«El merengue nació con la patria, cuando todavía no nos llamábamos dominicanos y cuando éramos la parte este de la isla de Santo Domingo (La Española)», dijo en su momento.
Siempre estuvo empoderado de sí mismo y desde esa seguridad dijo que sí, que su nombre era Juan de Dios Ventura Soriano.
No pudo ser arquitecto, que era su sueño, pero con todos los senderos que la vida le ofreció, y que él recorrió, se transformó, sin proponérselo, en arquitecto del merengue, que es casi como decir el mejor arquitecto de la República Dominicana
Siempre estuvo empoderado de sí mismo y desde esa seguridad dijo que sí, que su nombre era Juan de Dios Ventura Soriano, que nació en Santo Domingo el 8 de marzo de 1940, y que adquirió el nombre de Johnny Ventura en 1959 por razones que se dieron en su país contra el dictador Trujillo y que involucraron a un piloto con su mismo nombre. Entonces vino el cambio.
También dijo que en su familia no había músicos, salvo su madre, quien cantaba pero de forma espontánea, sin ninguna intención profesional.
También señaló que comenzó a estudiar para ser el mejor arquitecto de la República Dominicana, pero la brecha económica entre el bachillerato y la universidad era muy grande y el sustento del hogar lo ponía la mamá, y la cosa se puso cuesta arriba.
Y cuenta que por eso se decidió por una carrera corta, que fue secretariado comercial, para insertarse en el mercado laboral y pagar sus estudios.
¿El azar?
Contó que en ese instituto hacían actos culturales cada 15 días pero, dijo que “yo tenía un problema, que es que mamá en el momento de la concepción no le solicitó a la cigüeña la belleza para su negrito”, y señaló que esa carencia le trajo con el tiempo la necesidad de buscar otra forma de acercarse a las muchachas, y que en ese trajín comenzó a cantar, bailar, a declamar, a animar, es decir que hacía de todo para hacer sus levantes, dijo. Y los hizo.
La Resbalosa
En el instituto, donde hizo secretariado comercial, dos de sus compañeros lo llevaron bajo engaño a un programa de aficionados y cuando estuvieron allí lo retaron a cantar.
Johnny Ventura aceptó el reto… y obtuvo el primer lugar. Era el 2 de junio de 1956. Para él la fecha es inolvidable e histórica porque marcó su inicio en una faceta de vida en la cual no había pensado nunca.
Influencias
“Hubo tres influencias determinantes en lo que fue mi estilo para acometer el merengue. La primera de ellas, y creo que la más importante fue el Rey del Merengue, Joseito Mateo. Joseito fue el artista que yo hubiese querido ser”.
Este dominicano que inspiró el tema “El negrito del Batey” no lo pudo interpretar acompañado de la Sonora Matancera porque no obtuvo permiso para salir de su país, en tiempos de dictadura. Alberto Beltrán lo haría por él.
Joseito Mateo innovó en la forma de interpretar el merengue y de bailarlo. Falleció en 2018 a los 98 años de edad. «Otra influencia en mi estilo la marcó Benny Moré, quien desde Cuba incidiría en mi forma de interpretar la música. La vida me permitió conocerlo en 1958 cuando estuvo en Santo Domingo; incluso toqué las maracas en una de sus presentaciones. Tal vez por verlo proyectado en mí, Cuba me aceptó siempre tan masivamente».
«Una tercera influencia la tuve de Elvis Presley, y esa influencia vino dada por los movimientos. Esa forma de moverse la incluí en el merengue. La gente no pareció darse cuenta, pero sí: De los tres, Joseito, Benny y Elvis recibí influencias aún sin proponérmelo, pero no me parecí a ninguno de los tres”.
Patacón Pisao
En la escuela de canto y música, aprendiendo, le dieron una beca que fue la varita de salvación porque su futuro hubiera sido un poco extraño si ella no hubiera llegado.
“Me agarré de esa beca que me permitió estudiar en la escuela de música de La Voz Dominicana. Ahí tuve un extraordinario maestro y guía, José Dolores Cerón, quien me adoptó como un hijo. y de ahí en adelante estuve en diferentes programas y orquestas hasta que en 1964 formé la mía”, dijo.
“La agarradera”: Ruptura en el merengue
La conformación de la estructura armónica de “La agarradera” no tenía tanto de especial. Acotó el maestro que “lo que sí tenía de especial era el movimiento rítmico, el tipo de arreglo que hizo el maestro Luís Pérez para mí que venía de ser un bailador de rock and roll y twist. Yo iba a grabar por primera vez y quería algo que yo pudiera sentir y entonces el merengue se movió hacia mí, hacia mi forma y mi estilo».
Continúa. «En cuanto a las letras, estaban muy condicionadas con loas a Trujillo, eso fue durante más de 30 años así. Entonces el encuentro, la búsqueda de libertad del pueblo dominicano coincidió con mi llegada al mundo de las grabaciones. Eso marcó un hito. Yo era miembro de la gran orquesta de la República Dominicana que era la Súper Orquesta San José con la cual viajé un par de veces a Venezuela inclusive».
«Había un señor cubano que administraba el night club de La Voz Dominicana donde la San José era una de las orquestas de planta. Yo era sub utilizado porque había muchos cantantes con mas experiencia que yo, pero era un bateador emergente porque cuando agarraba el micrófono y me movía la gente respondía muy bien y había algarabía».
«El cubano administrador del night club se daba cuenta y me propuso que hiciera mi orquesta y terminó poniendo el dinero para hacer el grupo. Yo tenía mis reservas con el entorno musical porque era el momento de las Big Band, de las grandes Bandas y yo les criticaba que todos tocaran vestidos de negro como si se tratara de un luto, de un entierro”.
Es entonces cuando Johnny Ventura decide ponerle colores a su orquesta. “Pero era un grupo sin tarima fija y eso nos hizo movernos a la calle. Ese detalle marcó históricamente a mi agrupación: Yo tenía dos amigos que tenían carro. En un carro cabían cinco personas y en el otro seis; entonces hicimos un grupo que cupiera en los carros, y lo que cupiera iba a ser la orquesta».
«Así surgió el Combo Show, y todos llegamos bailando pues la coreografía era de todo el grupo. Eso fue de un altísimo impacto en la República Dominicana y más allá. Billo Frómeta nos llevó a Venezuela y este país se convirtió en la base que nos permitió llegar a centro y sur América y a las islas de Barlovento como Curazao y Aruba. A Venezuela le debemos mucho de nuestro avance”.
La Agarradera
Un merengue social
A Johnny Ventura le tocó hacer música a partir de la muerte de Trujillo. La liberación del pueblo dominicano trajo consigo otros reclamos, y en principio el pueblo fue oprimido.
Se hubo de aceptar la responsabilidad de hacer reclamos públicos con la música y de participar activamente en la política. Johnny Ventura habla de Dioscidencia.
“A mí las circunstancias me fueron dando oportunidades que yo aproveché. Pude extraer del pueblo sus dichos, sus ideas y convertirlas en música. Todo me ha mantenido en el cariño de la gente. Nunca pretendí ser una estrella, tengo los pies bien puestos en la tierra pero sé que la gente me quiere y sé que hemos tenido la posibilidad de incidir en el merengue y transformarlo».
«La música que no evoluciona se transforma en pieza de museos, y por eso me atreví a hacer cosas que a partir de mi partieron. Por ejemplo hoy todavía la conformación de los grupos en la República Dominicana guarda el formato que yo hice”.
Además, Johnny Ventura nunca ocultó su ideología. Como muestra está su viaje a Cuba. En Santiago de Cuba se dieron estas escenas:
Siempre estuvo empoderado de sí mismo y desde esa seguridad dijo que sí, que su nombre era Juan de Dios Ventura Soriano.
No pudo ser arquitecto, que era su sueño, pero con todos los senderos que la vida le ofreció, y que él recorrió, se transformó, sin proponérselo, en arquitecto del merengue, que es casi como decir el mejor arquitecto de la República Dominicana.
Siempre estuvo empoderado de sí mismo y desde esa seguridad dijo que sí, que su nombre era Juan de Dios Ventura Soriano, que nació en Santo Domingo el 8 de marzo de 1940, y que adquirió el nombre de Johnny Ventura en 1959 por razones que se dieron en su país contra el dictador Trujillo y que involucraron a un piloto con su mismo nombre. Entonces vino el cambio.
También dijo que en su familia no había músicos, salvo su madre, quien cantaba pero de forma espontánea, sin ninguna intención profesional.
También señaló que comenzó a estudiar para ser el mejor arquitecto de la República Dominicana, pero la brecha económica entre el bachillerato y la universidad era muy grande y el sustento del hogar lo ponía la mamá, y la cosa se puso cuesta arriba.
Y cuenta que por eso se decidió por una carrera corta, que fue secretariado comercial, para insertarse en el mercado laboral y pagar sus estudios.
¿El azar?
Contó que en ese instituto hacían actos culturales cada 15 días pero, dijo que “yo tenía un problema, que es que mamá en el momento de la concepción no le solicitó a la cigüeña la belleza para su negrito”, y señaló que esa carencia le trajo con el tiempo la necesidad de buscar otra forma de acercarse a las muchachas, y que en ese trajín comenzó a cantar, bailar, a declamar, a animar, es decir que hacía de todo para hacer sus levantes, dijo. Y los hizo.
La Resbalosahttps://www.youtube.com/embed/IolwhchvRfY
En el instituto, donde hizo secretariado comercial, dos de sus compañeros lo llevaron bajo engaño a un programa de aficionados y cuando estuvieron allí lo retaron a cantar.
Johnny Ventura aceptó el reto… y obtuvo el primer lugar. Era el 2 de junio de 1956. Para él la fecha es inolvidable e histórica porque marcó su inicio en una faceta de vida en la cual no había pensado nunca.
Influencias
“Hubo tres influencias determinantes en lo que fue mi estilo para acometer el merengue. La primera de ellas, y creo que la más importante fue el Rey del Merengue, Joseito Mateo. Joseito fue el artista que yo hubiese querido ser”.
Este dominicano que inspiró el tema “El negrito del Batey” no lo pudo interpretar acompañado de la Sonora Matancera porque no obtuvo permiso para salir de su país, en tiempos de dictadura. Alberto Beltrán lo haría por él.
Joseito Mateo innovó en la forma de interpretar el merengue y de bailarlo. Falleció en 2018 a los 98 años de edad. «Otra influencia en mi estilo la marcó Benny Moré, quien desde Cuba incidiría en mi forma de interpretar la música. La vida me permitió conocerlo en 1958 cuando estuvo en Santo Domingo; incluso toqué las maracas en una de sus presentaciones. Tal vez por verlo proyectado en mí, Cuba me aceptó siempre tan masivamente».
«Una tercera influencia la tuve de Elvis Presley, y esa influencia vino dada por los movimientos. Esa forma de moverse la incluí en el merengue. La gente no pareció darse cuenta, pero sí: De los tres, Joseito, Benny y Elvis recibí influencias aún sin proponérmelo, pero no me parecí a ninguno de los tres”.
Patacón Pisao
En la escuela de canto y música, aprendiendo, le dieron una beca que fue la varita de salvación porque su futuro hubiera sido un poco extraño si ella no hubiera llegado.
“Me agarré de esa beca que me permitió estudiar en la escuela de música de La Voz Dominicana. Ahí tuve un extraordinario maestro y guía, José Dolores Cerón, quien me adoptó como un hijo. y de ahí en adelante estuve en diferentes programas y orquestas hasta que en 1964 formé la mía”, dijo.
“La agarradera”: Ruptura en el merengue
La conformación de la estructura armónica de “La agarradera” no tenía tanto de especial. Acotó el maestro que “lo que sí tenía de especial era el movimiento rítmico, el tipo de arreglo que hizo el maestro Luís Pérez para mí que venía de ser un bailador de rock and roll y twist. Yo iba a grabar por primera vez y quería algo que yo pudiera sentir y entonces el merengue se movió hacia mí, hacia mi forma y mi estilo».
Continúa. «En cuanto a las letras, estaban muy condicionadas con loas a Trujillo, eso fue durante más de 30 años así. Entonces el encuentro, la búsqueda de libertad del pueblo dominicano coincidió con mi llegada al mundo de las grabaciones. Eso marcó un hito. Yo era miembro de la gran orquesta de la República Dominicana que era la Súper Orquesta San José con la cual viajé un par de veces a Venezuela inclusive».
«Había un señor cubano que administraba el night club de La Voz Dominicana donde la San José era una de las orquestas de planta. Yo era sub utilizado porque había muchos cantantes con mas experiencia que yo, pero era un bateador emergente porque cuando agarraba el micrófono y me movía la gente respondía muy bien y había algarabía».
«El cubano administrador del night club se daba cuenta y me propuso que hiciera mi orquesta y terminó poniendo el dinero para hacer el grupo. Yo tenía mis reservas con el entorno musical porque era el momento de las Big Band, de las grandes Bandas y yo les criticaba que todos tocaran vestidos de negro como si se tratara de un luto, de un entierro”.
Es entonces cuando Johnny Ventura decide ponerle colores a su orquesta. “Pero era un grupo sin tarima fija y eso nos hizo movernos a la calle. Ese detalle marcó históricamente a mi agrupación: Yo tenía dos amigos que tenían carro. En un carro cabían cinco personas y en el otro seis; entonces hicimos un grupo que cupiera en los carros, y lo que cupiera iba a ser la orquesta».
«Así surgió el Combo Show, y todos llegamos bailando pues la coreografía era de todo el grupo. Eso fue de un altísimo impacto en la República Dominicana y más allá. Billo Frómeta nos llevó a Venezuela y este país se convirtió en la base que nos permitió llegar a centro y sur América y a las islas de Barlovento como Curazao y Aruba. A Venezuela le debemos mucho de nuestro avance”.
La Agarraderahttps://www.youtube.com/embed/-jwk8OB1Jdc
Un merengue social
A Johnny Ventura le tocó hacer música a partir de la muerte de Trujillo. La liberación del pueblo dominicano trajo consigo otros reclamos, y en principio el pueblo fue oprimido.
Se hubo de aceptar la responsabilidad de hacer reclamos públicos con la música y de participar activamente en la política. Johnny Ventura habla de Dioscidencia.
“A mí las circunstancias me fueron dando oportunidades que yo aproveché. Pude extraer del pueblo sus dichos, sus ideas y convertirlas en música. Todo me ha mantenido en el cariño de la gente. Nunca pretendí ser una estrella, tengo los pies bien puestos en la tierra pero sé que la gente me quiere y sé que hemos tenido la posibilidad de incidir en el merengue y transformarlo».
«La música que no evoluciona se transforma en pieza de museos, y por eso me atreví a hacer cosas que a partir de mi partieron. Por ejemplo hoy todavía la conformación de los grupos en la República Dominicana guarda el formato que yo hice”.
Además, Johnny Ventura nunca ocultó su ideología. Como muestra está su viaje a Cuba. En Santiago de Cuba se dieron estas escenas:https://www.youtube.com/embed/fmeKF7XP07I
Del Combo a la salsa
“Johnny Ventura y Asociados era la empresa que traía a los salseros a la República Dominicana y eso generó mucho enlace y amistad desde los tiempos de Cortijo con Ismael, después con El Gran Combo recorrimos millas de carreteras y vuelos. Fue una combinación explosiva que siempre dio resultados».
«Pude vincularme con La Lupe, Tito Puente, Tito Rodríguez hasta llegar a los salseros más jóvenes como Andy Montañez y Cheo Feliciano. Me tocó acompañar a Celia Cruz en varios escenarios. Mi relación con la salsa es buena”.
Confesó que tuvo que sacrificar a su familia debido a los viajes y presentaciones y reconoció que poco aportó al calor del hogar, pero solo por eso. “Por fortuna me casé con una mujer que dio formación a la familia y que se ocupó de los hijos de forma ejemplar. Orgullo para mí”.
Finales
Johnny Ventura estudió Derecho porque no pudo estudiar arquitectura que era su deseo. Su deseo era también darle a su mamá un título profesional.
Era en eso tiempos vicepresidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y su carrera estaba marcada. Se especializó en Derecho Internacional y su madre fue muy feliz con ello.
En cuanto al merengue como tal, dijo que “yo pienso que el merengue ha sido como una gran esponja que ha admitido todo tipo de letras, de temáticas. Cíclicamente se dan esos fenómenos. La tendencia es merengue en función del éxito de alguien».
«El merengue nació con la patria, cuando todavía no nos llamábamos dominicanos y cuando éramos la parte este de la isla de Santo Domingo (La Española), cuando éramos el Santo Domingo español y los habitantes querían lograr la independencia del Santo Domingo francés que ya se había convertido en República de Haití».
«En esos momentos de enfrentamientos bélicos el merengue aparece. Juan Bautista Fonseca hace los primeros merengues, que nacieron con la patria misma. El merengue no es ninguna moda: es la sangre del dominicano”
En Puerto Rico
En 2004 se hizo merecedor de un Grammy (latino) y volvió a obtenerlo en 2006 como Premio a la Excelencia, justo cuando arribó a 50 años de trayectoria profesional.
En 2016, Johnny Ventura festejó sus 60 años artísticos con grandes satisfacciones. En 2015 pudo ir a Cuba y presentarse en Santiago de Cuba y La Habana arropado por una multitud que le dispensó aplausos y cariño.
En 2019 estuvo en Puerto Rico en noviembre. Ya en junio había ofrecido un concierto formidable en su ciudad natal para festejar su aniversario 63 de vida artística
Su vida política también fue agitada en este tiempo y optó nuevamente en 2020, sin lograrlo esta vez, a la Alcaldía de Santo Domingo. Es autor del libro “Un poco de mí”, y en 2008 se convirtió al cristianismo generando música alusiva a su fe.
Por si fuera poco, en 2020 Johnny Ventura, “El Caballo”, le ganó la pelea al coronavirus, a sus 80 años de edad y 64 de vida artística.
No pudo superar un infarto, y El Caballo de la República Dominicana se marcha este 28 de julio dejando ejemplo para su pueblo, y para todo el Caribe, que le aplaude de pie con reconocimiento y gratitud.
Agradecimientos a los colegas Adriana Orejuela y Alexis Méndez por su aporte a este trabajo.
Johnny Ventura y la historia del tema Si vuelvo a nacer