Las elecciones del 21N fueron un poderoso respaldo al proyecto bolivariano

Luis Britto García

El intelectual e historiador venezolano Luis Britto García a instancias delCorreo del Orinoco, responde una serie de inquietudes en once preguntas acerca de temas de interés nacional e internacional.

-El año 2021 está a punto de expirar, ¿cómo le pareció este año, cuál es su balance?

-Sumamente duro. Para el mundo, por la pandemia, y para Venezuela, por el castigo del bloqueo, que ha recaído fundamentalmente sobre la clase trabajadora.

-¿Cómo vio usted el resultado de las elecciones del pasado 21 de noviembre?

-Un poderoso respaldo al proyecto bolivariano. A pesar de la dureza del bloqueo y de la hiperinflación, se ganaron 21 de 24 gobernaciones y la abrumadora mayoría de las alcaldías. Cierto que, sumados, fueron más los votos de organizaciones distintas del Gran Frente Patriótico, pero concurrieron divididos y dispersos. Cada quien puede interpretar las cifras de la abstención: para mí, muchos venezolanos prefirieron abstenerse de votar antes que hacerlo por una oposición desacreditada.

-¿A estas alturas tiene sentido continuar con el diálogo en México con el sector extremista opositor, suspendido tras la extradicción de Alex Saab?

-Esa es una decisión de alta política. Desde que ganó la primera elección, el bolivarianismo ha estado abierto al diálogo. Pero no se puede dialogar con la intransigencia. Muchas de las organizaciones que dicen dialogar al mismo tiempo colaboran con potencias extranjeras en el plan de destruir nuestro país y entregarles los recursos naturales.

-En el cómic Super Bigote, de producción nacional, Nicolás Maduro, como superhéroe, aniquila a la oposición y derrota a los inquilinos de la Casa Blanca. ¿Qué le parece, la ha visto usted?

-No me ha llegado. Me gustaría un superhéroe que detuviera la inflación o por lo menos equilibrara los salarios con el costo de la canasta básica, mejorara la participación de los asalariados en la distribución del Producto Interno Bruto y llevara adelante los programas socialistas iniciados por Chávez.

-¿Observa usted un viraje de América latina hacia la izquierda? ¿Dejaremos de ser el patio trasero de EEUU?

-Pues bien, resultan sumamente alentadoras las victorias de López Obrador en México, Ortega en Nicaragua, Arce en Bolivia, Pedro Castillo en Perú, de Xiomara Castro en Honduras, y la declaración sin lugar de las acusaciones contra Lula da Silva, que permitirán su postulación y casi segura victoria para las próximas elecciones en Brasil. Quedan sin efecto el tristemente célebre Grupo de Lima y golpes de Estado cocinados por la OEA. Para el momento de esta entrevista es todavía incierta la elección presidencial en Chile, pero la gran sublevación popular en ese país que culminó en la convocatoria de una Constituyente es un signo de esperanza sobre futuras movilizaciones del pueblo.

-¿Estados Unidos está de salida?

-Sí. Desde 2015 dejó de ser primera potencia económica del mundo. Sus tropas se retiran de los escenarios de conflicto: de Afganistán, Irak, Siria. Rusia la supera en poderío militar; China en poderío económico, naval e informático, hace poco Rusia e India desecharon el dólar como medio de pago, y numerosos analistas, que he citado en mis artículos, prevén una potencial guerra civil o secesión en la potencia norteña. Pero esa pérdida de hegemonía la hace más peligrosa: intentará desquitar sus derrotas globales endureciendo posiciones contra América Latina y el Caribe.

Un mundo más desigual

-¿Con respecto a la pandemia de Covid, ¿sigue sosteniendo lo que afirmó al principio sobre su impacto en las relaciones de trabajo y en la vida cotidiana? ¿Será el mundo como antes?

-El peligro de contagio, según lo preví, ha incrementado el trabajo no presencial, así como formas de explotación inherentes a este. La cuarentena ha disminuido en algo la contaminación urbana y el consumo de hidrocarburos. Pero lo que ha crecido exponencialmente es el ritmo de la concentración de capitales y la expansión desmesurada de nuevas fortunas, al mismo tiempo que la quiebra de pequeñas y medianas empresas y la pobreza creciente. Tras la pandemia enfrentaremos un mundo más desigual, más injusto, más inviable.

-En Estados Unidos, en Europa, Brasil y en otros países hay millones de personas renuentes a vacunarse, algunos alegan que se trata de una estrategia de exterminio masivo o que las vacunas no sirven. ¿Podría comentar al respecto?

-Efectivamente, hay portales informáticos, como Global Research, que postulan que la pandemia no existe, que las supuestas vacunas son peligrosas, y que se trata de un complot del gran capital para imponer una dictadura global. Por mi parte, conozco personas que han enfermado del coronavirus, y conocí a otras que han muerto; supongo que se justifican todas las medidas de aislamiento, vacuna y profilaxis. El mundo ha quedado dividido entre países para los cuales lo fundamental es el gran negocio de los monopolios farmacéuticos y países para los cuales lo esencial es la vida humana. Me siento orgulloso de que Venezuela esté entre los que privilegian la vida.

¿Considera usted que ya es hora de comenzar a vivir en socialismo y confiar en la gente, por ejemplo, que Luis Britto se monte en un autobús Yutong rumbo a La Pastora y el conductor le diga, pague de acuerdo a su posibilidad? ¿Es ilusoria e ingenua esa sugerencia?

-Desde hace veinte años es hora de vivir en socialismo, y las cosas positivas que se han logrado en ese lapso van en esa dirección: ampliación de disponibilidades de la educación, la seguridad social y la vivienda. Lamentablemente, hay potencias nefastas que tratan de hacerle imposible la vida a cualquier país que se aproxime al socialismo. El bloqueo, el robo de los activos de Venezuela, el sabotaje, las invasiones de paramilitares son en parte el precio de elegir nuestro destino y defender los recursos del país contra los capitales transnacionales. Por eso hasta para abordar un autobús hay que hacer primero una cola interminable para retirar de un banco un efectivo limitado que minuto a minuto se devalúa.

País privilegiado

¿Qué espera del 2022? ¿Venezuela tiene con qué

-Repetidamente he declarado que en nuestras manos está el destino del mundo. Tenemos la mayor reserva de energía fósil, que durante muchas décadas será indispensable para movilizar la economía mundial. Tenemos la segunda o quizá la primera reserva de oro del mundo, mineral sobre el cual se fundará el sistema monetario que suceda al dólar, el cual no tiene ningún tipo de respaldo. Disponemos de una fuerza de trabajo mayoritariamente juvenil, la mitad de la cual es de trabajadores intelectuales, que podrían dinamizar espléndidos procesos productivos. Poseemos abundantes y ricos recursos naturales: debemos aprovecharlos para desarrollar el país con nuestros propios medios y no caer en el garrafal error de entregarlos a trasnacionales que no paguen impuestos ni respeten derechos laborales, sociales o ecológicos.

-¿Qué representa la Navidad para Luis Britto García? ¿Come hallacas? ¿Le gusta el dulce de lechosa?

-El solsticio de invierno es, para los países de clima frío, el momento en que los días dejan de hacerse cada vez más cortos, y pareciera que el sol y la naturaleza reviven. No está mal que se lo dedique a celebrar un nacimiento: en alguna forma emblematiza el nacimiento propio y el de todos los seres humanos que nos han acompañado y nos acompañarán en el planeta. Desde luego que me encantan las hallacas, muestra del barroco culinario criollo, y el dulce de lechosa, una de las mayores delicias del trópico. En el socialismo todos los días serán de fiesta: no está mal que ensayemos.

T/ Manuel Abrizo
F/ Archivo CO