Fredy Zarichta
Desde hace un tiempo atrás vengo caminando diversos pueblos venezolanos, entre ellos los de los Llanos una región de gran peso para la economía agraria de este país.
Cuando creí que con los bienes del estado, la nación avanzaría en el Llano, me sorprende de horror el desastre en el que han dejado los presuntos campesinos, las tierras, tractores, maquinaria y diversas haciendas haciendo desastres con lo que se le ha otorgado por parte del estado.
Hay tractores de muy buena calidad que cuestan miles de dólares abandonados, ahora decenas de ellos están destruidos, cantidades exorbitantes de tierras en las que no se está produciendo nada, pese a que son espacios con capacidad para siembra, porcino, ganado y cría avícola.
Y allí nos preguntamos, cómo es que otros sectores económicos del país si han podido sortear el bloqueo imperialista y están produciendo en diversas áreas, caso puntual los productores del páramo merideño que pese a las adversidades no han dejado de sembrar frutas, hortalizas y verduras con las que se abastece gran parte del país..
Observamos en pueblos como Pao, El Baul y Tinaco donde gente trabajadora sí está produciendo y han alcanzado posicionarse en clase media de la población, alcanzando un nivel económico.Entonces qué ocurrió con estos supuestos campesinos a quienes se les otorgó créditos, insumos y maquinarias.
¿Deben ser investigados y juzgados?
Es necesario caracterizar y asignar la propiedad a quien realmente la produce y se trata de legislación vigente.*Seguimos padeciendo necesidades en servicios*Yo estuve en el estado Apure en la zona de copa de oro en Capanaparo, y me pregunto qué ocurre con el servicio eléctrico de esa zona, acaso engañaron a la población con el plan sembrando luz, del que hace 10 años hablaban, proponiendo un programa amplio de energía solar y a estas alturas la población lo espera aún.
Por ejemplo a las comunidades Indio Goajibo, se les dotó para que construyeran sus viviendas, y no están, no existen, vendieron todo o lo cambiaron por licor, irresponsabilidad de la cual soy testigo y defino como una cultura macabra, campesinos que no quieren producir nada.
En otros casos, regresando a los Llanos, la delincuencia ha hecho de las suyas y a quienes quieren producir, se les roban más del 70% de las cosechas, porque hay una suerte de vandalismo que asecha diversas comunidades en complicidad incluso con funcionarios policiales y de la Guardia Nacional, desastre que ocurre por ejemplo en Tinaco, el Pao y Portuguesa.
Por eso es necesaria una contundente política de seguridad con la cual combatir esta situación, mi llamado reiterado y contundente al gobierno venezolano, ¡métale el ojo a la situación de los campesinos¡ somos una región con innumerables hectáreas de terreno con capacidades productivas que siguen ociosas y a quienes quieren producir los asecha el hampa.
Vamos a la batalla de la agricultura y la producción…