Carlos Guia
De forma velada, el gobierno de los Estados Unidos ha iniciado una nueva jornada de amenaza a las democracias progresistas en la región latinoamericana, las razones de esta nueva arremetida son las próximas victorias electorales de las fuerzas revolucionarias en Nicaragua y Venezuela en el mes de noviembre.
Estas victorias no solamente representarían el posicionamiento de gobiernos populares que no le simpatizan a la administración norteamericana, sino el avance geopolítico de China y Rusia en su otrora “patio trasero”; no debemos olvidar la inversión que China viene realizando en la construcción de un nuevo canal transoceánico en Nicaragua, o la alianza energética petrolera y geopolítica entre Venezuela y Rusia, lo cual tiene muy incómoda a la administración del norte; Sumado a esto, están las más recientes derrotas que han recibido en países como Bolivia y Perú, la Constituyente en Chile, así como la derrota cantada de Bolsonaro en Brasil.
Esta pérdida de espacio geopolítico de los EEUU los ha llevado a desplegarse en un nuevo proceso de desestabilización en la región activando a la Ultra Derecha en el continente. Así podemos ver cómo ha promovido disturbios contra el nuevo gobierno en Bolivia, los ataques institucionales que desde el primer momento y sin darle oportunidad a tomar aliento ha recibido el gobierno de Pedro Castillo en Perú, que lo han llevado a tener que destituir a miembros de su gabinete a poco tiempo de haber sido designados, por otro lado la más reciente agresión de la descalificada OEA contra el gobierno de Nicaragua a pocos días de su elección presidencial y el secuestro del diplomático Alex Saab por parte de EEUU como sabotaje a las negociaciones que llevaban adelante el gobierno y la oposición en México.
Como corolario a esta nueva ruta desestabilizadora está la visita que ha iniciado el Secretario de Estado de los Estados Unidos Antony Blinken a Brasil, Colombia, Ecuador y Chile, con la excusa de tratar los “desafíos migratorios” que enfrenta el continente.
Lo cierto como lo acaba de denunciar la Vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez es que «Es lamentable que el secretario de Estado de EE.UU. Blinken esté en Colombia, es claro que está planificando agresiones contra Venezuela», siendo que en ese país y contando con el respaldo de los EEUU, bajo la gestión de Iván Duque, aumentó la producción de cocaína, pasando a 245.000 hectáreas para la producción de coca, lo que representa un incremento más de 1.000 toneladas de la droga, y cuando aun están recientes las manifestaciones populares por la corrupción y la violencia en ese país, donde el paramilitarismo colombiano domina casi el 75 por ciento del territorio, poniendo a la orden del día las masacres contra los líderes sociales y asesinatos a migrantes venezolanos, sin que el gobierno tome medida alguna, así como el incumplimiento de los acuerdos de paz y los asesinato de ex combatientes desmovilizados.
Esta visita del secretario de Estado de EE.UU. a Colombia se produce justamente cuando Venezuela y Colombia avanzan en la reapertura de sus fronteras para temas comerciales, y el acercamiento entre la Asamblea venezolana y el Congreso colombiano para la regularización de las relaciones diplomáticas.
Estos nuevos movimientos de los EEUU deben ser evaluados y atendidos con la seriedad que corresponde como un alerta, y los pueblos deben comenzar una movilización política y comunicacional para la defensa de sus soberanías e intereses frente a la potencial agresión, violencia y desestabilización que puede desatarse en los próximos días.