria, de represión y de injusticia. Es un país sumido en la barbarie, sostenido por la industria cultural con factura gringa. Tan bárbaro que su misma realidad es usada de guión para hacer series milmillonarias llenas de mensajes violentos que lo que hacen es reforzar la misma violencia. Es un ejercicio de retroalimentación nocivo. Un país donde ser narco es lo menos malo.
Colombia es el país de Gabriel García Márquez y de Martha Gómez, pero también es el país de Álvaro Uribe e Iván Duque. Entre esos extremos se vive. Por eso hoy, cuando vemos que otra vez la muerte se instala en Colombia con fiereza, se nos arruga el corazón. Y lo peor es que no hay quien planche. Sigamos.